Hoy el mundo judío celebrará Purim, fiesta de alegría, banquetes y disfraces

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El 14 de adar recuerda cuando la Providencia Divina y el compromiso de la reina Ester y su tío, Mordejái, impidieron la aniquilación de todo el pueblo en la Persia del 1356 AEC (el año judío 3405). Las costumbres incluyen leer en voz alta el relato de la historia, enviar alimentos a amigos, entregar regalos a necesitados y regocijarse en grandes comidas especiales.

Desde el anochecer de ayer, miércoles, los judíos de todo el mundo celebrarán Purim, una festividad de alegría, banquetes y disfraces que recuerda cuando la Providencia Divina y el compromiso de la reina Ester y su tío, Mordejái, impidieron la aniquilación de todo el pueblo en la Persia del 1356 AEC (el año judío 3405).

La historia es relatada en Meguilat (pergamino o libro de) Ester y cuenta que el rey Ajashvérosh dio una fiesta en su palacio a la cual su esposa, Vashti, no asistió, así que la echó y organizó una especie de concurso para elegir a su reemplazante. Allí se presentó Ester, quien omitió decir que era judía y fue elegida reina.


Ajashvérosh designó como primer ministro a Hamán, un descendiente de amalequitas que odiaba a los judíos y aprovechó la negativa de Mordejái a prosternarse ante él para idear un plan de aniquilación de todo su pueblo.

En forma paralela, el tío de Ester escuchó a dos guardias planear el asesinato del rey, lo cual se lo comunicó a su sobrina y ésta a Ajashvérosh, quien quedó en deuda con Mordejái. Por ello le pidió a Hamán que le aconsejara cómo honrarlo, sin decirle de quién se trataba. Éste pensó que sería el destinatario del homenaje y describió un trato casi imperial, el cual luego tuvo que cumplir a desgano.

La meguilá, cuyo texto también se encuentra en el apartado de las Escrituras (Ketuvim) del TaNa”J (Biblia hebrea), explica que para elegir el día en que ello ocurriría, el malvado funcionario “ipil pur” (echó suerte) y tocó el 13 del mes hebreo de adar.

Mordejái le informó a Ester que todos los judíos ayunarían, se arrepentirían de sus pecados y rezarían para revertir el designio y le encomendó que hiciera lo propio y luego tratase de convencer al monarca de cambiar de opinión.

La reina se arriesgó a molestar el descanso de su marido, lo cual podría haberle costado la vida, y lo convenció de organizar una cena para ambos y Hamán, durante la cual le reveló los planes del primer ministro.

Ajashvérosh ordenó que éste fuese ahorcado por querer asesinar a la reina y a su pueblo y autorizó a los judíos a enfrentar a sus enemigos, a los cuales derrotaron.

El 14 de adar fue un día de goce y regocijo porque el pueblo se había librado de quienes amenazaban su existencia, el cual la propia meguilá estipula que debe ser recordado con alegría y banquetes por todas las generaciones.

El día en que los judíos debían ser aniquilados (13 de adar) se recuerda cada año con un ayuno diurno llamado Taanit (el ayuno de) Ester, que también se cumplirá mañana, durante el día.

Las costumbres de Purim (suertes, plural de “pur”) incluyen la lectura en voz alta de la meguilá, un pergamino escrito a mano que relata la historia, al caer la noche y en la mañana siguiente, para que todos la escuchen y hagan ruido con matracas o lo que fuera hasta hacer inaudible el nombre de Hamán; entregar “Matanot laebionim” (regalos para los necesitados) a dos personas diferentes, que pueden ser algo comestible, o dinero para comprarlo, y una generosa caridad; enviar “Mishlóaj manot” (al menos dos alimentos) a amigos y familiares; y regocijarse en un banquete especial, cuyos participantes estén disfrazados.

El día siguiente (desde el atardecer del jueves y hasta antes de Shabat, en esta oportunidad) se denomina Shushán Purim, ya que fue el 15 de adar cuando por fin los judíos pudieron descansar de quienes los amenazaban en la capital imperial, Shushán.

Éste se celebra en las ciudades amuralladas, como Jerusalem.

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