El presidente Donald Trump reconoció el miércoles a Jerusalém como la capital de Israel y anunció que comenzaría a trasladar la embajada de Estados Unidos allí, a pesar de las advertencias de los líderes mundiales de que la medida socavaría los esfuerzos de paz y provocaría la violencia.
“Es hora de reconocer oficialmente a Jerusalém como la capital de Israel”, dijo el presidente en un comunicado de la Sala Diplomática en la Casa Blanca. “Esto no es más que un reconocimiento de la realidad. También es lo correcto “.
El vicepresidente Mike Pence apoyó a Trump mientras hablaba. Pence viajará a la región más adelante en el mes.
Reconocer a Jerusalém como la capital de Israel es considerada por muchos como una medida provocativa porque el sector oriental de la ciudad, sede de algunos de los sitios antiguos más sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islamismo, también es reivindicado por los palestinos como la capital de un futuro estado.
Mientras que el Congreso aprobó una ley en 1995 que reconocía que Jerusalém era la capital de Israel y exigía que el presidente trasladara la embajada de Estados Unidos ahora en Tel Aviv a la ciudad, los presidentes anteriores evitaron tomar medidas que podrían prejuzgar el estado final de la ciudad. Los presidentes han ejercido sistemáticamente una exención que les permite retrasar la mudanza de la embajada por motivos de seguridad nacional.
Trump dijo que al dar el paso, Estados Unidos “no está tomando una posición sobre ningún problema de estado final, incluidos los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalém”.
Dijo que los EE. UU. continuarían apoyando “una solución de dos estados si ambas partes acordaban”.
“Esta decisión no pretende de ninguna manera reflejar una desviación de nuestro firme compromiso de facilitar un acuerdo de paz duradero”, dijo Trump. “Queremos un acuerdo que sea un gran negocio para los israelíes y un gran acuerdo para los palestinos”.
La declaración de Trump corre el riesgo de alienar a los aliados musulmanes que colaboran en las operaciones militares de EE. UU. en la región y de sacrificar la credibilidad de EE. UU. como árbitro en el esfuerzo de décadas para promover la paz en la región.
Las instalaciones de EE. UU. en Oriente Medio se están preparando para posibles protestas violentas después de la decisión. El Departamento de Estado envió alertas a embajadas y consulados en países de mayoría musulmana la semana pasada para advertirles sobre disturbios, y el consulado de EE. UU. en Jerusalém advirtió a los empleados y sus familias que limiten los viajes personales.
La reubicación de la embajada tomará años, dijeron altos funcionarios del gobierno mientras informaban a los reporteros sobre la decisión sobre la condición del anonimato el martes por la noche. Dijeron que no había un cronograma específico para la mudanza, pero que la construcción de la nueva embajada suele durar de 3 a 4 años.
Los líderes mundiales en Europa y Medio Oriente han denunciado el plan. En su audiencia semanal, el Papa Francisco pidió a Trump que respete el status quo en Jerusalém, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió a Trump contra la medida en una llamada a principios de esta semana, según un comunicado del gobierno francés.
Los líderes de todo el Medio Oriente, incluidos Jordania, Egipto, Turquía, Arabia Saudita y la Liga Árabe también se han pronunciado en contra del plan, y el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, calificó el plan de Trump como una señal del “fracaso e impotencia” de Estados Unidos. El ministro Benjamin Netanyahu aún no ha comentado públicamente sobre la decisión.
Sin duda es un noticia importante pues a mis ojos el futuro de esta decisión es traer el reconocimiento de Jerusalem como dos ciudades, la israelí y la palestina, púes así es de hecho. Los judíos aun los laicos como yo no necesitamos que Trump reconozca a Jerusalem para reconocer la importancia de esta milenaria ciudad en la vida de los judios. Y era importante para los judíos cuando no estaba en nuestro poder 2 mil años yno dejará de serlo cuando haya paz con los palestinos.
La paz vendrá cuando tengamos (israelies y palestinos) dirigentes que sean calificados de estadistas.