Bayreuth : “Los maestros cantores de Núremberg” y “el humor judío”

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Este año, la inauguración del Festival de Bayreuth tuvo lugar el 25 de julio con una puesta en escena arriesgada. Con frecuencia, la ópera de Richard Wagner “Los maestros cantores de Núremberg”, se entendió o se interpretó mal en el pasado. En el Tercer Reich se usó como propaganda del régimen. Hasta el año pasado, solo la habían escenificado los descendientes de Wagner. Ahora se la han confiado al director de escena australiano Barrie Kosky, quien tiene raíces judías.

Barrie Kosky, director de escena.Barrie Kosky, director de escena.

DW: ¿Cómo le ha ido con “Los maestros cantores de Núremberg”?


Barrie Kosky: Cuando Katharina Wagner me preguntó, le dije: “No, no escenificaré esta ópera. Simplemente no es para mí”. Entonces me respondió: “Tómese tiempo”. Durante ese tiempo, mi equipo y yo hicimos algunos descubrimientos y desarrollamos un par de ideas. Tuve claro que con esta pieza mataría dos pájaros de un tiro.

Descubrimos que Wagner se identificó con el personaje central Hans Sachs, más que con los otros. En él creó una especie de superego, una proyección de la visión del mundo sobre su persona. Wagner incluso firmó cartas a su mujer Cosima con “Sachs” o “tu Hans”.

El descubrimiento más relevante fue el narcisismo impresionante en esta obra. Los personajes Sachs y Walther son sobre el papel dos personas diferentes, pero en realidad es Wagner en persona, quien interpreta dos personajes diferentes. Hans Sachs es el profeta, quien en el desierto grita y anuncia que el salvador de la cultura alemana llegará algún día. Y luego, para gran sorpresa, llega el gran mesías. Y, ¿adivine quién es? Soy yo, Alemania, Richard Wagner: Walther! Se ve a sí mismo como el profeta y el mesías, lo que es muy interesante. Y esto es lo que precisamente despertó mi interés.

Teatro del Festival de Bayreuth. Todo preparado para la nueva representación de “Los maestros cantores de Núremberg” en el Teatro del Festival de Bayreuth.

 

 

¿Cómo se siente al ser el primer director judío que escenifica “Los maestros cantores de Núremberg” en Bayreuth?

Yo no voy por ahí con un cartel donde pone “Soy judío”. Pero sí que me interesan naturalmente las proyecciones europeas del antisemitismo en el teatro. Intento introducir un poco de humor judío en la obra. Se tendría que valorar el hecho de que Wagner construyó este teatro para estimular el teatro musical y no se debería demonizar el lugar y simplemente decir: Es todo horrible por el Tercer Reich, por Hitler, etc.

Al mismo tiempo se debería ser realmente muy sincero con todo lo que sucedió durante el Tercer Reich. Muchos artistas, que cantaron, dirigieron y representaron un papel fueron obligados a ir a un campo de concentración o se fueron al exilio.

Alguna gente me ha preguntado: ¿Cómo ha sobrevivido usted? Yo respondía que a veces sentía la necesidad de caminar con ajos en una mano y una estrella de David en la otra, diciendo: ¡Váyanse espíritus malignos, váyanse! Y de alguna manera, a este lugar se le tendría que practicar un exorcismo, pero es que se trata solo de un teatro.

Al contrario que el festival del año pasado, los preparativos  de este año tuvieron lugar sin escándalos…

Como se trata de “Los maestros cantores de Núremberg” hemos hecho una especie de comedia loca. He intentado introducir una ligereza subversiva. Por otro lado, lo he enriquecido todo con elementos de la vida de Wagner y del siglo XX sin tener que provocar al público.

¿Qué mensaje nos transmite esta obra en la actualidad?

No creo que mi tarea como director sea imponerle al público alemán cómo deben pensar y qué deben hacer con su cultura. No es mi responsabilidad. Y además sería ofensivo.

Escena de la obra Baile en Berlín, dirigida por Barrie Kosky.Escena de la obra “Baile en Berlín”, dirigida por Barrie Kosky.

 

 

¿Cómo evalúa las diatribas antisemitas que escribía Wagner? ¿Cómo influyen en la interpretación de su ópera?

Yo creo que Wagner se creó su propio infierno. Se halla continuamente en el banquillo de los acusados, donde tiene que justificar lo que ha dicho y lo que ha sucedido a su música. Esa es la posición en la que se encuentra Wagner y no estoy seguro de que vaya a salir de ahí.

Por otro lado, cómo puede uno tomarse a la ligera que un personaje al final de la obra diga: Ten cuidado con las influencias extranjeras. ¡Tenemos que honrar lo que es alemán y lo que es verdad!

¿Qué significa todo eso? ¡Precisamente esta obra simbolizó en el Tercer Reich la verdadera esencia del arte alemán! Cuando Hans Sachs canta al final, entonces es Wagner el que dice: ¡Tengan cuidado con la música francesa e italiana! Tenemos que dejar de usar a Wagner como portavoz de la industria turística alemana. Esto es realmente importante.

Barrie Kosky es el intendente y director de escena de la Ópera Cómica de Berlín, que tras la primera temporada de Kosky en 2013, fue nombrada como ópera del año por la revista alemana “Opernwelt”.

 

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