Busia Kostov, Protagonista de la vida social y cultural de nuestro México

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Judíos destacados en México
  • Fue una de las primeras mujeres universitarias.
  • Activista y Dirigente Comunitaria

Nació con el nombre de Braina Kostovetzkaya un 22 de Agosto de 1910 en Levkov en Ucrania. Provenía de una familia basada en el amor. Escuché por primera vez su historia de unas personas a quienes conocí en Israel: sus padres. La familia de mi abuelo era de buena posición y se negaban a que se casara con esta niña pobre. Por otra parte, la madre de mi abuela quedó viuda muy joven con dos hijos. Nunca se imaginó que la familia de mi abuela fuera bien educada. A David y Yoja (de Yohevedcomo la madre de Moises) les encantaba platicar y discutir la Torá y acostumbraban reunirse en secreto contra la voluntad de sus padres e incluso tuvieron que fugarse para poderse casar.

Mi abuelo tenía un molino a las afueras del pueblo, en el río Teterev. No se más acerca de su familia. Cuando mi madre hablaba acerca de su vida cuando niña, el tema que mas prevalecía era el miedo a los pogroms: recordaba a mi abuelo llegando a casa todo golpeado, ahogado en sangre con un daño tal que ni mi propia abuela podía reconocer a primera vista; o mi madre escondiéndose debajo de la mesa cuando alguien golpeaba a la puerta y mi abuela mintiéndoles a los cosacos diciéndoles que no podían entrar en la casa porque había enfermos de tifo.

Rentaban un cuarto en el pueblo vecino, Zhitomir, en donde mi madre y su hermano vivieron de niños y en donde se les enseñó la escuela (supongo que como jeder). Mi abuelo venía cada semana a traerles alimento. No puedo imaginarme como pudo haber sido para dos pequeños niños el vivir lejos de su hogar, pero mi madre parecía no tener queja al respecto.


En casa se hablaba Yiddish, por supuesto, pero me parece que mi madre fue a una escuela Rusa, al menos por un año. Pero el recuerdo mas agradable que ella tenía era el de todos los jóvenes del pueblo viniendo a su terraza en domingo cantando bellamente. Su casa era la última de la calle y la única con terraza.

Con la revolución, su vecino y padre de la mejor amiga de mi madre, que era el dueño de la farmacia fue asesinado por ser “burgués”; y su otra amiga se unió al Komsomol (Unión Comunista de la Juventud); mas tarde se casaría con un hombre de nombre Iván. Así, en 1925, mis abuelos deciden marcharse. Mi abuelo quería reunirse con su hermano en los Estados Unidos, pero debido al alto costo se dirigieron a México con la esperanza de poder llegar a los Estados Unidos después.

Tomaron el barco de Rotterdam a Veracruz. ¡Fue un viaje horrible! Mi abuela preguntaba al abuelo porque tenían que viajar en 3era. clase; ¡porque no hay 4ta., respondía él! Debían de llegar a México con tanto dinero como fuera posible y no era mucho lo que tenían.

México. I5 años de edad con sus padres y dos hermanos menores.

Mi madre, una joven de 15 años sin conocimiento del idioma ni de la historia de México. Casi sin educación, proveniente de una familia judía ortodoxa, se las arregló para ir a la preparatoria y graduarse en tiempo record con todos los honores. Como podrán imaginarselo, fue una de las primeras mujeres judías – más aún- una de las primeras mujeres en México en ir a la Universidad. No solo estudió sino que se graduó y ejerció como Química.

Sabía integrarse muy bien en sus círculos estudiantiles, profesionales y laborales. Sus amigos, compañeros y colegas veían en ella a una persona interesante y encantadora, por lo que era muy popular.

Llevaba también una vida social bastante activa, dentro de los círculos de inmigrantes judíos. Se reunía con ellos para bailar, charlar o salir a divertirse. Le gustaba pasar momentos agradables y divertidos en el club de Tacuba #15.

Entre estos amigos se encontraba un joven con quien ella tenía mucho en común. Ambos eran profesionistas –ella Química y el Dentista- y compartían los mismos intereses y valores espirituales. Tenían tanto en común que los dos pensaban que habían nacido el uno para el otro. Le tomó bastante tiempo a mi padre, Yury Kuttler proponerle matrimonio.

Cuando yo nací, en casa se hablaba ruso y era rusa la música que se escuchaba.

Desafortunadamente, el amor no duró por mucho tiempo y lo que mis padres se tenían a favor no era tan fuerte como lo que se tenían en contra. Después de un largo y lastimoso divorcio, mi madre tuvo que mantenerse a sí misma y a su pequeña hija por si sola. No sólo no consiguió la manutención para su hija, sino que todo lo que tenía le fue quitado.

Trabajo duramente en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en el laboratorio clínico. Tuvo además otros empleos, en compañías farmaceúticas, en farmacias y por algún tiempo fue dueña de su propio laboratorio. Tuvo que retirarse pronto debido a problemas coronarios.

Vivió tiempos dificiles y no fue sino hasta los 50 años que pudo comprar su primer auto, un pequeño Volvo de dos puertas. Contratamos un chofer que nos ayudara mientras nos sentíamos con suficiente confianza como para manejar nosotras mismas. Mi madre se sentía incomoda de tener a alguien que nos llevara y esperara por nosotras, pues sentía que ella no había nacido para ser rica.

No se si puedan ustedes imaginarse lo que era aprender a manejar a los 50 en la Ciudad de México, en ese tiempo la ciudad mas poblada y transitada del mundo. Ver a mi madre manejar era una pesadilla. Me sentí aliviada cuando después de algunos años mi madre vendió el auto.

