La presencia judía en el norte de Sefarad

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Las investigaciones sobre la presencia judía en el Norte de España, la Sefarad de los sefardíes o habitantes judíos de nuestro país nos han aportado muchas informaciones sobre sus costum­bres, modos de vida, oficios… Es tarea difícil con­densar tantos años de existencia, unidos a tantos avatares, dificultades y fatal destino que les tocó vivir a estos judíos, pero intentaremos recorrer y resumir las etapas más fundamentales.

Hablaremos sobre la llegada de los hebreos a España, cómo vivieron su existencia con las dife­rentes culturas, religiones e invasiones imperantes, su expulsión tras el Edicto de los Reyes Católicos en 1492, cómo transcurrió la vida de los que se convirtieron al cristianismo de una manera sincera y los que siguieron judaizando en secreto bajo una falsa apariencia cristiana.

Son los llamados ANUSIM, o forzados a aban­donar su religión y abrazar la impuesta.


Algunos datos cronológicos de interés

Siglo I de la e c: primeros vestigios judíos en la Península Ibérica

Concilio de Elvira (300 ó 324): Cánones 16,49, 50, 78.

Prohibición de matrimonios mixtos.

Prohibición de bendecir los frutos de la tierra en presencia de cristianos o proce­dentes de campos propiedad de cristianos.

Prohibición de sentarse a la misma mesa con cristianos.

Penas graves por adulterio de judío con mujer cristiana.

Breviarium Alaricianum (506):

Primer documento de la Hispania visigoda, en el que los cristianos arríanos no endurecen las cosas a los judíos. Impone las mismas restric­ciones que el Imperio Romano. Lo copila el rey Alarico II, lo más importante:

Prohibición de matrimonios mixtos.

Prohibición de edificación de nuevas si­nagogas.

Prohibición de esclavos cristianos.

Se castiga la conversión al judaísmo.

Reinado de Recaredo: En el 587 se produce la conversión de Recaredo al cristianismo. Con­voca el III Concilio de Toledo, que endurece la aplicación de las normas anteriores:

Prohibición de tenencia de esclavos cris­tianos.

Prohibición de matrimonios mixtos.

Bautismo obligatorio de los hijos nacidos de uniones ilegales.

Reinado de Sisebuto (612) compilación de leyes antijudías:

Conversiones forzosas.

Los judíos no pueden poseer esclavos cris­tianos, ni tampoco libertos.

Deber de vender paulatinamente las pro­piedades judías a cristianos.

Los hijos de los matrimonios mixtos (ile­gales) deben ser bautizados como cristia­nos.

Prohibición de conversión de un cristiano al judaísmo, imponiendo duras penas si se piensa que un judío le ha inducido a ello.

Destierro a perpetuidad a un judío que se una a una cristiana y severas penas para ella.

Reinado de Ervigio (680):

Añade veintiocho leyes antijudías en la nueva redacción del Liber Iudiciorum de Recesvisto, que se hace público en 681. Ese mismo año convoca el XII Concilio de Toledo. Los puntos principales:

Condena los errores dogmáticos.

Se da el plazo de un año para el bautismo de los judíos y sus siervos.

Se prohíbe a los judíos celebrar la Pascua

Prohibición de celebrar el Shabbat.

El domingo debe ser día de descanso para los judíos.

Prohibición de la lectura de libros judíos.

Se prohíbe la observancia de prescripcio­nes alimentarias.

Reinado de Égica (69¿?-702):

Invoca una supuesta conspiración que lleva a dictaminar en el XVI Concilio de Toledo, en 694, la esclavitud de los judíos y conversos.

1215: IV Concilio de Letrán. Conversión de ju­díos (previa campaña de denigración).

1231: Establecimiento de la Inquisición ponti­ficia en Aragón.

1263: Controversia de Barcelona. Jaime I de Aragón autoriza el debate entre San Raimundo de Peñafort junto con el converso Pablo Christiani, contra el rabino Moshe ben Nachman, so­bre la inalterabilidad del Talmud. Los domini­cos pueden entrar en las sinagogas para predicar la conversión.

1290: Expulsión de los judíos de Inglaterra (S. XIII)

1306: Expulsión de los judíos de Francia (S. XIV)

1309: Presunto asesinato ritual en Mallorca desencadena sanciones extraordinarias a su co­munidad judía.

1320-1321: Revuelta de los campesinos en Francia que se extiende a Navarra, saqueando las aljamas de Jaca y Monclús.

1321: Conversión de Abner de Burgos (Alfonso de Valladolid).

1328: Matanza de judíos en Navarra.

1348: Prohibición a los judíos castellanos de prestar con interés.

1351: Las Cortes castellanas abrogan la prohi­bición anterior.

1354: Ataque a la aljama de Sevilla por la pre­sunta profanación de una hostia.

1378: Protestas judías por las predicaciones judeófobas de Martínez de Écija.

1384: Nuevas protestas judías por el ambiente antisemita.

1389: Los judíos vuelven a protestar por la situación. Conversión del rabino principal de Burgos Salomón Haleví (Pablo de Santa María) que por voluntad papal regresa a Burgos como obispo.

1391: Asalto a juderías en Andalucía, centro, norte de Castilla y Levante propiciadas por las prédicas del Arcediano de Écija. Destrucción de­finitiva de muchas aljamas.

1408: Se obliga en los reinos de Castilla y Ara­gón a residir a los judíos en barrios separados y llevar distintivos de su condición en la ropa.

1412: Comienzan las prédicas de fray Vicente Ferrer.

1412: Se promulga la Ley de Apartamiento, por la cual los judíos sólo pueden residir únicamen­te en su barrio.

1413-14: Disputa de Tortosa. Conversiones de judíos.

1415: Bula del Papa (antipapa) Benedicto XIII que insta a la conversión de los judíos.

1435: Conversión a sangre y fuego de los ju­díos de Mallorca.

1449: Nueva ola antijudía, ataques a las juderías de Toledo, Ciudad Real, etc. Conversiones forzadas de judíos. Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento promulgada por el Ayuntamiento de Toledo.

1460: Fray Alonso de Espina reclama la con­versión forzosa de todos los judíos desde su obra Fortalitium Fidei.

1462: Disturbios anticonversos en Carmona (Sevilla).

1467: Disturbios anticonversos en Toledo. El “Fuego de la Magdalena”.

1473: Disturbios antijudíos en Andalucía. Per­secución de judíos en Valladolid. Persecución de conversos en Córdoba.

1478: El Papa Sixto IV establece la Inquisición castellana.

1480: Las Cortes castellanas prohiben cualquier tipo de relación entre los judíos y los conversos.

1481: Se promulga en Sevilla el primer Edicto de Gracia por el que si se presentan a declarar y abjurar de sus errores tanto judíos como con­versos, se les otorga “el perdón”.

1481: Se celebra en Sevilla el primer Auto de Fe.

1482: Tomás de Torquemada es nombrado Pri­mer Inquisidor de Castilla.

1483: Se establece el Tribunal de la Inquisición en Ciudad Real.

1483: Torquemada es nombrado Inquisidor Ge­neral.

1484: Se establece el Tribunal de la Inquisición en Valencia. Pedro Arbués es nombrado Inqui­sidor en Aragón.

1485: Arbués es asesinado. Fuerte represión entre los judíos aragoneses.

1487: Se establece la Inquisición aragonesa en Sicilia.

1488: Nuevo ola inquisitorial en Mallorca.

1488: Aparición del “Libro llamado del Alboraique”. Publicado en Llerena (¿?). Primera sáti­ra escrita contra los conversos.

1491: Presunto asesinato ritual en La Guardia (Toledo).

1491: Protesta de Abravanel y de Sénior por la política antijudía de la reina castellana.

1492: 31 de marzo: Firma del Edicto de Expul­sión. Se da a los judíos un plazo de cuatro me­ses para abandonar el país o convertirse (s. XV).

1492: 31 de julio: Se expulsa a los judíos de Castilla y Aragón.

1496: Se firma la Orden de Expulsión de los judíos de Portugal.

1497: Conversión obligada y forzosa de todos los judíos de Portugal.

1498: Expulsión de los judíos de Navarra.

1504: Se establece la Inquisición en las Islas Canarias.

1507: El cardenal Jiménez de Cisneros es nom­brado Inquisidor General.

1513: Se establece la Inquisición en Navarra.

1520-1521: Levantamiento de las Comuni­dades de Castilla, entre esos “comuneros” hay muchos conversos.

1528: Se ejecutan a los primeros condenados por judaizar en Nueva España (Méjico).

1539: Se establece la Inquisición en Portugal

1540: Primer Auto de Fe en Portugal.

1547: Una bula papal reconoce la independen­cia de la Inquisición portuguesa.

1570: Se establece la Inquisición en Perú.

1571: Se establece la Inquisición en Nueva Es­paña.

1580: Anexión de Portugal a España, aumenta la presión inquisitorial.

Algunos asentamientos judíos en Palencia, norte de Burgos y Cantabria
Vista del barrio judío de AguilarAGUILAR DE CAMPOO, enclavada en el no­roeste de la provincia de Palencia, Comunidad de Castilla y León, hace frontera con los territorios cántabros de Campoo y los burgaleses Páramos de la Lora.
Esta bella e importante localidad, poblada por cántabros, romanos y visigodos, baluarte árabe y villa de gran importancia en la Edad Media, nos sugiere dos dilemas:

¿Existió una comunidad judía? ¿Dónde estuvo localizada?
Para responder a estas dos preguntas nos ba­samos principalmente en la línea de investigación abierta por Gregorio Ruiz, indicándonos que para resolver estas cuestiones hay que acudir a un cuá­druple testimonio:
Documentos escritos de casas compradas o vendidas por judíos.
Localización de la sinagoga o sinagogas (al igual que se ha hecho en Córdoba o en To­ledo).
Nombres que hayan pervivido y eran habi­tuales entre los judíos.
La existencia de algún monumento o lugar constatable como judío.

1. Documentos escritos que hacen referencia a judíos
En este apartado recurrimos al trabajo docu­mental de Pilar León Téllez, “Los judíos en Palen­cia” que a su vez recoge Gregorio Ruiz.

Un documento indica que la judería está “cerca del molinillo” y “linda con la calle real y detrás el arroyo que viene de la fuente del palacio”.

Para los conocedores de la zona ese “molinillo” no puede ser otro que el llamado de “la Rabia”, pues los demás se localizan fuera del casco urbano y además no limitarían con la Calle Real.

A esta calle la llaman posteriores escritos “nue­va” o “mejorada”, diciendo que “de antes fue jude­ría con casas que habían pertenecido a Abraham Pardo, judío. Lindan por detrás con el arroyo de la cuneta”.

Existe otra hipótesis, la propia de Gregorio Ruiz, que encuentra base documental en el llama­do “barrio del Pozo”, incluso cita distintas juderías en las que el pozo viene a ser un elemento central, tanto urbanística como socialmente.

Del mismo modo, las fuentes anteriormente ci­tadas avalarían esta teoría, pues podría ser que hu­biera dos barrios dentro de la misma ciudad. Esto no era raro en la época, pues se da el caso de “doble residencia” en familias judías que durante la sema­na viven en las zonas comerciales y se irían al ba­rrio judío para pasar el Shabat (descanso semanal) o las fiestas tradicionales.

