La compra acordada de la empresa mexicana Rimsa por 2,300 millones de dólares por la israelí Teva reafirma que México es un destino atractivo para la inversión extranjera en el sector farmacéutico, pero también evidencia otro aspecto innegable: los empresarios mexicanos están desinvirtiendo en esta industria.
El monto de la compra es fuerte, pues equivale a la suma de inversión extranjera recibida durante más de un quinquenio en el sector farmacéutico en México, y es la compra-venta más importante de la industria farmacéutica mexicana desde el 2009 cuando Kendrick pasó a manos de la francesa Sanofi.
A la compra de Rimsa, aún propiedad de Luis Jorge Pérez, le antecedió otra: la estadounidense Endo International hace meses se quedó con Grupo Somar de la familia Ramos, una de las de mayor arraigo en la industria farmacéutica mexicana. Aparte nos dicen que recientemente se vendió Laboratorios Mavi, y hay versiones de que al menos otro laboratorio mexicano negocia su venta a una empresa del exterior. La pregunta es: ¿qué les está llevando a vender?
La compra de Rimsa, que se estará concretando en el 2016, también refleja que ahora son las productoras de genéricos las que andan de compras por el mundo. Con esta adquisición, Teva, con sede en Tel Aviv, se queda no sólo con la planta productora de fármacos de Rimsa ubicada en Zapopan, Jalisco, sino con toda una estructura y red de contactos con médicos y profesionales de la salud que para Erez Vigodman, el CEO de Teva, era de lo más valioso para concretar sus evidentemente amplias expectativas en el mercado latinoamericano.
Rimsa es una empresa con 45 años de vida, que en el 2014 vendió el equivalente a 227 millones de dólares y lleva un ritmo de crecimiento de doble dígito desde el 2011. Ahora en manos de Teva seguramente impulsará ese ímpetu con mayor fuerza.
Dirigida en México por Enrique Villarreal, la israelí Teva había mantenido un bajo perfil desde que entró a México en el 2004 —entonces también mediante compras: primero Ivax y luego Grupo Sicor— pero ahora decidió dar un fuerte golpe con la adquisición de Rimsa y necesariamente elevará ese perfil.
Con esta compra, Teva, que en el 2014 vendió 19,000 millones de dólares a nivel global, tendrá ahora en México dos plantas productoras, una en el DF y otra en Jalisco. Y además, cierra la pinza para afianzar su presencia en la región que de por sí ya había reforzado con la reciente compra de la división de genéricos de la irlandesa Allergan.
Definitivamente, la empresa con sede en Tel Aviv está más fuerte que nunca. Fue en julio pasado cuando compró el brazo mundial de genéricos de Allergan por 40,500 millones de dólares. Con ello no sólo se reafirmó como la principal farmacéutica de medicamentos genéricos del mundo, sino que, todo indica, pasará a ser la primera multinacional de genéricos que entrará al top 10 mundial de farmacéuticas. Hay un dato que debemos considerar aquí: Israel, el origen de la empresa compradora, es el que más invierte de los miembros de la OCDE en investigación y desarrollo: destina más de 4% de su PIB al renglón. En tanto, México, el origen de la empresa que vende, ocupa el antepenúltimo lugar al destinar 0.43 por ciento. Sin duda refleja todo.
Canifarma lanza su Código F
La Cámara Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Canifarma), que preside Alexis Serlín, presentó Código F, su revista digital donde estará reportando sobre ciencia, tecnología, innovación y salud. En su primer número, el comisionado presidente de la Cofepris, Mikel Arriola, habla de que el regulador sanitario registra superávit, de modo que la Cofepris no aflojará ante el recorte presupuestal.
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