Los niños de Santa Rosa regresan a Polonia

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Esta obra de Berha Hiriart, será llevada al Festival de la Asociación Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud que este año tendrá como sede la ciudad de Varsovia, Polonia.

Dieciocho millones de niños desplazados de sus lugares de origen por conflictos de guerra y la mayoría sin familia, son una realidad que prevalece en nuestros días. México acogió a miles de refugiados en las primeras décadas del siglo XX, Los niños de Santa Rosa, polacos de nacimiento, no fueron la excepción.

El primer día de julio de 1943 llegó a nuestro país un primer contingente, y el 2 de noviembre del mismo año se integraron más polacos a la Hacienda de Santa Rosa, en León, Guanajuato. Fueron aproximadamente 1 500 personas, entre ellos muchos niños sin padres, procedentes de los campos de concentración de trabajos forzados en Siberia, que arribaron para integrarse a la sociedad mexicana.


“No queremos dar un mensaje ni una enseñanza, lo que sí creo es que se trata de un tema interesante, que no pasa de moda. Es una situación humana que está viva. Es importante también que las nuevas generaciones conozcan la vida azarosa de los exiliados y puedan abrir su corazón para dar una buena acogida a esos grupos de abandonan sus países por situaciones ajenas a ellos”, afirmó Berta Hiriart, autora de la obra Si no lo cuentas tú, ¡quién lo sabrá? Historia de los niños de Santa Rosa.

Con motivo de la celebración del festival de la Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud (ASSITEJ), que este año se llevará adelante en Polonia y a la que asistirán diversos países de la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos, Argentina y México, entre otros, la subdirectora del Programa de Teatro para Niños y Jóvenes del INBA, Marisa Giménez Cacho, buscó a Edyta Rzewuska, polaca avecindada en nuestro país desde hace 18 años y con vasta experiencia en teatro infantil, con el objeto de desarrollar un nuevo proyecto sobre la relación bilateral y cultural entre ambas naciones.

Berta Hiriart, quien todavía no se integraba al proyecto, preguntó si había algún episodio histórico que relacionara a México y Polonia, a lo que Edyta respondió que había oído hablar de los niños de Santa Rosa, que llegaron al país deportados de Siberia. Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin y Hitler se dividieron Polonia. A la Unión Soviética le correspondió la parte este y deporta a muchos polacos a Siberia. Cuando Hitler invadió la URSS, Stalin decide pasarse con los aliados y entonces los polacos ven una esperanza de libertad. Después de un largo periplo por el mundo, un grupo llegó a México.

La puesta en escena, con cuatro actores, títeres, algunos objetos, luces, música y proyección multimedia, logra transportar al espectador desde la acogedora casa polaca donde viven los hermanos Yurek e Irena junto con su madre y abuelo, hasta los campos helados de Siberia, pasando por el largo periplo en tren que los conduce a su destierro y, posteriormente, su estancia en otros países, con idiomas y costumbres ajenas a la pequeña familia, para embarcarse finalmente con destino a México.

“Lo primero que hicimos fue buscar pistas en internet y llegamos a un libro, El comercio ilusorio, que escribieron dos historiadoras mexicanas, Celia Zack de Zukerman y Gloria Carreño, sobre esta aterradora experiencia. Ellas entrevistaron a muchos de los sobrevivientes que aún radican en León, Guanajuato, y en otras ciudades del país y Chicago. Tardaron varios años en la investigación. Ese fue nuestro libro de cabecera que nos llevó hasta Santa Rosa y de ahí a buscar a estas personas para recabar más detalles que pudieran alimentar el guión teatral”, comentó Hiriart.

Aparte del libro en cuestión, la embajada de Polonia en México les proporcionó información, en especial el cónsul honorario, Wojciech Stebelski, cuyo padre fue el responsable de traer el primer barco de exiliados polacos a México y registrar en su diario personal cada paso de la travesía con material fotográfico. La gente de León, Guanajuato, que conoce la historia y tres mujeres adultas que compartieron con los exiliados su experiencia, abrieron la puerta a sus recuerdos y a sus familias, cuya tercera generación sabe que su identidad es también polaca, por lo que hay una mezcla de elementos mexicanos y polacos en sus vidas.

Al mismo tiempo, Edyta sugirió que sería interesante que Ewa Piotrowska, con quien habían trabajado en un festival en Polonia, dirigiera la obra. Le mostraron el proyecto y decidió venir a México. “Ahora ya estrenamos y nos vamos a Polonia el domingo 25 de mayo, donde tendremos cuatro presentaciones”, afirmó la dramaturga mexicana.

La obra está escrita y actuada en varias lenguas: polaco, español e inglés, y se presentará igual en el Festival de ASSITEJ, donde contarán con subtitulaje del español al polaco y al inglés.

Actualmente la Hacienda de Santa Rosa sigue en pie, convertida en un orfanato que administran los padres de la orden de Don Bosco, también cuenta con una preparatoria para adolescentes de escasos recursos y muchos de los polacos que viven en México apoyan la institución con donativos.

Si no lo cuentas tú, ¿quién lo sabrá?, es una producción del Programa de Teatro para Niños y Jóvenes del INBA, Teatro Baj de Varsovia y la Embajada de Polonia en México, tendrá presentaciones los sábados y domingos a las 12:30 horas en el Teatro Orientación, del Centro Cultural del Bosque, hasta el 20 de julio.

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