Lo que parece evidente es que en los últimos años antes de la expulsión, los judíos tuvieron aunque por poco tiempo otro lugar de residencia, siguiendo “las leyes de apartamiento” dictadas por las Cortes castellanas, según las cuales, se les alejó del interior de las ciudades donde vivían. Este último lugar fue el Coto. Para ello podemos citar un documento de 1483 (año del apartamiento) por el que se realiza una venta por parte del monaste­rio de Santa María de “unas casas con su corral a Abraham Tovy, y dos pares de casas contiguas en el barrio de Cotos a don Çaco Pardo y a Palanciana su mujer”.

En resumen, podemos dar por seguro la exis­tencia de un barrio judío en Aguilar de Campoo, que correspondería con lo que hoy es la Tobalina, incluiría la Puerta de Reinosa (a la que dedicare­mos capítulo aparte), siguiendo por la calle Matías Barrio y Mier (antigua Calle Real), haciendo un án­gulo recto hasta dar a las espaldas de la colegiata de San Miguel, incluyendo también las calles de Capitán Cuadrado y la antedicha de la Tobalina.

En la colegiata de Santa María la Real, Menéndez Pidal encontró que entre los monjes de la co­legiata y los judíos, se realizó el contrato comercial con nombres judíos más antiguo de los conserva­dos en España.

Por último, el lingüista Manuel Alvar recoge otro documento, sobre el que comenta refirién­dose al judeo-español: “En 1219, unos judíos de Aguilar de Campoo venden un molino, a pesar de los nombres (Oro Sol, Iuceph, Zac) el testimonio es puro castellano con evoluciones fonéticas que sólo pertenecen al dialecto central (aducha, provecho, tajada, remanexiemos, ermano, judio, judío) y si algún pique extraño se nota, pienso que es arago­nés (firmedumne, ad, lur, prod). En sintaxis tal vez haya calcos de la lengua sagrada, (“de lado uno… de lado segundo… de lado tercero, bia los muchos”, “vendiemos ad ellos la vendida esta”, “baian el abad el membrado et el convent”, “con ojo hermo­so vendiemos a ellos la vendida esta… et non pora vinientes de nuestra fuerza”).

2. Localización de la sinagoga
Parece que en Aguilar pudieron existir al me­nos dos sinagogas, aunque por el número de per­sonas que Gregorio Ruiz llega a censar en cuatro mil, tal vez hubo más. Dos de ellas parecen estar suficientemente documentadas.
Ambas fueron transformadas en capillas, como era habitual. La del Portazgo, que se conserva y aportamos fotos de su fachada y la del Espíritu Santo, que fue demolida en algún momento.
De esta última, como decíamos antes, sólo nos queda el recuerdo de algún habitante y como es­tación del Corpus Christi (al igual que la primera).

La del Portazgo, conserva su fachada exterior de piedra, con una puerta coronada por un arco de medio punto y en su interior una nave rectangular más baja que el nivel de la calle y un banco de piedra circundando su pared.
En cuanto a su interior, nos tenemos que guiar de los testimonios orales, pues hace años se cerró al culto y nos cuentan que pertenece a una familia que la mantiene clausurada.

Ermita (¿sinagoga?) del PortazgoJosé Luis Lacave, en su Guía de la España Ju­día, nos dice que de la desaparecida sinagoga de Aguilar (se supone que la del Portazgo), se con­servó del siglo XVI al XIX en la colegiata de San Miguel, una hermosa lámpara de hierro con una leyenda hebrea, pero desapareció sin dejar rastro. Este aspecto también lo refiere A. Aradillas en su libro, Viaje por la España Judía.

Otro autor fundamental, Francisco Cantera en su completísima obra Sinagogas españolas, nos indica en las páginas 158 y 159 la imposibilidad de localizar la sinagoga en Aguilar.

Por último, en la mayoría de los documentos antiguos, tanto la ermita como la calle, aparecen sin la “z”, “Portago”, como así consta en el Catastro del Marqués de la Ensenada del siglo XVIII.
Actualmente la casa que alberga en su parte baja la ermita o sinagoga, ha sido totalmente de­rruida para construir un edifico de nueva planta. Como podemos ver más abajo, se ha conservado la puerta original, sin ningún cuidado en su mante­nimiento.

3. Nombres propios y oficios habituales que han pervivido entre los judíos
Gregorio Ruiz nos cuenta que en Aguilar de Campoo, siempre ha habido la costumbre de imponer nombres llamados “judíos” con más asiduidad que en otros lugares, así es habitual escuchar nom­bres como Abraham, Sara, Ismael, Isaac, Moisés, Samuel, Ester, Elias, entre otros.

¿Puede ser casualidad?, ¿puede que su sonori­dad cuadre bien con ese castellano del norte? En fin, nosotros creemos que no debe de ser esa la única explicación… Además no podemos olvidar la costumbre de la zona de nombrar a los hijos en muchos casos con los nombres de los abuelos, lo que crearía unas sagas que tal vez nos remontaran a los tiempos de la presencia judía en la ciudad.
Es curioso también que los barrios en los que localizamos presencia judía, el del Pozo y el de la Tobalina, recibieran como patronos al Espíritu Santo y a la Trinidad, respectivamente.

La forma de nombrar los barrios judíos después del desalojo o conversión de sus anteriores mo­radores, fue denominarlos con grandes misterios cristianos, así el barrio de Santa Cruz en Sevilla o la calle de Santa Fe en el propio Palencia. Curio­samente se multaba con tres reales al que siguiera llamándola Judería.
Dentro de este apartado también pueden apor­tarnos algún dato los oficios desempeñados.

