Este texto da luz a una de las festividades judías más ampliamente observadas. Conectando las raíces históricas de Jánuca con la vida contemporánea, este texto ilumina nuestro camino en el viaje desde la antigua Israel hacia el futuro, y hacia la mente y el corazón.
Janucá (hebreo: חֲנֻכָּה y sin puntuación diacrítica חנוכה), llamada también la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judaica. Celebrada durante ocho días, conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los Macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II a. C.
La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de los días más un brazo «piloto»).
La festividad acontece el 25 de Kislev del calendario judío, fecha que acaece entre fines de noviembre y comienzos de diciembre del calendario gregoriano.
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