‘Tetuán’, el nuevo libro de Esther Bendahan, es un libro coral o más exactamente un coro de voces cantando a la memoria de su ciudad perdida. Recuerdos, sensaciones, emociones y también historia. Y una de esas historias dejó boquiabierto a Jacob Hachuel, uno de los personajes del libro de Bendahan, aunque la historia que tanto sorprendió al miembro del Gobierno local nada tiene que ver con él sino con el primer Gran Rabino de la comunidad judía de Tetuán: Haim Bibas.
Imposible no asociar el nombre con el de otro ‘alcalde’: Juan Vivas. Una más que curiosa coincidencia que invita a hacer elucubraciones históricas que Jacob Hachuel no dudó en trasladar al presidente Vivas. Porque, argumentó el político (hebreo y de origen tetuaní para más señas) “puede ser” que el tatarabuelo de Vivas fuera el primer rabino de Tetuán, el hombre que unió a la comunidad sefardí exiliada de los reinos de Castilla y Aragón y la conectó con el poder. El rabino que hizo de la Medina hebrea “una ciudad dentro de la ciudad”, explicó Hachuel durante la presentación del libro de Esther Bendahan.
La familia Bibas fue una más que notable familia Rabínica en Tetuán. El primer Bibas, Abraham Bibas, salió de España rumbo a Marruecos tras el Edicto de Granada promulgado por los Reyes Católicos el 31 de marzo de 1492. Con él fueron expulsados 160.000 judíos de los 400.000 que se estimaba que vivían por aquel entonces en los reinos de Castilla y Aragón. Cuarenta años más tarde, en 1530, su hijo Haim estableció la comunidad judía en Tetuán en 1530. Curiosamente, el último Rabino de Tetuán también fue un Bibas, Jajám Bibas.
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