Para entender los trabajos que la población ju­día ejercía, hay que recordar que desde antiguo les estaba vedada la posesión de la tierra, aunque mu­chas familias utilizaban a cristianos como interme­diarios en la tenencia de sus propiedades.
Pero en Castilla, en donde el judío no había sido molestado en exceso, (relativamente, pues las matanzas y abusos eran moneda común), en enero de 1412, se aprueba el llamado Ordenamiento de doña Catalina sobre el encerramiento de judíos, inspirado por san Vicente Ferrer y redactado por Pablo de Santa María, obispo de Burgos, teniendo por objetivo la anulación legal del pueblo judío y en cuanto a las profesiones, indica el ordenamiento (que consta de veinticuatro artículos), que los ju­díos no podían ser especieros, boticarios, cirujanos ni físicos ni vendieran pan, vino, harina, aceite, manteca ni otras viandas, ya en público, ya en se­creto. Tampoco podían tener trabajadores ni en sus casas ni en sus haciendas de “la ley católica”.

En otro artículo se prohibía el ejercicio de arrendador, procurador, almojarife, mayordomo, “así respecto de las rentas reales como las de otro señor o señora, cristiano o cristiana…”, se prohibía también que fuesen “corredores, ni cambiadores, ni trajesen armas en las ciudades…”
Pero si toda esta normativa se cumplía, ¿de qué iban a vivir los judíos?

Por si ello no era suficiente, en 1413, el papa Benedicto XIII hace pública una Bula que pretende la eliminación del pueblo judío.
La cuestión es que todo este cuerpo legal deja de aplicarse en 1415 y los judíos, que en muchos lugares ni siquiera habían sufrido en sus carnes es­tas medidas, ven con alivio cómo toda esa presión desaparece y vuelven a ocuparse de los oficios que de antiguo venían desempeñando.

En Aguilar la costumbre se impone a la norma­tiva legal y los judíos se ocupan de sus quehaceres seculares.
Una muestra de ello es la existencia de un llamado “puente de las Tenerías” o “puente de la Tobalina”. Esto de las tenerías fue un oficio muy extendido entre los judíos, y concretamente entre los judíos palentinos. Así consta en documentos fe­chados hacia 1750, en el reinado de Fernando VI, cuando se ordenó registrar por primera vez en la historia de España todo el suelo y las propiedades de la nación.
Según éste, había cuatro tenerías contiguas, “cercadas de parez a cal y canto, fuera y arrimadas a los muros desta villa al sitio que llaman la toba­lina, con cuatro oyos que llaman pelambres para encalar cueros”.

También es casualidad que la pretendida sina­goga se sitúe en el Portazgo (o Portago), lugar ade­cuado para el comercio y el cobro de impuestos, actividades las dos que se encuentran documenta­das como desempeñadas por judíos de la villa.
Esta es la única documentación que tenemos de la época. El anteriormente citado Catastro del Marqués de la Ensenada (siglo XVIII) nos habla del aspecto sanitario: había un médico, dos boticarios, uno de ellos Tomás de Miguel asentado en uno de los supuestos barrios judíos (el del Pozo), un ciru­jano, dos barberos y dos sangradores.

Según este Catastro, podemos calificar a Agui­lar como “una villa clerical”, pues su centro era la Colegiata en la que se encontraban un abad, un chantre primero, un maestrescuela, un arcipreste, 18 canónigos, cuatro capellanes y un sacristán, que unido a la docena de frailes de Santa María la Real y otra docena de monjas que habría en el convento de Santa Clara, dan una elevada cifra de clérigos en relación con la población.

De otros oficios se relata que había 19 labrado­res, 17 jornaleros, nueve pastores, seis hortelanos, 18 cardadores (oficio que solían desempeñan ju­díos) y siete pescadores. También se menciona a 27 tejedores (actividad en la que los judíos ejercían su maestría), seis oficiales zapateros, cinco molineros, dos panaderos… todos ellos oficios que requerían tanto de una maestría propia como de una tradi­ción familiar.

Por último, no podemos dejar de destacar, por muy tópico que sea, la importancia del sector comercial en donde constan 12 mercaderes y 11 arrieros.
Aunque los datos con los que podamos espe­cular sean posteriores al Decreto de Expulsión, permiten hacer una idea de la distribución de las actividades económicas en Aguilar, ya que en épo­cas anteriores, el oficio era una tradición familiar y que el cambio del mismo no era un uso habitual.

4. Localización de un monumento o lugar constatable como judío

Puerta de Reinosa
Si uno consulta cualquier guía, encontrará que en Aguilar de Campoo, conservan uno de los vesti­gios emblemáticos de la presencia judía en España, es la denominada Puerta de Reinosa y para poder entender la importancia de la misma, vamos a ha­cer una descripción de la muralla de la villa, de la que esta puerta formaba parte.
Según nos dice Gregorio Ruiz, el recinto amu­rallado formaba una figura entre pentágono y triángulo, con base en el río y vértice en el castillo, con lo que la muralla consistía en el nexo de unión entre los dos baluartes defensivos de la villa (río y castillo).
La muralla contó con al menos seis puertas o portones de las que se conservan todo tipo de tes­timonios:

¦Puerta del Convento o del Monasterio, que se conserva y fue restaurada por los años 80.
¦Puerta del Puente o de Herrera, situada junto al molino.
Puerta de la Cascajera, parece que fue más bien un servicio de foso o de intendencia y no una salida directa del monasterio de las Clarisas, próxima a la misma.
¦Puerta de los Cotos o de Villallano, que unía la ciudad con el barrio del mismo nombre y con el molino de la Aceña.
¦Puerta de las Tenerías, que sería donde se agruparían las casas de los judíos que no tenían dinero para pagar el derecho de residencia en la villa.
¦Puerta de Reinosa o de Burgos que tenía una importancia capital para el tráfico de mercancías, pues debía ser atravesada por los que por Pozazal venían con sus produc­tos desde La Montaña (actual Cantabria) hacia Tierra de Campos (Castilla).

