En la Parashá que vamos a leer esta semana, “Behar”, se habla acerca de la prohibición de prestar dinero con intereses, la pregunta es ¿por qué está prohibido si tiene mucha lógica?, así cuando tengo una casa y recibo una renta mensual, ¿por qué no puedo recibir una renta de mi plata, que en pocas palabras son intereses?
Explican nuestros sabios que el objetivo de esta prohibición es aumentar la amistad y el amor en la sociedad. Ahora, la única forma de aumentar ese amor, es a través de acciones que atraigan este amor, así como cuando mi hermano me va a pedir un préstamo y no le voy a cobrar intereses, así debemos actuar con todos los demás.
Ese concepto pasa como un hilo conductor a través de todos los preceptos de la Torá, no podemos amar a D-os de repente, no podemos sentir el sabor del día de Shabat de repente, pero a través de acciones es que el corazón se despierta y empezamos a sentir. Ese es también el motivo del precepto que vamos a leer mañana, el año sabático, el cual es un año completo en el que la tierra no es trabajada. Así empezamos a sentir que no somos los únicos dueños del mundo.
Así como cuando nos ponemos los Tefilin en la mañana o sobre cualquier otra acción, en ocasiones nos preguntamos ¿para qué?, pero son estas acciones las que nos ayudan a despertar nuestros sentimientos que nos llevan a conectarnos con nuestra religión.
Cuentan que un señor llegó un día donde un Rabino y le dice: “Rabino, ya no puedo estar más con mi esposa, todos los días es un problema diferente”, el rabino le da un consejo para mejorar su matrimonio y el señor se marcha. Una semana después el señor regresa donde el Rabino y le dice: “Rabino, no funcionó”, el rabino le dice que leyera los salmos cuando ella gritaba o peleaba y lo envía de vuelta a casa.
Así transcurrió todo durante un año, el señor iba donde el Rabino, el Rabino le daba un consejo y el señor volvía a casa, hasta que un día el Rabino le dice: “Lo mejor es que se divorcien”, a lo que el señor le responde: “No puedo Rabino, la familia y muchas cosas más me lo impiden”, así que el Rabino le dice: “Sabes, entonces mátala”, el Señor sorprendido le dice: “Rabino… ¿cómo me puede decir algo así? ¡Usted es un Rabino!”, a lo que el rabino le responde: “Mira, si no puedes separarte de ella, si no quieres estar con ella, si ninguno de los consejos que te he dado funcionaron y ella es un riesgo para tu bienestar y tu vida, entonces debes matarla”, el señor habiendo entendido lo que el rabino le proponía acepta hacerlo, pero entonces el rabino le advierte: “Mira, yo te voy a ayudar a matarla, yo mismo prepararé el veneno y tú en la noche cuando ella vaya a tomar su café se la hechas ahí y listo, pero hay un problema, si tú la matas ahora todo el mundo sabrá que fuiste tú, porque todos saben de los problemas y dificultades que tienen, así que debes hacer algo antes, vas a ir a casa y vas a ser el mejor esposo del mundo, la vas a querer y amar para que todos vean que la amas y que no le harías daño, esto lo harás durante un mes, y en un mes vienes, yo te doy el veneno y listo.”
El señor se va a casa y no regresa al mes siguiente, ni a los dos meses.
Un día el Rabino se encuentra con el señor en la calle y le dice: “Oye, no regresaste pasado el mes, ya está listo el veneno”, a lo que el señor le responde: “Rabino, si alguien intenta hacerle daño a ella, yo lo voy a matar con ese veneno, ella es una mujer maravillosa, especial, increíble y muy importante en mi vida, y no voy a permitir que alguien le haga daño.”
Esto es para mostrar más que todo que cuando empezamos a actuar, a sentir, aflora lo que tenemos por dentro. Por eso no es suficiente ser sólo corazón y decir: “Yo soy religioso en mi corazón”, hay que actuar hacia afuera para despertar lo que está adentro de nosotros.
Así como tampoco es suficiente decir: “Yo soy millonario en mi corazón y quiero comprar todo”, debemos trabajar y esforzarnos físicamente para llegar a ser millonarios, porque con la plata que tenemos en el corazón no podemos comprar ni siquiera una botella de agua.
Esto refleja en la vida diaria también, en nuestro hogar, pensamos que con decirles a nuestros queridos un “te amo” es suficiente, pero no nos damos cuenta que debemos demostrar nuestros sentimientos con hechos, no solo con palabras. No les podemos demostrar solo en este día a esas mujeres tan especiales e importantes, el amor que sentimos por ellas. El sentimiento se debe demostrar durante todo el año, con hechos que demuestren lo que sentimos por ellas. Así como el señor que se dio cuenta de lo que sentía por su esposa cuando comenzó actuar, así debemos hacer con nuestras madres y con todas aquellas personas importantes en nuestras vidas, comencemos a actuar y se revelarán todos los sentimientos que tenemos hacia todas esas personas que nos rodean.
Que D-os nos ayude, y logremos actuar físicamente y despertar nuestro sentimiento espiritual.
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