Hoy puedo sentirme orgullosa y en paz, ya que Costa Rica reafirmó el hecho de ser la democracia más estable de toda América Latina. Debido a que sin poseer ejército, logró ser ejemplo ante el Mundo al defender su Estado Republicano, frente a cualquier imposición externa éste pasado domingo 1 de abril.
Donde se pretendió avasallar nuestra Libertad mediante un discurso fundamentalista neo-pentecostal, instaurado y muy bien mercadeado por el candidato evangélico Fabricio Alvarado que fue derrotado en segunda ronda, por Carlos Alvarado Quesada nuestro nuevo Presidente con un porcentaje bastante considerable de 60,8% contra un 39,2%; prevaleciendo la razón y los Derechos Humanos de todas y todos los costarricenses, frente a la ignorancia e intolerancia extremista de algunos que se sumaron a ésta campaña de desinformación masiva, la cual, mantuvo en vela al todo el país en las últimas semanas.
Este Estado de Derecho lo heredamos de padres y abuelos que sellaron con un pacto de sangre, la coyuntura de ser combativos mediante la razón, a favor de los derechos y garantías de todos los ciudadanos, como estandarte que constituye a ésta multiétnica y pluricultural Nación, con gran conciencia social que hoy reconocemos como valor para las futuras generaciones.
Porque éste país, siempre se ha caracterizado por contar con más maestros que policías, al ser críticos y solidarios pero ahora más que nunca ante las minorías, asumiendo un compromiso como seres humanos conscientes de que para existir los unos junto a los otros, debemos respetar al que es diferente pero a la vez igual; porque ese es el único camino para alcanzar, eso que se entiende como la Paz Social.
Así que armados con nuestra capacidad de ejercer el Sufragio, les dijimos NO a los que impulsaban la discriminación, exclusión y división. Ya que levantamos la bandera de la Libertad de Pensamiento y Respeto hacia el otro, donde todos somos una sola voz de igualdad y fraternidad, más allá de las diferencias creadas e impuestas por quienes ahora, tienen la obligación de respetar el clamor de la mayoría y conciliar acuerdos a favor de los Derechos Humanos, como base de ésta Democracia Representativa que éste domingo hizo historia, al escribir las páginas de un comienzo diferente, donde es palpable que debemos velar siempre, por el valor de lo que significa el Respeto.
Debido a que donde hay un costarricense siempre habrá Libertad, y aquí hubo muchos que dejaron claro esto dentro y fuera de Costa Rica, en ésta nueva contienda electoral, donde se impuso la razón ante el peligro de la separación a raíz de fundamentalismos religiosos. Por ello, la máxima “divide y vencerás” no se aplicó para éste País, porque predominó un sentimiento de Unidad Nacional, inscrito en lo más profundo de nuestro Ser, donde el odio hacia el otro y la discriminación, nunca más deben intentar prevalecer frente a la razón y amor al prójimo, tratando de sembrar la discordia entre sus habitantes.
¡Que viva Costa Rica y su Democracia!
(Especial para el Diario Judío.com de México)
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