Puerta de ReinosaCentrándonos en esta última, podemos decir que no es un “descubrimiento” tan reciente, ni mu­cho menos, pues ya en el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1750, al que nos hemos referido en reiteradas ocasiones, se menciona como obra de mucho valor. Su escasa relevancia e incluso su des­conocimiento por parte de los actuales habitantes de la ciudad, ha sido la “cotidianeidad”, es decir, la poca importancia que se le ha dado por ser algo que siempre estaba ahí y que no se le ha valorado en su representación histórica.

Más modernamente, en 1942, hay estudios so­bre ella debidos a Francisco Cantera (ya citado anteriormente), que era en aquel momento cate­drático de Hebreo de la Universidad Complutense de Madrid y que publicó un artículo en la revista Sefarad y un libro en el que se incluía un trabajo sobre esta puerta titulado: “Inscripciones hebreas en España”. Ya había realizado un intento de estu­dio muchos años antes, cuando siendo catedrático en Salamanca, coincidió con Miguel de Unamuno, que también en la misma universidad era catedrá­tico de griego.
Pero su conocimiento generalizado se debe a los esfuerzos de Gregorio Ruiz, que a los trabajos anteriores añade publicaciones propias.

La puerta de Reinosa está formada por un arco apuntado y sobre la clave del mismo, se encuentra una lápida de piedra granítica empotrada en la mu­ralla. Sus dimensiones son de 1,38 X 0,62, y sobre la misma hay un águila explayada, que es el blasón de Aguilar; su importancia radica en que sin duda es la mejor inscripción trilingüe que se encuentra en España.

La lápida tiene dos partes: La superior, un poco más corta, tiene tres líneas en castellano y está muy deteriorada. La parte inferior está dividida en cinco partes o columnas.

Lápida de piedra sobre la Puerta de Reinosa

Lápida de piedra sobre la Puerta de Reinosa

La columna central tiene unos relieves de dos figuras humanas bajo unos arcos (¿tal vez el ma­trimonio donante?), las dos interiores tienen en la parte superior dos escudos cuartelados de águilas y castillos, y en la inferior, un texto de Isaías (10, 35 y 5, 11) en hebreo; las dos exteriores contienen un texto en hebreo aljamiado (grafía hebrea pero las palabras son castellanas traducidas letra a letra). El conjunto queda de esta manera:
Aguila
EN : JUNIO : ERA : M : CCC : XVIII : DON
FIJO : DE : DON : S : M L DIO DO FIL M D D RIL
Escudo Escudo Arcos Figuras
La trascripción en caracteres latinos del texto aljamiado es la siguiente, aunque para poder se­guirla con más facilidad hay que recordar que el hebreo se escribe de derecha a izquierda, no sólo cada palabra, sino todo el texto y, por tanto, hay que comenzar también por la columna exterior de­recha y seguir en la exterior izquierda:

PRIMERO DI- QOMENSO A FACER
AHDEGUNIOE- AQUESA TORRE
RA DE MIL Y DON SAKZM’K
CUATRO SIE- BEN DON SALMON
NTOS Y DIEZ ZM’K NC
YONOVEAÑ0S Y DONA BELIDA SU MUGER

Aportamos una serie de explicaciones:
¦Cuando aparece “DON SAK ZM’K”, debe­mos entender, Don Isaac Zamelek.
¦La inscripción “S T”, la traduciremos por “que tenga buena suerte”.
¦”BEN SALMON ZM’K”, sería hijo de don Salomón Zamelek.
¦”N C”, se traduciría por “que en paz des­canse”.

Y por último, una aclaración cronológica, a la fecha a que se refiere la inscripción, 1 de junio de 1419, hay que quitarle treinta y ocho años de la era hispánica, pues hasta el siglo XV no se empezarán a contar los años según la era cristiana. Se usaba como punto de partida la pacificación de España por el emperador Augusto, el año 38 ante de la era cristiana, por lo que en realidad la fecha de la lápi­da es de 1381 en la que en Castilla reina Enrique II de Trastamara, que sucedió a Pedro I el Cruel y que a pesar de su apelativo, favoreció a los judíos, cosa que de ninguna manera hizo su sucesor.

Entre las dos columnas anteriores, hay una bre­ve inscripción hebrea tomada de Isaías:

SSON WSMJH YSGU UNSU YGOR WANJH AMN

Cuya traducción sería: “Regocijo y alegría al­cancen y huyan de ellos la aflicción y el llanto. Amén”.

Existe en el archivo municipal de Paredes un documento de época cercana, en él se ordena a los judíos rehacer a su costa el “portiello e torre” de la ciudad.

Por lo que parece era una práctica habitual que además de cobrarles unos impuestos más altos que a los demás habitantes, de vez en cuando tuvie­ran que “contribuir al bien común” ejecutando a su cargo obras de infraestructura o de beneficencia que repercutieran en el resto de la comunidad del lugar, no solamente en la comunidad judía.

Y éste parece ser el caso de la Puerta de Reino­sa, que debió de ser edificada por el más rico de la comunidad Isaac Zamelek. De esta inscripción se deduce que al ser una “obra obligada”, el “patro­cinador” se toma su pequeña venganza, al incluir en la lápida el texto de Isaías en hebreo, lengua a todas luces desconocida por el pueblo llano.

Rosetón en la colegiata de San MiguelPor último, y aunque de menos importancia comparado con lo anteriormente estudiado, encon­tramos dos espléndidos rosetones en la colegiata de San Miguel en los que se encuentra una formidable estrella de David.

Partiendo de Aguilar de Campoo en dirección a Palencia, nos encontramos con Amusco, que según cuenta la historia, en la segunda mitad del siglo XV, tenía mayor número de habitantes judíos que cristianos.

El pueblo pertenecía a don Pedro Manrique de Lara, Duque de Nájera y tenía como administrador a Rabí Yuce Milano.

En la plaza, que es de forma triangular, un vér­tice está formado por la iglesia parroquial, otro por el ayuntamiento y el último por un edificio en cuyo sótano se situaba la sinagoga. El hecho de que se ubicara en un sótano, como ya hemos explicado, se debía a la normativa existente en Castilla de que ningún edificio podía superar en altura y majes­tuosidad a la iglesia del lugar.

Rótulo del hotel actualmente cerradoEn la actualidad ese edificio está ocupado por un hotel, que recibe el nombre de “Hotel La Sina­goga”, paradojas del destino o que en la memoria colectiva nunca se olvidó que aquel lugar no era ni más ni menos que una sinagoga.

En el portal de entrada al hotel se encuentra una bajada que da acceso a la misma, una nave amplia con paredes de piedra que sostienen una bóveda de crucería que descansa sobre seis arcos de medio punto.

Las dimensiones del edifico nos hacen pensar en la importancia que alcanzó la población judía de la localidad, al poder edificar su sinagoga en el lugar de más dignidad del pueblo.

Interior de la posible sinagogaContinuando en la misma provincia nos encon­tramos con Dueñas (Palencia), donde se localiza la llamada “ermita del Cristo”, que debió de ser la antigua sinagoga. Es pequeña y de forma cuadrangular; hoy está cerrada y sin culto y se halla en la calle Santa Cruz, que fue el nombre que se le dio a la calle donde vivían los judíos. Se apunta por varios autores que la próspera comunidad judía de Dueñas contribuyó con 23.550 maravedíes para la guerra de Granada, por lo que los Reyes Católicos les mostraron su agradecimiento, aspecto que no impidió su expulsión el 31 de marzo de 1492.

También podemos citar a Paredes de Nava (Palencia), que tuvo una importante aljama, aunque de ella no quedan rasgos evidentes.

Dada su importancia, pues era la aljama más próspera de la cuenca del Duero, figura en el Pa­drón de Huete de 1290, “pechaba junto con la de Cisneros 32.700 maravedíes”. Durante el reinado de Pedro I alcanza esta judería su máximo apogeo, así en 1352 esta aljama rentaba 18.000 maravedíes.

Ermita del CristoLa derrota y muerte de Pedro I y el ascenso al trono de Castilla del primer Trastamara, trae el declive de las juderías que son sometidas a gran­des tributos, aunque va a ser a partir de 1412 con las predicaciones de Simón Rodríguez de Toro por las que a decir de cronistas, “se tornan todos cris­tianos”.

Carrión de los Condes, en pleno Camino de Santiago, a finales del siglo XIII, era una de las juderías más importantes de Castilla. Es el lugar de nacimiento de Sem Tob ibn Ardutiel, llamado don Santo de Carrión por sus contemporáneos. Autor de “Los proverbios morales”, obra muy importante de la literatura castellana medieval. Además a él se deben los primeros versos en castellano que escri­bió un judío.

Ermita de la Santa Cruz (antigua sinagoga)Allí todavía podemos detectar los restos de una sinagoga que ahora han pasado a formar parte de la ermita de la Vera Cruz.

La estructura de esta ermita en forma de L, per­mite apreciar que está construida en dos épocas distintas, una renacentista, con gran portada y otra mucha más antigua, a la que se entra por un patio o jardín, éste es el que posiblemente fue la sinagoga. Esta parte del edificio está dividida en cuatro, división que nada tiene que ver con el aspecto sinagogal.

Una de esas partes es un “zaguán” que junto con la sacristía forman un gran salón de 15 metros de largo por 9 de ancho y 7 de alto, abriéndose las paredes al exterior por dos ventanucos, uno de ellos, en la actualidad cegado. El techo está cubier­to por un artesonado de estrellas, sostenido sobre zapatas regulares. A este zaguán se accede directa­mente desde el jardincillo, aspecto muy habitual en las sinagogas españolas.

“El herrero judío” de la Iglesia de SantiagoOtro vestigio judío destacable de Carrión es el llamado “herrero judío”, figura que aparece en la arquivolta de la iglesia de Santiago.

Para terminar con esta provincia, destacaremos, no lejos de allí un pequeño pueblo, Cisneros, que según cuentan algunas leyendas, a principios del siglo XV, apareció un personaje, que se creía judío y se presentaba como el Mesías.

Frómista, conocida como la Villa del Milagro, que conserva una piedra conmemorativa del mismo y a cuyos habitantes se les sigue llamando “judíos”.

Parece que en esta villa siempre estuvieron pre­sentes, incrementando su población durante el rei­nado de Alfonso X, acogiendo además a los judíos que huían del Al-Andalus perseguidos por almorá­vides y almohades. A finales del siglo XV su po­blación se cifra en unas doscientas familias (unas mil personas), que conformaban aproximadamente la cuarta parte de la población.

Provincia de Burgos
“La piedra del milagro”Sinagoga de OñaEn la provincia de Burgos, hay que hacer espe­cial mención a Oña. Esta población posee una zona que conserva su aspecto medieval y en la que se si­túa la calle de la Judería, también llamada Barruso. En ella se encuentra la llamada Casa del Rabino y la sinagoga, actualmente convertida en hotel. Pa­rece que llegó a tener una importante población judía, incluso se habla de otra sinagoga en el barrio de la Maza, fuera del recinto amurallado.

Orbaneja del Castillo
Situada en el noreste de la provincia de Burgos, en una comarca llamada Sedaño y Las Loras.
Su acceso no es fácil, hay que tomar la carrete­ra N-623 y desviarse a la altura de Escalada donde se toma una pequeña vía que nos lleva hasta el pueblo.

Lo primero que llama la atención es lo abrupto del paisaje, aunque no hay que olvidar que estamos en uno de los cañones formados por el río Ebro, que junto a una orografía de tipo cárstico, confieren a la zona un aspecto singular. Calizas horadadas por el agua y por lo hielos crean cuevas naturales y formaciones de caprichosa belleza.

Vista de Orbaneja del CastilloEn cuanto a la presencia judía en la zona, hay dos grandes versiones pero que en última instancia vienen a converger.
La primera nos habla de familias judías que no salen de España por el Decreto de Expulsión y ante la aplicación del mismo deciden buscar lugares apartados donde refugiarse. Encontramos también a los conversos que se ven hostigados y deciden igualmente ubicarse en sitios más seguros en los que el anonimato les permita emprender una nueva vida.

Una segunda hipótesis es la que habla sobre el pueblo de Orbaneja que se encuentra muy próxi­mo a la ruta que hacían las cuerdas de presos de la Inquisición. Éstas les llevaban a embarcar a los puertos marítimos de Santoña y Laredo (los dos en Cantabria) con destino incierto, en cuyos traslados probablemente se producirían fugas y por lo impo­nente de su paisaje es un lugar ideal para refugiar­se después de una huida.

Sea como fuere, lo que está claro es que el asentamiento judío en la zona se lleva a modo de defensa por lo que se busca un lugar alto y de difí­cil acceso pero que para personas conocedoras del terreno, permita una fácil salida.

Castrojeriz y Castrillo-Matajudíos
En primer lugar, decir que Castrillo Matajudíos es un pueblo de la provincia de Burgos, a 48 kilóme­tros de esta ciudad y a 5 kilómetros de Castrojeriz. Ambos muy importantes por los hechos acaecidos entre los habitantes de sus poblaciones.
Castrillo es un pequeño enclave que podría pa­sar desapercibido al recorrer la extensa comunidad de Castilla y León, si no fuera porque allí nació el insigne músico Antonio de Cabezón.

Casa natal de Félix Antonio de CabezónAl visitar el lugar e intentar obtener información sobre su toponimia, es casi imposible por el desco­nocimiento popular de los hechos; fue en el vecino Castrojeriz, donde nos dieron algunas pistas-
Consultada esa maravillosa herramienta que se llama internet, nos encontramos con la misma ex­plicación al nombre, tanto en la página oficial de los pueblos de la provincia de Burgos, como en Wikipedia, pero como historiadores creímos que no eran las explicaciones demasiado contundentes y sobre todo, había unos hechos terribles que la mayoría de los autores reflejaban y que de alguna manera se situaban en este lugar o en sus proxi­midades.

Pero vayamos a los mencionados hechos. Bre­vemente decir, que en 1035, a la muerte del rey Sancho el Mayor, se produce una sublevación en la villa de Castrojeriz contra el abuso en el cobro de impuestos, que la nobleza y el clero saben en­cauzar en contra de la población judía ubicada allí, acusándola de cobro abusivo en los empréstitos, es decir, la tan manida acusación de usura.
Esto lleva a un asalto del palacio real y a la muerte de cuatro oficiales del rey y de sesenta va­rones judíos, así como a la destrucción de casi la totalidad de la próspera aljama judía de Castrojeriz, de la cual hoy se conserva una sinagoga convertida en Restaurante “El Lagar.
Yitzhak Baer en su “Historia de los judíos en la España cristiana” en el tomo primero, página 36, nos dice:
“A la muerte de Sancho el Mayor (1035) los ha­bitantes de Castrojeriz saquearon en una revuelta el palacio real en Mercadillo, cerca de Burgos, y dieron muerte a cuatro oficiales del rey y sesenta judíos, mientras los demás pobladores salía indem­nes, siendo únicamente obligados a trasladarse a Castrillo y establecerse allí”.

Por último, lo que nos dice el profesor Cantera Burgos al que tantas veces nos referimos, en un ar­tículo publicado en la revista Sefarad en 1971, con el título “Castrillo Matajudíos”:
La historia documentada del lugar remonta a la pri­mera mitad del siglo XI, cuando, a la muerte de Sancho de Navarra y reinando ya su hijo Fernando I (1037), los vecinos de Castro (jeriz), matan a cuatro sayones en Mercadillo y a sesenta judíos, forzando a los demás a vivir en Castrillo. La fechoría repítese casi antes de que trascurriera un siglo, cuando al fa­llecer Alfonso VI, (1109), vuelven a levantarse gentes de alfoz de Castro (jeriz) contra los judíos de Castrillo, a quienes saquean, apresan y aún matan.

Añadir por último, que en la provincia de Bur­gos se asentaron muchas otras juderías, algunas de gran importancia tales como Frías, Pancorbo, Villarcayo, Villadiego, Yudego, Sasamón, Coruña del Conde, Burgos, etc.

Juderías en Cantabria
No se puede hablar de notables vestigios físi­cos que nos indiquen la presencia judía en tierras cántabras pero podemos encontrar documentación abundante en el Archivo General de Simancas, en el Archivo Histórico Nacional, en el Archivo His­tórico Provincial de Santander, en bibliografías.

Existieron cuatro juderías importantes: San­tander, San Vicente de la Barquera, Laredo y Castro Urdiales. Otras de menor relevancia son Colindres, Ruesga, Galizano, Ampuero, Corbán, Cartes, con sus famosos plateros y otras más.

