La depresión es una enfermedad cerebral.
Es el mal funcionamiento en nuestro cerebro de unos neurotransmisores que funcionan mal.
Estar deprimido es: vivir sin querer vivir, es ver el cielo y las estrellas siempre de noche, es no querer ya luchar por un fin o meta, es sentir una debilidad física constante, es a la vida tenerle un miedo siempre en aumento, es pensar en el suicidio como una solución aliviadora a nuestro padecer…
En un sufrimiento intenso en el interior
de nuestro ser y aun así impreciso, que llega a ser insoportable.
¿La pregunta seria la depresión se cura, se alivia?
La respuesta es si.
Se necesita de disciplina estricta y seguir las indicaciones del medico, soportar efectos adversos colaterales que son molestos…
La psicoterapia es de gran ayuda.
Existe hoy, por hoy un verdadero arsenal de medicamentos para aliviar la depresión.
Llevar una vida sana y ordenada; el practicar algún deporte llega a ser un magnifico aliado…
Pasado algún tiempo, después de estar en tratamiento medico,
amanece un día, que se siente un bienestar nuevo, un deseo renovado de vivir, lo que nos rodea empieza a parecer bello… Es el principio del alivio a la depresión.
Estos episodios de bienestar poco a poco se van multiplicando en el tiempo; hasta que llega el día que ya nos sentimos bien…
Habrá sin embargo “días malos” que serán pocos comparados a los “días buenos”; pero la depresión del pasado que nos incapacitaba se habrá aliviado.
Me decidí a escribir sobre este tema por el reciente fallecimiento de un famoso actor americano, Robert Williams que se ha dicho que entre otros males, la depresión que padeció fue lo que precipito su muerte.
La depresión empeora si se toma alcohol, y los medicamentos,
si se consumen drogas, si se toman somníferos, si en lugar de una vida ordenada y sana, no se sabe donde empezó el día y cuando acabo la noche.
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