Lilian Liberman, Cineasta comprometida con la prevención del abuso infantil y el rescate de la labor del Cónsul Bosques

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Judíos destacados en México

Lilian soportó penurias económicas durante su infancia. Procedente de una familia judía en un país predominantemente católico, Lilian también experimentó aislamiento y rechazo en la escuela y en la sociedad en general por sus creencias religiosas. Todas esas experiencias la llevaron a aferrarse a sus estudios como una válvula de escape a su dificil niñez.

Después de graduarse de la Universidad, Lilian Liberman Shkolnikoff tuvo la oportunidad de ingresar a un programa de maestría en lingüistica en Francia. Vivió en Francia y participó en el movimiento feminista de los 70s. Su relación con el pensamiento y la acción feminista la influenciaron grandemente. Le enseñó lecciones importantes de solidaridad y sembró en ella un profundo interés en las dinámicas sociales y grupales; posteriormente comenzó a estudiar producción en video.

A pesar de que estaba entrando a un campo predominantemente dominado por los hombres, Lilian se mostró rápidamente como una prometedora productora y una distinguida directora de cine, televisión y video. En su vida personal, comenzó a enrolarse en el trabajo espiritual e hizo un compromiso de por vida para respetar y amar a los demás.


En 1989, Lilian respondió a la solicitud de una psicóloga para crear un video educativo acerca del abuso sexual. La experiencia de producir el piloto, provocó en ella profundos sentimientos acerca del abuso infantil. Fue en ese momento que Lilian decidió dedicarse a crear materiales educativos por su cuenta, para prevenir que estos abusos le pudieran suceder a otras personas. Al ir trabajando con el video, se dio cuenta de la importancia de vincular la imagen visual y el mensaje del video con otros materiales y entrenamiento, a fin de que el trabajo fuera efectivo. Lilian reunió entonces un grupo de profesionales interesados en colaborar en el modelo de trabajo social que había desarrollado. En 1992 funda la organización Yaocíhuatl, que significa Mujeres Guerreras y ahora busca consolidar su estrategia para que ésta sea replicada internacionalmente.

El modelo desarrollado por Lilian es un modelo terapéutico para discusiones estructuradas que ayudan a los padres, niños y maestros a detectar, prevenir y tratar casos de abuso, sensibilizando a la gente sobre el tema tabú del abuso sexual y maltrato físico de menores.

Lilian está creando espacios para el diálogo con los sistemas gubernamentales de salud y educación usando las alianzas de Yaocíhuatl con las secretarías correspondientes y con el sector social como el vehículo primario para diseminar los videos y programas de entrenamiento. Otras iniciativas para enfrentar el abuso infantiles, han tendido a tener un enfoque local/individual. En contraste, Lilian combina su método educativo/preventivo de abuso de menores, con una estrategia agresiva de diseminación para provocar un cambio profundo de actitud, necesario para acabar con los patrones de abuso sexual y maltrato que afectan a niños, adolescentes y adultos.

Desde 1992, Yaocíhuatl ha entrenado a mas de 500 personas en el uso correcto de los videos. Se estima que cerca de 10,000 niños y sus familias han sido sensibilizados acerca del problema de maltrato y abuso sexual de menores. Nacionalmente, Lilian continuará diseminando su modelo a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). La SEP ha implementado ya el modelo de Lilian a nivel estatal diseminando 65 copias de videos en las escuelas del estado de Morelos. Por su parte, Lilian se ha encargado de ue sus videos sean exhibidos en todos los planteles de preescolar en la Ciudad de México.

Internacionalmente, Lilian ha tenido ya éxito en la distribución de su trabajo debido principalmente a la alta calidad de sus producciones y por su participación en conferencias internacionales. Chicoca, un video sobre maltrato infantil obtuvo dos premios, uno en el Festival de Cine de Uruguay y el otro en La Habana, Cuba como mejor trabajo pedagógico. Chicoca ha sido doblada al húngaro, italiano y mazahua -lengua indígena hablada en algunos estados del centro del país- y está siendo utilizado en Argentina, Uruguay, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Chile, Perú y España. Lilian presentó su trabajo en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza y fue exhibido en la Sociedad Interamericana para la prevención del Abuso Infantil (ISPCAN).

Las Visas al Paraíso

Como cineasta, Lilian logra en 2010 un interesante rescate documental de la figura de Gilberto Bosques, cónsul mexicano durante el gobierno de Cárdenas, que con su astucia y valentía logró rescatar a miles de partidarios del gobierno de la República española, comunistas y judíos del fascismo y el nazismo.

