DiarioJudio.com y la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) acogen con satisfacción y emoción la canonización de dos grandes Papas del Siglo XX: Juan XXIII y Juan Pablo II.

El próximo domingo también será un día importante para el Pueblo Judío, pues se honra a dos Papas que dejaron una profunda huella en el diálogo judeo-católico.

Para el Presidente de la FCJE, Isaac Querub, “se trata, sin duda, de un justo reconocimiento a estos dos Papas buenos cuyo legado marcará la Historia y que supuso un antes y un después en la relaciones entre judíos y católicos”.

De Juan XXIII destacamos la convocatoria del Concilio Vaticano II y la Declaración Nostra Aetate que significó un cambio radical en la relación con el mundo judío. También nos consta que, siendo nuncio apostólico en Estambul, Juan XXIII salvó a muchísimos judíos de las garras del nazismo.

En cuanto a Juan Pablo II, valoramos que fue el primer Papa en visitar una sinagoga, que pidió perdón al pueblo judío por los sufrimientos infligidos y fue durante su papado cuando se establecieron relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el Estado de Israel.

Valoramos de igual forma la política del actual Papa Francisco que continúa de manera ejemplar en la misma senda, reafirmando la labor de sus antecesores en el diálogo judeo-católico.

Hemos de seguir trabajando a favor de un mayor acercamiento entre judíos y católicos.

***

Judíos elogian a los nuevos santos papales que revolucionaron lazos con católicos

Por: PHILIP PULLELLA
Traducido por DiarioJudio.com

(Reuters) – Los difuntos papas Juan XXIII y Juan Pablo II, quienes serán santificados el próximo domingo, hicieron una gran labor para terminar con dos milenios de antisemitismo católico, tanto que grupos de defensa de los derechos de los judíos los han llamado “héroes del pueblo judío”.

Ambos pontífices marcaron la Iglesia más grande del mundo de formas tan variadas que los católicos romanos los reconocen como pioneros en el respeto por los judíos, a quienes Juan Pablo llamaba “nuestros amados hermanos mayoresen la fé” detrás de sus otros logros.

Pero para una minoría religiosa que sufrió siglos de persecución, la vida en los guetos y luego los horrores del Holocausto, el cambio de tendencia que lograron en las relaciones entre católicos y judíos pudieran tener el carácter de otro milagro en su favor.

Juan XXIII es especialmente recordado por llamar al Concilio Vaticano II (1962-1965), cuyo documento representativo, la Declaración “Nostra Aetate” (En nuestros tiempos) repudiaba el concepto de culpa colectiva judía por la muerte de Jesús, que prevalecía después de 2,000 años.

“Nostra Aetate marcó el comienzo de cambios sorprendentes en las relaciones católico-judías de todo el mundo, aunque el grado de aceptación de dichos cambios dependería de “lo que los judíos y católicos” vivirían en sus relaciones inter-personales, dijo el rabino David Rosen, director Internacional de Asuntos Inter-religiosos de American Jewish Committee.

Durante su largo pontificado de 1978 a 2005, Juan Pablo se convirtió en el primer Papa desde la Antigüedad en visitar una sinagoga. En una visita al Muro de los Lamentos de Jerusalén, dejó una nota diciendo que estaba “profundamente entristecido por el comportamiento de aquellos que en el curso de la historia, han hecho sufrir a estos hijos tuyos”.

“Fue un gesto que nunca será olvidado”, dijo el rabino Abraham Cooper, decano asociado del Centro Simon Wiesenthal, el grupo que se refirió a los dos nuevos santos como héroes.

UNA LARGA HISTORIA DE ANTISEMITISMO

El cristianismo comenzó como una rama del judaísmo y se convirtió en la principal religión en Europa. Castigaba a la pequeña minoría que no siguió a Jesús con la persecución, exclusión y expulsión.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el silencio público del Papa Pío XII sobre el Holocausto llevó a acusaciones –que aún siguen vivas hoy en día – que se hizo de la vista gorda ante la difícil situación de los judíos. Sus defensores dicen que Pío XII hizo todo lo que pudo –tras bambalinas- para ayudar a los judíos.

Al mismo tiempo, el arzobispo Angelo Roncalli utilizaba su puesto como embajador del Vaticano en Estambul durante la guerra para operar una red de monjas, diplomáticos y otras personas para expedir visados ​​falsos y certificados de bautismo y de inmigración a judíos desde los Balcanes hasta llegar a Turquía y luego a Palestina que se encontraba bajo mandato británico.

Elegido como el Papa Juan XXIII en 1958, retiró la ofensiva frase “Pérfidos judios” de una oración litúrgica del Viernes Santo recitada en el día que los cristianos conmemoran la muerte de Jesús.

“Durante el Holocausto, el entonces arzobispo Angelo Roncalli fue fundamental para salvar la vida de un gran número de búlgaros, húngaros y otros judios”, dijo Menachem Rosensaft, profesor de la ley de genocidio en Columbia y Cornell e hijo de dos sobrevivientes del Holocausto.

LEGADO HUMANO Y ESPIRITUAL

Karol Wojtyla, quie se convirtió en el Papa Juan Pablo II en 1978, creció en Polonia con amigos judíos y siendo aún joven, atestiguó las redadas de judíos en su tierra natal.

En 1986 realizó una histórica visita a la sinagoga de Roma, donde llamó a los judíos “nuestros queridos hermanos mayores”.  Lideró el Vaticano en el desarrollo de relaciones diplomáticas con Israel y mencionó al ex rabino jefe de Roma, Elio Toaff, en su testamento.

El Papa Francisco mantuvo buenas relaciones con judios argentinos cuando era el arzobispo Jorge Bergoglio de Buenos Aires e incluso escribió un libro con el Gran Rabino de la ciudad, Abraham Skorka.

Rosensaft dijo que Francisco entró en su papado con un afecto genuino por la fe judía y el pueblo judío.

“Ahora está solidificando los legados espirituales y humanos de sus dos predecesores por canonizar no sólo Juan XXIII y Juan Pablo II, pero, tal vez aún más importante, los valores que ellos encarnaban”, dijo.