Por primera vez en muchos años, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel no intentó intervenir e impedir el debate sobre un posible reconocimiento del Genocidio Armenio por parte de Israel.
En la oficina de la Presidencia de la Knesset, el Parlamento israelí, informaron que en esta ocasión la Cancillería no puso ninguna objeción ni intentó impedir o aplazar el debate, que finalmente tendrá lugar mañana en el pleno parlamentario. En el pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores también intentó que este debate se llevara a cabo a puertas cerradas y en alguna comisión en lugar del pleno, pero esta vez no intervino, tampoco en este sentido.
La viceministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Hotovely, explicó en declaraciones a Radio Nacional de Israel que “la crisis con Turquía nos ha llevado a evaluar una serie de medidas”.
“Vemos esto como algo que tiene efectos significativos para Turquía, y por ello todavía no se ha tomado una decisión concreta sobre el reconocimiento del Genocidio Armenio”, señaló la viceministra.
Según la funcionaria israelí, “la expulsión del cónsul turco es una medida que tuvo serias consecuencias para Turquía y ellos comprendieron el mensaje. Si el objetivo político es terminar las relaciones diplomáticas con Ankara, entonces es mucho lo que se puede hacer. Pero hay que entender que nosotros queremos preservar las relaciones con Turquía, porque es un país importante en nuestra región. El cierre de una representación diplomática tiene un precio y no estamos interesados en eso”.
En cuanto a la iniciativa de debatir en la Knesset el reconocimiento israelí al Genocidio Armenio, la semana pasada fue presentada en un proyecto de ley por el legislador Itzik Shmuli, del Movimiento Sionista, quien también propone que la Knesset establezca una fecha en la que cada año se recuerde el hecho histórico y se rinda homenaje a las víctimas.
Por otra parte, fuentes de los partidos Likud e Israel Beitenu informaron en las últimas horas que también barajan la posibilidad de impulsar medidas de apoyo a la independencia del Kurdistán, algo que sin duda profundizaría la crisis entre Israel y Turquía.
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