SONRISAS.- Como decía el célebre Mario Moreno “Cantinflas”, “sí, pero no… ahí está el detalle”. La verdad es que con el Instituto Federal Electoral (IFE) ya no sabemos si están hablando en serio o si nos están vacilando, pero lo que sí se ha convertido en una constante de este instituto desde que hace casi cuatro años llegó Leonardo Valdés Zurita para asumir como consejero presidente, es que para lo único que ha servido es para confundir a la opinión pública con sus constantes bandazos y, claro está, para devengar sus jugosísimos salarios que ya los quisieran funcionarios electorales de países del llamado Primer Mundo. Y es que, de cara al próximo proceso electoral federal, probablemente el más importante en lo que va de este nuevo siglo, el supuesto “árbitro de la democracia” en lugar de actuar con imparcialidad, justicia, atingencia y responsabilidad, lo único que está haciendo es comportarse como esos papás pusilánimes que se la pasan amenazando con castigar a sus hijos en rebeldía pero que al final no les hacen ni les dicen nada y sólo atestiguan mudos cómo sus retoños hacen de las suyas. Que si fulano ya inició gira proselitista de forma anticipada, que si mengano aprovecha las lagunas jurídicas para tener spots extra en radio y televisión, que si perengano y perengana apenas son precandidatos y no candidatos, que si las credenciales para votar con fotografía con la nomenclatura “03” ya no van a servir para la elección de julio próximo, que siempre sí van a servir… el caso es que al señor Valdés Zurita y a sus cuates, ¡perdón!, sus subordinados, todo les vale un pepino. Sin duda, el IFE es el mamut (no elefante) blanco más caro nos ha tocado mantener a todos los mexicanos.
RISAS.- Víctima de la indecisión, porque tardó mucho en aventarse al ruedo en pos de la precandidatura al Gobierno del Distrito Federal, Mario Delgado, secretario de Educación de la administración marcelista, decidió que las circunstancias actuales (mas bien el repunte en las encuestas de la asambleísta Alejandra Barrales y del procurador Miguel Mancera) en nada le favorecían en su pretensión de ser el abanderado del pe-erre-dé y después de una muy complicada semana, determinó que lo mejor era apearse del camino que conduce a la jefatura capitalina. La decisión del colimense resultó sorpresiva, pero no tanto ¿eh?, porque a final de cuentas a pesar del gran esfuerzo que desplegó para promocionar su imagen y logros al frente de la Secretaría de Educación del DF, de cara a los ciudadanos de a pie, esos que con credencial del IFE en mano acudirán a las urnas el 1º de julio venidero, no terminó nunca por cuajar e impactar. Su dimisión, sin duda afecta el mapa estratégico que Marcelo Ebrard tenía trazado desde hace algunos meses, porque ya muchos garantizaban que Mario sería el abanderado del Partido de la Revolución Democrática para contender por el GDF; pero al interior de la estructura solaztequista les puede ayudar para cerrar filas y encumbrar a un candidato con más “punch” mercadológico.
CARCAJADAS.- Y ya que hablamos de candidatos, precandidatos, aspirantes y suspirantes, pensé que lamentaría la cancelación de la teleserie “El Privilegio de Mandar” que se transmitió por el “Canal de las Estrellas” de Televisa en 2005 y 2006. Sin embargo, gracias al Partido Acción Nacional (PAN) y a su accidentadísimo proceso de selección de candidato para la Presidencia de la República, he logrado pasar verdaderos momentos de solaz y esparcimiento a expensas de sus involuntarios episodios de tragicomedia. El más reciente lo estelarizaron los dos principales panistas en el país: el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y el líder nacional del blanquiazul, Gustavo Madero Muñoz, quienes más tardaron en sacarse de la manga la payasada esa de la “consulta indicativa” (para impulsar al gris “delfín” presidencial, Ernesto Cordero) que en echar reversa, todo porque en gran parte ésta tenía como objetivo primario defenestrar del camión panista a Santiago Creel Miranda y que de aquí al 5 de febrero próximo todo quedara en una pugna entre dos, con Josefina Vázquez Mota y el fantasioso ex titular de Hacienda, para finalmente accionar la catapulta presidencial para proyectar al funcionario de los 6 mil pesos como rival del priista Enrique Peña y el perredista Andrés López. Pero no se les hizo y ahora seguramente deben estarse quebrando la cabeza para ver qué otra “mafufada” idean para que la imposición presidencial de Cordero como candidato no levante muchas protestas en la militancia panista.
Artículos Relacionados: