Nunca se sabe cuando la vida puede dar un vuelco de mil grados en cualquier momento, y lo que es capaz de derivarse de esos sucesos inesperados que, en un momento dado, o somos capaces de manejar, simplemente porque no los conocemos.
El transcurrir de cada momento parece ser único y aislado, sin que nos pongamos a pensar que deriva de muchas situaciones, que pueden o no ser determinantes.
Precisamente por eso y de eso, es que se ha dicho que la infancia es forjadora de destinos; que nos coloca en situaciones que –también-, podemos o no hacer frente; mas que nada por hechos que alguna vez vivimos, o que nos afectaron positivamente o negativamente, por su marcada repetición.
Y aquí tenemos a dos personajes bastante complicados per sé.
Una adolescente, quien representa la típica “desadaptada de la manada”, y quien por una circunstancia fortuita, llega a un punto determinante en su vida, y en la de dos de sus compañeras.
La otra personalidad es la de un adulto joven, sumamente trastornado y victima de lo que se conoce como “ trastorno de identidad disociativo”.
Este verdadero “personaje” desarrolla tantas facetas de personalidad, como la misma imaginación.
El dato curioso es que todas estas caras están –de alguna manera-, entrelazadas, provocando una confusión aún mas grave.
Llega el momento en que ambos conjuntan su destino, y se plantean a sí mismos dentro de un mundo sumamente peculiar, pleno de violencia, de situaciones inesperadas para todos, de trastornos internos y de simpatías y empatías…todas ellas divagando en etapas momentáneas.
NOTAS ADICIONALES, DUDAS Y COMENTARIOS:
http://www.diariojudio.com/autor/eltiojorge
Correo: [email protected]
Facebook: JORGE VILLEGAS HERNÁNDEZ
Twitter: @eltiojorge_com
Un secuestro, un cautiverio, una tortura mental y física constante, y sobre todo un acoso vivencial; se perpetran en Un Mundo tan Distante como Cercano. Todo debido a un ser “Fragmentado”.
Artículos Relacionados: