A don Juan Maluquer de Motes, que excavó el yacimiento de Chancho Roano, in memoriam.
A mi amigo el maestro don José Antonio Hidalgo Chacón, que alertó entusiásticamente del descubrimiento del yacimiento tartésico.
1.- ¿Le parece contradictorio que un pueblo tan definido como el judío se haya constituido sobre unos caminos hechos al andar?
Tal vez esa contradicción surja de la propia definición del pueblo judío. Un pueblo con una gran capacidad de adaptación, con unos niveles culturales y de conocimientos sobresalientes que han resultado siempre incómodos para determinados poderes a lo largo de la historia.
2.- Teniendo en cuenta que no hay pueblo como el judío que se haya constituido sobre las Escrituras como ley y mandato divino ¿Serían los profetas los primeros constructores de la historia -tan como la entendemos- no solo empujada desde atrás, sino reclamada desde delante, desde el futuro?
Creo que habría que distinguir entre historia, que es algo que ya ha sucedido, y predicción, que sería algo que, supuestamente, sucederá. Si esto último se cumple, entonces podríamos estar hablando de esa historia “construida desde el futuro”.
3.- Parece que el pueblo judío más que la reivindicación de un espacio, ha estado siempre buscando el tiempo, su Tiempo, su Historia. ¿Es también su parecer?
Es que, a mi modo de ver, no tenía otra opción. Un pueblo desplazado tenía que adaptarse a ese nuevo espacio: el instinto de supervivencia cultural, social y religioso, lo hacía necesario. Ese
sentimiento individual de retorno a la tierra, creo que también es colectivo y en el pueblo judío siempre debió de estar presente.
4.- No cree que la historia, en el caso de los judíos, más que una historia basada en el progreso es una historia sagrada, es una historia ucrónica de la divinidad en los hombres, de la palabra de Dios hecha escritura, una y otra vez
Pienso que existe un componente religioso muy potente en el pueblo judío que en todo momento ha ido unido a su historia y al progreso. Éste, muy limitado como consecuencia de las sucesivas diásporas hasta la creación del estado de Israel.
5.- ¿Cómo se combina según usted la depurada individualidad judía con el sentimiento de colectividad de este pueblo?
Es precisamente, el hecho religioso individual el que determina ese sentimiento colectivo. Para no quedarme sin mencionar Cancho Roano (sé que te gustará, estimado Antonio), cuando hablamos de la secuencia que se sigue en todos los yacimientos de época tartésica en Extremadura, consistente en la amortización de los edificios, pensamos que ello debió obedecer a un sentimiento religioso de aquel pueblo que uniría un gran número de personas para realizar un trabajo que supuso el transporte de enormes masas de tierra, y quedando como resultado un montículo perdido en Extremadura, llamado La Torruca, que se iba a convertir en uno de los hallazgos más importantes de la Protohistoria peninsular durante las últimas décadas del siglo pasado.
6.- Hay una ambivalencia contradictoria entre las gentes respecto del pueblo judío. Por una parte es un pueblo respetado y temido, por otra parte hay una actitud de rechazo hacia él, que se manifiesta en expresiones populares y despectivas, por ejemplo, <<perro judío>>, <<hacer una judiada>>, <<ser un fariseo>>, etcétera. ¿Qué opina de ello?
De esa actitud de rechazo derivada, sin lugar a dudas, de aquel incómodo estado de los poderes que la fomentaría, surgen esas expresiones totalmente injustas y rechazables. Actitud de rechazo que quedaría reflejada incluso en nuestra literatura más destacada, como en el Quijote de Cervantes: <<… creo, firme y verdaderamente en Dios y en todo aquello que tiene y cree la santa Iglesia Católica Romana, y el ser enemigo mortal, como lo soy, de los judíos…>> (II, 8).
7.- Existe una penetración de lo judío en lo sagrado -incluso en el pensamiento de sus prohombres más modernos y racionalistas- como temor de Dios, como acatamiento del mandato divino, como escritura sagrada. Es curiosa, ¿no cree?
Esa mezcla entre racionalismo científico y acatamiento de la divinidad. Lo veo con mucha naturalidad. La razón no debería de estar reñida con la fe. Quizá sea en la Ética de Spinoza donde podemos apreciar esa mezcla de racionalismo y divinidad.
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