La brigada judía de Jabotinsky formada por voluntarios de Argentina y Uruguay

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Un libro en Yiddish, hasta entonces desconocido, titulado Memorias de la Legión Judía, escrito por M. Krel y publicado en Montevideo en mayo de 1938 fue descubierto en la Biblioteca Judaica Astor, del Centro Comunitario Judío de La Jolla, California, Estados Unidos, en la primavera de 2012 por quien firma este artículo. La Biblioteca donó el libro, considerado raro, al Centro Nacional del Libro Yiddish de Amherst, Massachusetts en agosto de 2012.

El libro de M. Krel narra la experiencia de varios jóvenes judíos voluntarios argentinos y uruguayos que respondieron a la llamada de Jabotinsky para crear una Legión Judía que combatiera junto a los ejércitos aliados durante la Gran Guerra de 1914-1918. Gran parte del material del libro es completamente desconocido para los eruditos e investigadores de esta área de estudios. Hasta entonces, la Legión Judía era conocida por haber abierto los vados del río Jordán y se sabía de su participación en la campaña contra las fuerzas otomanas, al este de los ejércitos egipcios.

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Los mapas detallados que presenta Krel en su libro muestran que al menos dos de los batallones de la Legión Judía estuvieron presentes en el asedio de Amman. ¿Cómo ocurrió que dos batallones de la Legión Judía estuvieran posicionados en la orilla oriental del Jordán? M. Krel planteó la cuestión en 1938. La pregunta aún permanece sin respuesta.

Estos jóvenes judíos voluntarios eran muchachos comunes y corrientes, inmersos en el torbellino de cambios que se extendió por el mundo judío azkenazi a partir de finales del siglo XVIII. A partir de la Haskalá, que atravesó la Ilustración judía, el renacimiento del nacionalismo judío, los pogroms y el aumento del antisemitismo virulento del último cuarto del siglo XIX en Europa, estos desarrollos históricos configuraron una vanguardia en las mentes de estos jóvenes judíos, ya sea en América Latina, o en los barrios bajos judíosdel East End de Londres, o en Italia, Salónica, Daguestán, o el Cáucaso.

Los jóvenes judíos voluntarios que respondieron al llamado de Jabotinsky para formar “un Ejército Nacional Judío para liberar a la tierra de Israel …sólo estaban motivados por nuestra fuerza interna, como hijos de un pueblo normal y saludable, cuya mejor progenie lucha para ser el primero en dar la vida por su pueblo y su tierra “.[i]

Después de que los altos mandos de los ejércitos británicos y franceses hubieran destruido la flor y nata de sus propios soldados en el frente occidental, buscaron a los soldados judíos, según M. Krel, “porque representamos la fuerza … y sólo por esto y no por otra cosa, fue que recibieron la Declaración Balfour que nos trajo una esperanza positiva … al darse cuenta en cierto grado de nuestras aspiraciones nacionales. ”

M. Krel describe en su libro la escasa recepción que fue dada a los legionarios por parte del liderazgo sionista de aquellos tiempos (…)”desembarqué en Liverpool, nadie nos estaba esperando en el puerto. No sabían nada de nosotros … en la sede sionista. No había comida, no había camas, ni el puesto militar británico en Liverpool era consciente de nuestra existencia”. Este patrón de vida habría de continuar pues no existía… “el contacto con los dirigentes sionistas en Inglaterra o en la propia Palestina.”

Mientras los soldados británicos de las colonias inglesas en India y África estaban saturados de chocolates y cigarros, estos soldados judíos no fueron no sólo dotados de escasas raciones sino que éstas no se aumentaban los días en que se servía carne de cerdo. A pesar de ello, los legionarios se mantuvieron deliberadamente en contacto con las comunidades judías del Yishuv.

Sin embargo, según relata M. Krel, llegó un momento en que la situación se hizo insostenible y finalmente los soldados judíos se rebelaron. El Coronel Patterson, su comandante, acudió al lugar, y cuando se sintió ofendido por el pliego de peticiones y la manera en que fueron presentadas, ordenó a las tropas africanas (soldados negros británicos de África) apuntar sus fusiles a los soldados de la Legión Judía.

En ese momento, los soldados británicos judíos que se habían distanciado del conflicto, regresaron al lugar y apuntaron sus ametralladoras a los rifles africanos. Segundos antes de que pudiera estallar lo que sería una masacre, el rabino salió de al lado del Coronel Patterson y se detuvo junto a la Compañía Argentina del 40 ª Batallón de Fusileros Reales, desactivando efectivamente la situación.

Como era previsible, el final de los integrantes de la Legión Judía fue trágico. De sus más de cinco mil soldados voluntarios, provenientes de todo el mundo judío, la mayoría pereció en gran parte por la malaria de los pantanos, y solo unos pocos sobrevivieron y regresaron a sus hogares.

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Moshe Krel tenía 17 años, sobrevivió y regresó a su vida en Montevideo. Algunos de los hijos de sus nietos ya no residen en esta ciudad, pero Krel es bien recordado y bien considerado por quienes lo conocieron. Durante dos meses, en la primavera de 1938, se dedicó a escribir un libro maravilloso, de escritura tan fina que, con un párrafo solo, logra lo que a otros escritores les tomaría trescientas páginas. Su economía del lenguaje y su forma de hablar a través de imágenes y situaciones, su comprensión de la época de la Legión Judía (1917 – 1920), anuncian los acontecimientos trágicos que se desplegarían a lo largo de los veinte años posteriores a la redacción de este libro.

A través de la profesora Teresa Porzecanski, antropóloga de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, becaria Guggenheim en la YIWO de Nueva York, y de la coordinadora de Voluntarios en Red de la Kehilá (Comunidad Israelita del Uruguay) Dora Shlafrock, la Kehila me solicito realizar un catálogo de la colección de libros en Yiddish para su evaluación. Ella representa un testimonio de más de un siglo de presencia Ahskenazi en el Uruguay. El equipo constituido por Leonardo Lapchik, Sammy Goldfluss, Moshe Liberman y Roberto Horowitz colaboró conmigo en esta tarea.

Se trata de un reivindicar un tesoro cultural e histórico.

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