Gahl Sasson, el navegante cósmico

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Gahl Sasson nació en Israel. Vivió su infancia en Vancouver y allí descubrió que quería ser mago. Regresó a Israel, donde prestó servicio militar y estudió psicología. Viajó a México siguiendo un llamado interno, y en este país descubrió la astrología y la Kabbalah. Vive en los Ángeles, vino a Mendoza para visitar a su pareja y ofrecer dos talleres. En los próximos meses visitará Bulgaria, Turquía, Israel y Alemania.

En Estar mejor quisimos conocer una visión profunda de la astrología, la mitología y el autodescubrimiento, de la mano del autor de El navegante cósmico Un deseo puede cambiar su vida, un libro traducido a ocho idiomas que recibió una carta de aprobación del Dalai Lama.

Portada: Un deseo puede cambiar su vida
Portada del libro Un deseo puede cambiar su vida


Estar mejor: ¿Cuál es el primer recuerdo de tu búsqueda interior?

Gahl Sasson: Creo que mi primer encuentro con la espiritualidad fue hace mucho tiempo, cuando tenía cuatro o cinco años. Vivíamos en Vancouver y yo estaba sentado al lado de una ventana mirando al exterior. Recuerdo que le pregunté a mi hermana, quien es un año mayor que yo, “¿por qué estamos viviendo?, ¿qué estamos viviendo? Hoy nos levantamos, desayunamos, vivimos el día y mañana hacemos lo mismo”.

Era como si yo sintiera que nada era nuevo bajo el sol. A esa edad sentí que todo era cíclico. No lo percibía como si fuera algo malo, sino que así era la vida. Siento que esa fue la primera vez que entendí: primero, hay ciclos y, segundo, necesitamos una manera de salir de estos ciclos. De lo contrario, vamos a repetir los patrones.

¿Existió alguna influencia en tu infancia que te inspirara en esa búsqueda?

Tenía doce o trece años, estaba aún en Vancouver y para perfeccionar mi inglés me entregaron el libro El Señor de los anillos. Acompañaba la lectura con un casete y recuerdo que apareció Gandalf, el mago, y a mí se me puso la piel de gallina. Entonces dije: “eso es lo que quiero hacer en mi vida”. Quería ser un mago, no sabía si iba a ser posible o no, pero lo había decidido.

¿Cómo fue la búsqueda de herramientas para encontrar finalmente la astrología?

Después de mi servicio militar obligatorio en Israel, estudié la carrera de psicología. Luego de culminar la carrera decidí ir a México, para aprender a surfear; mi nombre en hebreo significa “olas”. Tengo la creencia de que nuestros nombres son muy importantes y nosotros escogemos los nombres antes de venir a la vida. Para mí, el nombre tiene la dirección, los problemas, el karma y las aspiraciones que tenemos. Ir a México para mí significó conocerme a través de mi nombre, cómo manejarme, saber surfear las olas, el tiempo, el espacio, las sincronicidades. Porque las olas de la vida no solamente están en el mar, pueden estar en el desierto.

Cuando estaba en México, comencé a practicar kundalini yoga y desde allí comencé a estudiar astrología. En Guadalajara, conocí a quien sería mi maestro en ese tiempo, quien dirigía la escuela “Círculo Dorado”. Él y su familia me acogieron y me enseñaron todo lo que conozco de astrología y Kabbalah. Yo crecí en Israel, donde hablan hebreo y la Kabbalah está escrita en hebreo. Sin embargo, tuve que ir a México y aprender español, para entender la Kabbalah, la astrología y reconectarme con mi carrera.

Foto: Sam Windsor
Foto: Sam Windsor

Hablemos de astrología. Existen personas que consideran que su vidas están predestinadas y es posible ver en una carta astral la totalidad de su futuro. Otros afirman que cuando el astrólogo ofrece su lectura condiciona y guía el libre albedrío. ¿El futuro está escrito o se construye? Y ¿puede ayudar la astrología en el crecimiento interior?

La astrología no va a decirte qué va a ocurrir, sino que va a darte un mapa con conjunciones. Basado en ese mapa tienes la posibilidad de elegir qué va a pasar, pero sobre las condiciones descritas por el mapa.

Si usamos la metáfora de los genes, ellos determinan un gran porcentaje de lo que somos, pero el contexto, las experiencias, el uso de la mente y la disciplina dan forma a la vida. Lo mismo puede ocurrir con la astrología. La astrología es una conexión de lo que tienes con lo que puedes conseguir. Para mí es como una conexión entre el actor y su guión.

La astrología no es una ciencia ni una religión, porque no podemos comprobarla científicamente y no es un sistema de creencias. No sabemos cómo funciona la astrología, pero sabemos que funciona. La astrología ha sobrevivido a lo largo de los años en todo el mundo y si algo funciona, sobrevive.

Investigas mitos de la antigüedad, utilizas el trabajo de las religiones comparadas y señalas en tus libros la importancia de los relatos antiguos para entender las diferentes circustancias de la vida? ¿Cómo nos ayudan las narraciones en la vida?

La mayoría del trabajo sobre mitos ya fue desarrollado por Joseph Campbell, quien acuñó el concepto del monomito, como una estructura que se encuentra en la base de la mayoría de los relatos. Los mitos y relatos tienen la particularidad de amplificar la realidad, como un microscopio; de esa manera es más fácil comprender la existencia. Además son entretenidos y fácil de recordar. La importancia de las narraciones para nosotros radica en que podemos leer la vida como un mito, asignar personajes a las personas en nuestra vida y convertirnos en los héroes de nuestra historia.

Para saber más visitá la página de Gahl: Cosmic Navigator

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