Aunque el Papa Francisco no dio su permiso oficial para que los católicos puedan casarse con judíos y miembros de otras religiones, suavizó considerablemente la postura de la Iglesia sobre el matrimonio religioso mixto.
“Los matrimonios con miembros de otras religiones están en ascenso de todos modos”, reconoció Francisco en su exhortación apostólica sobre el matrimonio y la familia. “Y, además, el Vaticano ya no respalda el intento de convertir a los miembros de otras religiones al catolicismo – ¿por qué ver al matrimonio mixto como una oportunidad para fomentar el diálogo entre los miembros de diferentes religiones?”, añadió.
El documento de Francisco “Amoris Laetitia” (del latín, “la alegría del amor”) ha recibido mucha atención por su enfoque generalmente más indulgente hacia el divorcio y el matrimonio homosexual, pero quizá lo más significativo para los no católicos es la opinión del Papa sobre el matrimonio interreligioso – un problema con el que el mundo judío se enfrenta también.
“La Iglesia Católica veía a los matrimonios mixtos como una oportunidad para la conversión”, explica Piero Stefani, un erudito católico en la Facoltà Teológica del Norte de Italia, un instituto de propiedad de la Iglesia en Milán. En los primeros días de la iglesia durante el Imperio Romano, ésta instó a los cristianos conversos nuevos que ya estaban casados a utilizar sus relaciones para convertir sus cónyuges.
“Hoy en día el clima es muy diferente: La Iglesia ya no está apoyando una política de conversión misionera, especialmente hacia los judíos. Así, los matrimonios interreligiosos son vistos como una “oportunidad” para iniciar un diálogo positivo [de la fe] con el cónyuge no católico, en lugar de una ocasión para convertir a él o a ella”, añadió.
Dado que los matrimonios con no cristianos son cada vez más comunes, el Papa decretó que los clérigos católicos deben educarse sobre los retos de matrimonio mixto para que pueda afrontar mejor los matrimonios entre católicos y no católicos.
La Iglesia Católica ha tenido históricamente una visión mucho más dura con los matrimonios mixtos. Benedicto XIV en el 1700 los calificaba como “matrimonios detestables, que la Santa Madre Iglesia ha condenado y prohibido continuamente.”
En 1966, después del Concilio Vaticano II, sin embargo, la Iglesia publicó un documento reiterando la prohibición de los matrimonios mixtos y los “peligros inherentes en el matrimonio de un católico con un cristiano no católico, y aún más en el matrimonio con un no cristiano”.
Bajo el nuevo decreto de Francisco, los matrimonios mixtos todavía se consideran una situación peculiar que requiere un permiso especial para llevarse a cabo. Pero ahora, el Papa ha dicho, que esto ya no debe ser considerado como un “peligro”, sino como una oportunidad.
Esta declaración del Vaticano llega en un momento en que el mundo judío también está lidiando con el aumento de las tasas de matrimonios mixtos. En Estados Unidos, por ejemplo, el 35 por ciento de los judíos estadounidenses que se casó en los últimos cinco años tiene un cónyuge no judío, según una encuesta del Pew Research Center.
Durante el mismo período, los matrimonios mixtos representaron el 39 por ciento de todos los matrimonios en los Estados Unidos. La evidencia sugiere que las tasas de matrimonios mixtos son mayores entre los judíos europeos.
El judaísmo ortodoxo prohíbe los matrimonios mixtos, y algunas voces en los movimientos conservadores, reformistas y reconstruccionistas también sostienen que representa una amenaza para el futuro de los judíos de la diáspora, aunque hay quienes no estarían de acuerdo. En enero de este año, los reconstruccionistas de EE.UU. levantaron su prohibición del matrimonio mixto para los que se ordenen como rabinos, ya que conciben que la prohibición “refuerza un tribalismo que aliena el individuo y es moralmente perturbador en el siglo XXI”.
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