Vamos México: Shalva

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¿Por qué correr un Maratón y hacerlo por una Organización de niños con discapacidad?

Hace 2 años viajé con un grupo de mujeres en una misión a Israel, donde visitamos varios lugares, con el motivo de reforzar nuestra identidad y valores como mujeres judias. Uno de los lugares que visitamos fue Shalva. Nos tocó ver la llegada de los niños que vienen después de un largo día en la escuela llenos de alegría, sonrisas y emoción. Vimos también la tranquilidad y confianza de los papás que acuden a Shalva y también el cariño y amor con el que el personal y voluntarios reciben a cada uno de los niños.

La labor que el personal y voluntarios de Shalva hacen día a día parece ser fácil, sin embargo todos los niños tienen una dificultad o discapacidad que requiere de una atención, sensibilidad y entrega a su trabajo.


Fué ahi donde pude ver que no es un lugar cualquiera, me pude dar cuenta que se maneja como una gran familia. Inclusive las instalaciones del lugar se sienten acogedoras e invitan a poder sentirse en casa.

Al regresar de este viaje empecé a integrar mis vivencias y a compartir con mi familia mis experiencias. Un día me hablaron desde Shalva para preguntarme si “yo” podría tener una reunión en mi casa para hablar acerca de Shalva y poderlo compartir con gente de Toronto. Me empecé a sentir un poco nerviosa porque no entendía el porque me estaban hablando a mi.

Les contesté: “Yo soy de México, llevo poco en Toronto y no tengo familia ni redes sociales muy grandes para poder invitar en mi casa”. Inmediatamente les di el numero de teléfono de mi lider y les dije que le hablaran, que ella era la person adecuada.

Unos meses después una amiga del Templo me comentó que tenía una junta con unas personas que me quería presentar. En ese momento, mi mamá estaba visitándome de México y me acompañó a esta visita. La sorpresa que nos dimos fué que mi amiga no pudo llegar y que estas personas a las que me quería presentar eran los fundadores de Shalva.

Realmente sorprendida y sin entender el motivo de la visita nos encontramos en un café con el Rabino Kalman Samuels y su hijo Avi y empezaron a platicarnos como se fundó Shalva. Comprendimos que necesitaban fondos par que Shalva se sostenga ya que todos sus servicios son gratuitos.
Al escuchar todo esto nos empezamos a emocionar y sentimos la necesidad de ayudar. Mi mamá inmediatamente pensó en Mexico y la gran comunidad que tenemos que podría ser un buen contacto para iniciar una colecta de fondos.

Tengo que ser franca y admitir que nunca he tenido contacto con personas con necesidades especiales y que era difícil verme en la tarea de ayudar a una organización que no tenía nada que ver en mi vida diaria. No tengo un hermano, ni un primo, ni un hijo, o nadie cercano realmente con discapacidad que yo personalmente haya tenido que pasar por la experiencia de cuidar o convivir día a día, asi que empezé a cuestionarme de el por qué estaba ahí.

El judaísmo afirma que toda alma viene a este mundo con un objetivo único y positivo. Que nunca nadie ha venido ni vendrá al mundo con exactamente la misma misión. La luz que estás destinado a entregar en el mundo es solamente tuya, tan individual como tu huella digital, tan personal como tu voz. Muchas veces caminamos en la vida sin saber cual es nuestra misión, siguiendo la rutina establecida por la sociedad: vamos a la universidad, encontramos un trabajo, nos casamos, tenemos una familia; pero no tenemos una idea clara.

Después de esa reunión en el café se prendío en mi una lucecita que empezó a cobrar peso en mi vida con la posibilidad de ser un vehiculo para poder ayudar a Shalva.

En Diciembre 2012 Moy y yo decidimos unirnos al grupo de Toronto para ir a correr el Maratón de Jerusalem representando y juntando fondos para Shalva.

La experiencia de estar otra vez en Israel y compartir esos momentos con Moy y con los niños con discapacidad fueron únicos.

Ahí fué donde entendí que mi luz que tengo para entregar al mundo podría expandirla, y que si estaba atenta podía ver que habían señales muy claras que me conectaban con Shalva.

Estando en Israel, le prometimos al Rabino Kalman que nos pondríamos en contacto con México y traeríamos un grupo numeroso para el siguiente año. Así es como nació la idea de formar “Vamos Méxicio”.

Nos da gran emoción de ser parte de este grupo, y de poder compartir la alegria y satisfacción que se siente al dar y dar con manos llenas.
Empezemos nuestra campaña y corramos la voz para que este grupo llegue a Israel fuerte y numeroso.

Gracias por venir con nosotros.

Mery Volcovich

 

Si tú quieres participar en esta maravillosa experiencia visita www.shalva.org

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