La obra lleva el nombre de “Birkenau” y consta de cuatro grandes pinturas abstractas basadas en fotografías en blanco y negro que hizo en secreto un prisionero judío del campo de concentración Auschwitz-Birkenau en agosto de 1944.
Richter, una de las figuras del arte contemporáneo más respetadas y mejor cotizadas, pintó los gigantescos lienzos en 2014. Hace un año presentó la obra en el Museo Albertinum de Dresde, pero bajo el título de “Cuadros abstractos”.
Previamente a la inauguración de la muestra en el Museo Frieder Burda de Baden-Baden fue presentada en la noche del jueves y en presencia de Richter una exhibición complementaria con documentos de 15 sobrevivientes del Holocausto acompañados por cuadros del pintor.
Auschwitz-Birkenau fue el mayor campo de exterminio durante el nacionalsocialismo y el símbolo del Holocausto que costó la vida a más de seis millones de judíos europeos.
En el otoño (boreal) de 1942 comenzaron los asesinatos masivos en las cámaras de gas. De los seis millones de víctimas, cerca de 1,1 millones, entre ellos un millón de judíos, perdieron la vida en Birkenau.
Gerhard Richter se ocupó durante mucho tiempo y de forma muy intensa con el genocidio judío. En Baden-Baden también están expuestas muchas fotos en blanco y negro y bosquejos que Richter ha ido confeccionando desde la década de 1960.
“Tuvo que pasar un tiempo hasta que pudiese encontrar la forma adecuada”, señaló Richter. Los cuadros están pintados en colores sombríos: negro, gris, rojo oscuro, un verde sucio. La pintura se superpone hasta que no se distingue la montaña de cadáveres de la foto. “Pinté abstracto porque las fotos son inigualables, no lo puedo hacer mejor”, explicó.
Richter, de 83 años, es el artista alemán mejor cotizado. Sus obras alcanzan precios astronómicos, algo que para él es prueba de la “locura” que se ha apoderado del mercado del arte. (dmz/dpa/hl)
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