Hoy, no espero un regalo,
un diploma o una condecoración,
por los años dedicados con amor
a educar, criar y cuidar
a mis hijos que llegaron
a mi vida como una luz divina.
Hoy pienso en el tiempo
que dediqué a la limpieza
y al orden y quizás me
olvidé de decirles
cuanto los quiero.
Hoy, que ya son grandes,
han dejado un vacío
en mi vida y en mi casa.
Extraño sus gritos,
bromas y travesuras.
Me quedé con la escoba
y el trapo en la mano.
Ya no hay basura,
ollas sucias,
risas o llanto,
Hay limpieza,
mucha limpieza,
que se mezcla
entre los recuerdos
de aquellos tiempos
que jamás volverán.
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!
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