Revivir el pasado del primer barrio judío en la Ciudad de México es posible.
Basta adentrarse en las calles de Jesús María y Justo Sierra para encontrarse con reminiscencias del lugar a donde los inmigrantes judíos llegaron a México hace 100 años.
Ahí, estudiaron, rezaron, crearon sastrerías, abrieron tiendas de abarrotes, carnicerías kosher y panaderías de estilo europeo que no existían antes de su llegada.
En el lugar también se encuentra la primera sinagoga del país, junto a otra que hoy opera como centro cultural.
Es ésta segunda los visitantes puede ingresar de manera gratuita, además de contar con un centro de documentación para conocer la historia de los judíos llegados a México, las vecindades donde vivían y los empleos con los que iniciaron una nueva vida.
Se trata de la sinagoga Nidje Israel, también conocida como Sinagoga Histórica Justo Sierra 71.
El espacio también alberga un salón central, en cuyas paredes se retratan escenas de lujosas fiestas llevadas a cabo, muchos años atrás, en el lugar.
De ella también parten recorridos por el barrio judío cada segundo domingo del mes, así como visitas guiadas dentro de la sinagoga, el primer y tercer domingo del mes.
Este lugar fue inaugurado en 1941 y es el primer espacio para los judíos que llegaron a México provenientes de Polonia Rusia, Lituania, Hungría y Alemania.
El edificio cuenta con dos fachadas, una exterior que remite a la época colonial, fabricada con tezontle y cantera, y la fachada interior tiene un estilo neorrománico.
De acuerdo con Mónica Unikel, directora de la Sinagoga Histórica Justo Sierra 71, durante la construcción del edificio, la segunda fachada se ocultó a la vista de los paseantes de forma intencional.
“La comunidad judía siempre ha intentado mantener un bajo perfil, algo que no sea muy llamativo, por eso se hicieron dos fachadas, en la de afuera se intentó que pareciera un edificio más de los que hay en la calle, sólo lo identificas por las estrellas de David.
“Incluso la fachada exterior tiene un toque diferente a las demás y en los sesentas fue tapada por la visita de un Papa a la Ciudad, fue hasta hace unos años que la Autoridad del Centro Histórico le quitó la cubierta y la dejó como en un principio”, relató Unikel.
Al entrar a la sinagoga, su belleza deja boquieabiertos a los visitantes y, para muchos de ellos, es como trasladarse a la Europa Oriental.
“Me quedé con la boca abierta, no es muy común encontrar este tipo de cosas en el Centro, es más, uno nunca sabe lo que se encuentra detrás de todas las paredes que hay en esta Ciudad”, dijo Julio García, visitante.
La primera sinagoga de México, llamada Monte Sinaí, se levantó en 1923 también en Justo Sierra, a unos pasos de Nidjei Israel.
Es una Sinagoga hermosa, vale la pena visitarla
Hermosa Bella no hay palabras que bonitos recuerdos
Es un recuerdo muy hermoso ahí fui de chica y ahí me case hace 58 años