Estimado gobernador Duarte:
El día de ayer leí sus declaraciones en La Razón en relación a su encabritamiento con algunos colegas de la prensa que lo habían acusado a priori de que usted había mandado matar a un periodista jarocho que se “escondía” en el DF por amenazas suyas.
Amenazas que, por cierto, nunca se supo si fueron o no. Y para que mis lectores estén enterados de este lamentable asesinato, me permitiré resumirles lo que pasó. Antecedentes: En un edificio de la colonia Narvarte, en el DF, fueron encontradas cinco personas brutalmente asesinadas. Uno de los asesinados fue el famoso periodista veracruzano que aparentemente se estaba escondiendo de usted porque el occiso lo había criticado duramente en varios de sus artículos.
Y como la leyenda veracruzana indicaba que usted era un terrible represor, pues este pobre colega decidió huir de usted. Llegó a México, se escondió y se empezó a relajar hasta que encontró su muerte al lado de una joven colombiana de reputación dudosa y tres personas más.
Y ante esta desgracia, los periodistas de golpe de pecho (los de siempre) se rasgan sus vestiduras y lo acusan sin pruebas. Tanto alboroto se armó que hasta usted terminó por rendir declaración en la PGJDF.
Durante unas cuatro semanas estos periodistas defensores de la libertad de expresión y la justicia lo atosigaron hasta el cansancio. Crearon tal percepción en su contra, que más de un jarocho se pudo convencer de esa versión. Me acuerdo de que usted declaró su versión, pero ninguno de estos periodistas le creyó. A ellos les convenía darle en la madre y también su destrucción.
¿Pero qué acaba de pasar en estos últimos diez días?
Que para variar —y no perder la costumbre— el teatrito se les cayó. La policía descubrió a dos de los tres asesinos. La policía ya nos informó que uno de los asesinos fue policía y que ya había estado en la cárcel.
Y que la razón de los terribles asesinatos había sido por “sexo, drogas y rock and roll”. Nada qué ver con la versión acusatoria de nuestros ilustres colegas… nada…
Y yo —la verdad— que lo entiendo muy bien. Entiendo muy bien el porqué de su enojo y entiendo también muy bien su sentimiento de frustración. Pero, más que lamentarme con usted, tengo que confesarle que estos periodistas son así. Si no coincidimos con su verdad, es que nosotros estamos equivocados. Si no le gritamos al mundo las injusticias que los políticos priistas, panistas y perredistas le hacen a México, entonces, no somos mexicanos… Si Andrés Manuel dice una barbaridad —no importa— porque para estos tipos Andrés siempre tiene y tendrá la razón.
Si unos extremistas pintan una suástica en el edificio donde vive algún periodista, estos se quedan callados. Y si a México le suben la calificación para la inversión extranjera, estos bestias se quedan callados.
Pero, eso sí, cualquier injusticia es culpa del pinche gobierno. Cualquier temblor, también de Peña Nieto.
Y si el partido oficial retiene su mayoría relativa en el Congreso, su reacción es de “pinches mexicanos, no saben votar”… Y así me puedo seguir y seguir. Gobernador Duarte: Qué bueno que ya se aclaró su asunto. Qué bueno que “la verdad lo hará libre”. Qué bueno que el asunto ya se cerró y que agarraron a los responsables.
Y, la verdad, qué tristeza y qué pena que otras cuatro personas murieron así… La verdad… no se vale…
Con el respeto que se merece el Sr. Alasraki, debería vivir una semana en Veracruz para conocer el estado de putrefacción del mismo. En especial el centro -región de donde el Gobernador es originario- la percepción de lo que sucede y la magnificencia con la que se ha manejado el caso del periodismo y sus cazadores es la versión grafica de lo que el Estado vive, lamentablemente como en el tsunami, la magnitud de la desgracia sera evidente cuando haya pasado la marejada y los escombros harán imposible caminar libremente, Y LE ASEGURO que Ud. mismo en un futuro mediano hará un reportaje especial del caso Veracruz -o lo que quede de él-. Nadie en el periodismo oficial evidenciará esta situación mientras el Gober sea el “patrón”. porque patrullan sus sicarios y sacan de las casas a la gente que los lapida con comentarios. investigue, se lo pido por favor. por la gran comunidad Judía a la que le tengo gran respeto y admiración, investigue. Hágalo en serio para que su imagen no se salpique con sus intentos fallidos de salvar lo insalvable. saludos.