Un equipo israelí llegó al sitio donde se estrelló el avión de Germanwings

Un grupo de la organización de rescate y recuperación israelí ZAKA llegó al sitio en el que se estrelló el avión de la empresa Germanwings en los Alpes Franceses anoche para asistir en recuperar los restos de un hombre israelí que se encontraba entre las 150 personas que fallecieron en la tragedia, informó el medio israelí The Times of Israel.

Junto con equipos de búsqueda local, los voluntarios tienen la tarea de recolectar y devolver los restos de Eyal Baum, un ciudadano israelí que estaba a bordo del avión que se estrelló el 24 de marzo mientras iba a Dusseldorf, Alemania, desde Barcelona, España, para que pueda ser enterrado.

“Nuestra misión es asegurar el entierro total de Eyal Baum y asistir a los equipos internacionales en los esfuerzos de búsqueda y recuperación. Es un terreno difícil de cubrir pero estamos preparados para trabajar el tiempo que sea necesario”, dijo el jefe de la Unidad de Rescate Internacional de ZAKA, Mati Goldstein.

La familia de Baum le había pedido a la empresa aérea Lufthansa que lleve al equipo ZAKA para que ayude a los esfuerzos de recuperación. El equipo israelí, junto con otros voluntarios de ZAKA Francia, fueron llevado en helicóptero al sitio del accidente donde establecieron un centro de comando y comenzaron a trabajar con los equipos rescatistas locales e internacionales.

Las autoridades están buscando evidencia de ADN en el lugar, la cual ha sido recolectada entre los restos que están en la montaña. Su objetivo es intentar identificar a las víctimas para las familias que han llegado a Francia de a cientos.

Funcionarios alemanes y franceses están investigando por qué el copiloto Andreas Lubitz estrelló a propósito el Airbus 320 contra los Alpes Franceses.

Ayer los fiscales de Dusseldorf dijeron que el hombre de 27 años había recibido tratamiento psicológico con “advertencia sobre tendencias suicidas” por varios años antes de ser piloto. Las autoridades creen, en base a las grabaciones de la caja negra del avión, que Lubitz se encerró en la cabina con su capitán afuera e ignoró sus pedidos de abrir la puerta mientras enviaba al avión a un descenso fatal.