El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, realizará un viaje de cuatro días a Reino Unido coincidiendo con el centenario de la declaración de Balfour, la controvertida carta que en noviembre de 1917 mostró el apoyo británico a la creación de un Estado judío en Palestina.
La primera ministra británica, Theresa May, invitó a Netanyahu en febrero a participar en los actos organizados en Londres, mientras que el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, hizo lo propio y extendió en marzo una invitación formal a la familia real británica para que asistiera a los actos previstos en Jerusalén.
La conmemoración del centenario tiene otro significado para los palestinos, que desarrollarán actividades alternativas de condena, y su presidente Mahmud Abás ha pedido a la comunidad internacional, y especialmente a Reino Unido, responsabilidad por la emisión de la declaración y sus consecuencias.
La misiva representó el primer reconocimiento de una gran potencia al incipiente movimiento sionista y sentó las bases para una mayor actividad diplomática que se formalizaría con el Plan de Partición de la ONU de 1947, que proyectó un Estado judío y otro árabe en Palestina, y la posterior creación del Estado de Israel.
La capital británica acogerá varios eventos conmemorativos, el más importante en el Royal Albert Hall al que asistirán los actuales Balfour y Rothschild, cuyo antepasado Lord Walter Rothschild recibió la misiva como líder de la comunidad judía británica.
Lord Roderick Balfour, descendiente del entonces ministro de Exteriores británico firmante de la carta Arthur James Balfour, estuvo el pasado mes en Israel para asistir a la conferencia De Balfour al Brexit, que examinó cien años de relación entre Reino Unido e Israel.
El periódico británico The Guardian calificó la celebración del centenario como “un campo de minas para el asediado gobierno de May” en Reino Unido, donde la primera ministra ha tomado parte activa en la promoción del aniversario.
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