En un acto sobre el Holocausto y ante comunidad judía en el país, así como representantes del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, fijó su postura sobre el tema:
“El discurso de odio busca cancelar nuestro derecho a vivir sin miedo, a la dignidad, tanto individual como colectiva, y a la igualdad de trato sin ningún tipo de discriminación o marginación.
“Nuestro derecho a ser diferentes, pero a la vez ser iguales en derecho y libertades fundamentales. Nada perjudica más a la democracia que un entorno alimentado por actitudes que alientan la exclusión, el fanatismo y la violencia contra quienes son distintos y contra colectivos vulnerables y minorías en riesgo”, dijo.
El ombudsman encabezó la conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto, en el Museo Memoria y Tolerancia, donde aseguró que preservar y fortalecer el entorno democrático que México ha construido es compromiso y responsabilidad de todos.
“Ninguna sociedad puede sustentarse en la justicia y la paz si rechaza o denigra la dignidad humana”, sostuvo.
Al destacar que el Holocausto es una lección sobre los extremos a los que el fanatismo, intolerancia, discriminación y racismo pueden llevar, González Pérez subrayó que el alarmante incremento del discurso de odio a nivel global impulsa y promueve la xenofobia, así como el rechazo contra personas refugiadas y migrantes, y la animadversión hacia quienes no comparten la misma visión del mundo.
Al evento asistieron Alon Levi, jefe adjunto y consejero político de la Embajada de Israel; Sharon Zaga Mograbi, presidenta del Museo Memoria y Tolerancia; Halina Nadi, sobreviviente del Holocausto; Eva Lijtzain, presidenta de la Asociación Yad Vashem México; David Wulfovitch, vicepresidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, y Paula Leite, directora general Adjunta de Estudios, Legislación y Políticas Públicas del CONAPRED.
Sharon Zaga Mograbi señaló que el Holocausto es un hecho reciente en la línea histórica, del que todavía hay 80,000 sobrevivientes, y se convierte en evento cada vez más lejano y distante para las nuevas generaciones.
Advirtió que la devastación que provocó puede ser considerada en vano, porque el odio, el fanatismo y el exterminio son una constante en nuestro quehacer humano.
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