Un manifiesto público, firmado conjuntamente por políticos y celebridades, denuncia la “radicalización islamista”.
Más de 300 dignatarios y estrellas franceses firmaron un manifiesto denunciando un “nuevo antisemitismo” marcado por la “radicalización islamista” luego de una serie de asesinatos a miembros de la comunidad judía.
La comunidad judía en Francia es la más grande de Europa. Actualmente se encuentra golpeada por una ola de emigración hacia Israel en las últimas dos décadas, en parte debido a la aparición de virulento antisemitismo en barrios predominantemente inmigrantes.
“Exigimos que la lucha contra este fracaso democrático que es el antisemitismo se convierta en una causa nacional antes de que sea demasiado tarde”, se lee en el manifiesto firmado por políticos de izquierda y derecha, incluido el ex presidente, Nicolas Sarkozy, y celebridades como el actor Gerard Depardieu.
Los firmantes condenaron lo que llamaron una “purga étnica silenciosa” impulsada por el creciente radicalismo islamista, particularmente en los barrios de la clase trabajadora. También acusaron a los medios de permanecer en silencio sobre el asunto.
“En nuestra historia reciente, 11 judíos fueron asesinados, y algunos torturados, por radicales islamistas por ser judíos”, dijo la declaración.
Los asesinatos mencionados se remontan a 2006 e incluyen el tiroteo mortal de 2012 de tres escolares y un profesor en una escuela judía por el pistolero islamista, Mohammed Merah, en la ciudad suroccidental de Toulouse.
Tres años después, un cómplice de los dos hermanos que masacró a un grupo de dibujantes en el periódico satírico Charlie Hebdo, mató a cuatro personas en una toma de rehenes en un supermercado judío en París.
En abril de 2017, una vecina judía ortodoxa, de unos sesenta años, fue arrojada por su vecino desde la ventana de su piso en París gritando “Allahu Akhbar” (Dios es el más grande).
El último ataque en Francia tuvo lugar el mes pasado cuando dos perpetradores apuñalaron a una mujer judía de 85 años 11 veces antes de prenderle fuego a su cuerpo, en un crimen considerado antisemita.
Su muerte brutal envió fuertes mensajes a la comunidad de Francia e instó a 30.000 personas a unirse a una marcha en su memoria.
Al condenar el “terrible” asesinato, el presidente Emmanuel Macron reiteró su determinación de luchar contra el antisemitismo.
“Los judíos franceses tienen 25 veces más el riesgo de ser atacados que sus conciudadanos musulmanes”, según el manifiesto.
Agregó que unos 50.000 judíos habían sido “obligados a mudarse porque ya no estaban seguros en ciertas ciudades y porque sus hijos ya no podían ir a la escuela”.
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