Para realizar el experimento, el periodista se vistió de negro, se puso un sombrero y se colocó una larga y falsa barba. Tomó un papel que contenía la dirección de una sinagoga escrita en hebreo. Fingiendo ser de Yemen, salió a recorrer las calles de El Cairo pidiendo ayuda para llegar a dicho recinto, pero en lugar de recibir algún tipo de asistencia encontró respuestas hostiles y agresivas.
Cuando el judío pide ayuda para hallar la dirección, los transeúntes lo ignoran, lo insultan, lo rodean, lo acosan y lo agreden, demostrando así lo peligro que es ser judío en el mundo árabe.
El video también contiene una segunda parte en la cual el periodista se quita la falsa barba y el traje negro, pero se pone una kipá y sigue preguntando por la ubicación del templo. Las respuestas, en este caso, tampoco fueron muy favorables.
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