Es dificil de creer que trabajando tan duro, con el ritmo de vida que llevaba, pudiera ella hacer alguna otra cosa. Sin embargo, mi madre era una persona con muchísimos intereses, con una vida social muy activa y se desenvolvía en los círculos profesionales intelectuales y artísticos de México. No había concierto, conferencia, obra de teatro o exhibición de arte que ella se pudiera perder. Siempre me llevaba con ella, de manera que siempre estuve expuesta, desde temprana edad, al mundo cultural que nos rodeaba. Recuerdo haber quedado terriblemente impresionada a la edad de 11 años, al conocer a Erich Fromm, y muy a disgusto cuando Diego Rivera besó mi mano en el funeral de Frida Kahlo.

Viajabamos mucho juntas. Con ella conocí la mayor parte del Sur de México.

Trabajo Social y Activismo.

Y… era una persona inquieta. No podía quedarse callada acerca de las cosas que estaban mal a su alrededor. Observar y no hacer nada. Tomo parte activa, de alguna manera, en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial.

Fue fundadora en 1941, y presidente en varias ocasiones de la sección femenina del Comité Central. Trabajaban en contra de la pobreza en México. fueron las primeras encargadas de dar atención y apoyo a refugiados que llegaban de Europa, donde el régimen nazi instaló una política antisemita y persecutoria. En 1962 esta organización se independizó y tomó el nombre de Consejo Mexicano de Mujeres Israelitas, institución que funciona hasta hoy y que opera bajo el principio religioso de ayuda al prójimo. Está afiliada al International Council of Jewish Women. Realizaban voluntariado en hospitales, guarderías y la Cruz Roja. Formaron la primera guardería para madres trabajadoras; ayudaban a recolectar dinero y sostenían economicamente a la Secundaria Albert Einstein; otorgaban becas a estudiantes universitarios y otras tantas y tantas causas, fueran o no orientadas a los judíos. Recuerdo por ejemplo, siendo una niña, haberle ayudado a recolectar dinero para la Cruz Roja, o recolectar juguetes para los niños pobres en cada Navidad.

Fue también miembro activo de organizaciones como Aliat Hanoar, OSE, el Comité para Refugiados, El Comité de Derechos Humanos de los Judíos en la URSS y el Instituto Cultural México-Israel, y algunas otras que no recuerdo.

Sus intereses, vida social y el trabajo comunitario le brindaron la oportunidad de conocer a muchas personalidades de nuestro tiempo. Fue amiga cercana de uno de los tres grandes muralistas, David Alfaro Siqueiros y su familia. Conocía y frecuentabamos a Diego Rivera y Frida Kahlo. También conoció y entabló amistad con figuras internacionales como León Trotsky y Eleanor Roosevelt y muchos de los escritores, músicos y disidentes rusos que se habían exiliado en México, como Senya Fleshin y Mollie Steimer, por ejemplo.

Las “comidas” eran algo común en nuestra casa, pero cuando se enteró de que estaba ganando notoriedad como una gran anfitriona y cocinera, éstas se fueron terminando. ¡No era por eso por lo que ella iba a ser conocida y recordada! Eso lo tenía muy claro.

Hubo un tiempo en que la gente comenzó a visitarnos inesperadamente justo después de la comida para tomar café. ¡Las mas inesperadas e interesantes pláticas se suscitaban en esas reuniones!

En otro período de nuestras vidas, también espontáneamente, comenzamos a tener disertaciones y conferencias en nuestra casa. Comenzó con uno, luego con otro y otro más. Más y más gente se iba uniendo al grupo. Me imagino que era como en los grandes salones franceses. Por las tardes, el timbre sonaba y sonaba y yo abría y abría la puerta y la gente entraba y entraba con una silla y una taza en la mano. Habían oído acerca de nuestras conferencias pero sabían que no teniamos sillas y tazas suficientes, por lo que llevaban la suya propia. Bueno, aquello creció tanto que llegó un momento en que tuvinmos que parar. Fué una etapa muy divertida y enriquecedora.

San Diego y sus últimos años

Mi madre se mantuvo bastante activa hasta que se mudó a vivir conmigo a San Diego en 1998. La traje a vivir aquí pues me preocupaba el saber que no se perdía una exposición de arte o una conferencia, aún cuando tuviera que ir sola o tomar un taxi por la noche sin saber como es que iba a regresar a casa. Y todo ésto en la Ciudad de México a sus 88 años de edad.

Cuando llegó a San Diego, extrañaba mucho su forma de vida, su independencia, sus caminatas diarias al mercado a hacer las compras, el banco, el parque, los amigos que la visitaban y a los que ella visitaba, con quienes salía a comer o simplemente a tomar un café. El constante timbrar del teléfono. Si estaba en casa, tenía compañía, pero la mayor parte del tiempo estaba fuera. Todo eso extrañaba…

El 22 de Agosto de 2010 celebramos su cumpleaños número 100. Se le veía siempre sonriendo, en calma feliz, incluso cantando aun cuando nunca antes le gustó cantar. Solía decirme que había trabajado muy duro para poder disfrutar de la vida mas adelante. Y es verdad. Nunca antes tuvo una vida tan en paz… ¡y en verdad lo merecía!

Mi madre murió el 29 de Diciembre de 2010 en San Diego, California.El Centro de Documentación e Investigación de la Cultura Ashkenazi en México alberga la Colección Busia Kostov. La colección consiste de documentos personales, postulaciones y conferencias para el Consejo Mexicano de Mujeres Israelitas, sus reportes, diplomas y revistas, entre otras cosas.

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