Cuando la cineasta Lilian Liberman conoció a Gilberto Bosques se extrañó de que en los libros de Historia no figurara este cónsul mexicano que salvó la vida a miles de republicanos españoles y judíos refugiados en la Francia de los 40.

Ocho entrevistas cuando Gilberto Bosques (1892-1995) contaba con 100 años, le sirvieron para darse cuenta de que estaba frente a “un gigante moral de una ética inquebrantable” en la misión encomendada por el presidente Lázaro Cárdenas: salvar al mayor número posible de personas.

Con la invasión alemana de Francia en la II Guerra Mundial (1939-1945), el consulado se trasladó de París a Marsella. Bosques rentó allí dos castillos para alojar a los republicanos que abandonaron España tras el triunfo de las tropas del general Francisco Franco y a los judíos perseguidos por el nazismo. Esos días de aquellos ciudadanos en tránsito que huían del miedo, de las bombas y del frío fueron filmados por el cónsul, en el cargo de 1939 a 1944. Las imágenes están incluidas en el documental Visa al paraíso (2010), el homenaje dirigido por Liberman y presentado en la pasada edición del Festival de Cine de Guadalajara.

Dolor en la memoria

La historia está narrada por el propio diplomático y por los hijos de exiliados, que guardan en la memoria aquella huida de la mano de sus padres. “Me abrieron su corazón por primera vez. Fue una liberación, una “catarsis”, explica Liberman. La directora subraya que el documental permitió a aquellos emigrados a México agradecer a Bosques el poder “venir a un país en el que iban a tener la oportunidad de lograr todo aquello que se plantearon”. El cónsul ayudó en torno a decenas de miles de españoles, además de otras decenas de miles de judíos, según la documentación de la cinta.

“Quien tenía la firma de don Gilberto tenía fe para la vida”, dice entre lágrimas Flory Klapp, una de las entrevistadas.

Uno de los escenarios de esos recuerdos es el campo de concentración de Argelès, en el sur de Francia, donde “los camiones llegaban por las mañanas cargados de ollas con sopa caliente y hogazas de pan, y regresaban repletos de cadáveres”, recuerda Roberto Civera, que vivió allí cuatro años con su familia.

Entre los testimonios, se suceden de imágenes en blanco y negro, con filas de personas que corren con sus pertenencias o que forman una hilera para recibir comida. La música, acorde con el ambiente de guerra, la interrumpe el ruido de las bombas.

“Te daban un té y horas después, una zanahoria”, detalla Rafael Del Castillo, que no se olvida de cómo don Gilberto agarró del brazo a su padre para que las SS (unidad del régimen nazi) o la policía francesa no impidieran su partida. “Don Gilberto descendió de su carro oficial, fue directamente a la pasarela que llevaba al barco. Tenía a mi padre justo a su lado, lo sostenía del brazo. Dijo: Soy el embajador de México, no pueden tocarme. Le dio un beso y mi padre le dio a él un beso. Después, mi padre subió la escalera”.

¿Llegada al paraíso?

Una vez en México, “no encontraron el paraíso”. Entre otras dificultades, se encontraron con la comunidad española ya asentada, “que era franquista”. Los exiliados emprendieron un proceso de adaptación para levantar una nueva vida. “No fue fácil, pero reconocen que México fue un país sumamente hospitalario y lo sé por mis padres”, reconoce la cineasta. Liberman, de origen judío, es nieta de un menchevique ruso que salió del país rumbo a América cuando sintió que se vulneraba la revolución por la que había luchado.

La historia supuso un punto de conexión con Bosques, que también manifestaba cómo se habían perdido los valores de la Revolución Mexicana, de la que fue partícipe.

La cineasta asegura que al cónsul, que nunca se afilió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y que rechazó en dos ocasiones la medalla Belisario Domínguez, le daría vergüenza la situación actual de México. “Él ya no podría ni manejarlo”. La medalla es una distinción del Senado de México a ciudadanos ilustres.

Liberman considera necesario recordar el peso diplomático de entonces. “En la memoria de un país están las respuestas para lo que ese grupo puede esperar en el futuro”, resume.

La exhibición de la película fuera de México sacude la conciencia, “en cuanto a la diferencia de cómo se trata a los emigrantes mexicanos hoy en día fuera de México y cómo trató México a los inmigrantes europeos en ese momento”, según explica la cineasta. “Cuando pisaban el país, ya les daban la nacionalidad y circunstancias de inmigrantes como si fueran ciudadanos de este país”.

*ForoJudio.com ha iniciado gestiones para solicitar a Yad Vashem el reconocimiento del Cónsul Mexicano Gilberto Bosques como “Justo Entre las Naciones”, firma la petición.

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