Con la ópera infantil “Brundibár”, (el abejorro) del compositor checoslovaco Hans Krása (1899-1944), concluyó hoy aquí el ciclo “Niños o Se levanta el telón! Cuentos, mitos e historias de ópera”, en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) en Querétaro.
Bajo la dirección escénica de Israel Velasco y musical de Jorge Cózatl, la obra que se estrenará en 1941 en un silo judío de Praga, en secreto y sin la presencia de su autor, que ya había sido deportado, dejó un buen sabor de boca entre los presentes.
En la obra de poco más de 80 minutos participan 50 Niños Cantores de Tepotzotlán, situados en lo que parece ser un campo de concentración de tránsito hacia Auschwitz.
Acompañados por la Orquesta Stravaganzza, con un excelente tono vocal, los pequeños deslumbraron no sólo por su talento, sino por su virtuosa voz, misma que fue reconocida por un efusivo aplauso.
Asimismo, en esta obra, los pequeños cantores hacen alusión a los que participaron en el estreno de dicha ópera hace más de 60 años, y cuyas vidas acabaron en los campos de exterminio.
“Brundibár” (el abejorro) cuenta la historia de Pepíchek y Aninka; dos niños que tienen que comprar leche para su madre enferma, pero están tristes porque no tienen dinero.
Caminando por la calle ven a Brundibár, el organillero, quien toca su instrumento y pide dinero a la gente que pasa. Los niños deciden imitarlo, pero Brundibár se burla de ellos y los ahuyenta.
Enseguida, un perro, un gato y un gorrión se ofrecen a ayudarlos, convenciendo a los niños del pueblo de cantar con ellos. Los niños entonan algunas canciones y reciben dinero de la gente del pueblo.
Pepíchek y Aninka están felices con sus ganancias pero Brundibár roba su dinero; al final, los niños y los animales persiguen al organillero y le dan su merecido.
Chicos y grandes quedaron maravillados no sólo por la música, sino por las estupendas voces de estos niños, que juntas, parecen una sola.
Basada en el libreto en checo de Adolf Hoffmeister, Brundibár fue quizá la última composición de Krása; toda vez que él y los niños cantores de la época terminaron asesinados en los campos de concentración nazi. La obra fue presentada 55 veces entre 1942 y 1944.
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