Como características de los judíos cántabros, podemos señalar que no podían pertenecer a cofra­días de pescadores, ni ejercer oficios concejiles ni hidalgos. Eran prestamistas, recaudadores, artesa­nos, traperos, juberos, plateros, pellejeros, cesteros, sastres, albarderos….

Poseían apellidos relacionados con animales: Gallo, Azor, Gavilán, Gavilanes, Cabra, Cordero- Apellidos de nombres de oficios: Carnicero, Zapa­tero, Panadero.

Muchos historiadores y estudiosos tienen im­portantes publicaciones sobre Cantabria. Desta­camos a Valdeón Baruque, Baer, Ladero Quesada, Cantera Burgos, Sánchez Albornoz, García Guinea, Domínguez Ortiz, Pilar León Téllez, Ortiz Real….

En esta Comunidad Autónoma, nos encontra­mos con Valderredible, zona también de valles abruptos cuya capitalidad la ejerce el municipio de Polientes. Aquí hemos de decir que los vestigios, si los hubo, han desaparecido, pues tanto el abando­no que estos pueblos sufrieron durante la primera mitad del siglo XX, como la reocupación de la que han sido objeto en los últimos años, han originado que las raíces ancestrales hayan sido borradas.

No obstante creemos tener motivos para sospe­char que la zona también fue ocupada por judíos o por conversos y que mantuvieron ciertas señas de identidad. Lamentablemente, ningún habitante actual puede aportar informaciones al respecto, debido a su desarraigo del lugar.
Los “vallucos”, como se denomina a la gente procedente de esta comarca, tenían su propia ar­quitectura y costumbres que les hacían singulares.

Casa tradicional de ArantionesFriso de la antigua sinagoga de Abuhav Safed (Israel)Llama la atención la insistencia en los motivos del friso, rombos y círculos, no muy habituales y que en una reciente visita a Israel, encontramos en el friso destruido de la sinagoga de Abuhav en Sabed (Israel).

La toponimia puede aportarnos algunas ideas, así nos encontramos con municipios llamados Re­pudio, MataRepudio, Gallejones o Cadalso, nom­bres que en algunos casos parecen indicarnos as­pectos luctuosos.

Otro dato a considerar es el registro de la me­moria oral en la transmisión de romances de la zona.

El primer recopilatorio de ellos con carácter sis­temático se va realizar entre los años 1933 y 1934, que se edita con el título de Romancero Popular de la Montaña, siendo autores del mismo José María de Cossío y Tomás Maza Solano.

Analizaremos solamente los relativos a la zona de Valderredible y si comparando éstos con los re­cogidos por Susana Weich-Shahak en su Roman­cero sefardí de Marruecos, encontramos un gran número de ellos que inesperadamente (¿?) coinci­den.
Para entender mejor la profundidad de esta aportación recordemos brevemente qué son los ro­mances.

El romance, como nos dice Weich-Sahak, “per­tenece al género de la baladas y, como tal, es un poema narrativo, es decir, que tiene una trama que se desarrolla en el curso del poema. Por ello con­lleva un orden unidireccional regido precisamente por el desarrollo de dicha trama”.

Los temas del Romancero son diversos aunque abundan los de asuntos relacionados con la Espa­ña medieval, aunque la temática general abarca también historias de cristianos hechos prisioneros por los moros, reconocimiento de hermanos y her­manas en cautiverio, intrigas palaciegas, asuntos amorosos, esposas infieles o adúlteras, junto con escenas religiosas.

La trama del romance, se centra generalmente en una escena que se va enriqueciendo por medio de diálogos y descripciones, pero el elemento pre­dominante es sin duda el diálogo.

Un fenómeno característico de los romances lo constituye la diferente forma de combinación que se da entre ellos, ya sea por soldadura entre varios, por préstamo de unos a otros o de contaminación entre ellos.

Como hemos visto, sí tenemos unos documen­tos y recuerdos que atestiguan, desde nuestro punto de vista la presencia judía en el lugar, no sólo por el hecho de que muchos de estos romances sean idénticos en lugares tan lejanos (y más para la épo­ca), sino lo que supone la presencia de los mismos, la idea de la transmisión oral e incluso el talante, la música y la poesía como elementos identificativos de unos rasgos culturales propios.

Por último, decir que la tradición de los roman­ces orales no debía tener “muy buena prensa” fue­ra de la zona, pues como recoge Beatriz Valiente Barroso en su artículo El romancero de tradición oral en Campoo, publicado en la revista de Reinosa “Cuadernos de Campoo” n° 34, Marcelino Menéndez Pelayo “no fue capaz de oír un solo romance en la provincia de Santander” y eso que realizó incur­siones en la zona para tal fin en la década de 1870.

Tal vez el insigne don Marcelino se encontró con un tipo de tradición oral que no era la del ro­mance religioso en honor de la Virgen o del Cristo Resucitado, sino que era la misma que los eruditos de la historia de la literatura definían como de tra­dición sefardí.

Las Henestrosas
En el municipio de Valdeolea, en una zona de­nominada “Las Henestrosas”, existe un palacio, que en principio está datado en el siglo XVII, conocido como “Palacio de los Hoyos”.

Lo más significativo de esta casa-palacio, es una inscripción que hay en la fachada y que da a un patio interior, junto a un escudo de armas; nos hace pensar que la presencia judía sigue viva en el siglo XVII, aunque sólo sea “la idea de la misma”.

El paso del tiempo ha dañado la piedra y hace que sea difícil la lectura, pero vamos a intentar transcribirla:

XI USUE DE NACION ERES NOBLE
CHRISTIANO BIEJO
LIMPIO POR TODA VIZA
NO TE CASES CON IUDIZA
AUNQUE BISTAS DE BELLON

Podría traducirse así:

SI USTED ES NOBLE DE NACIMIENTO
CRISTIANO VIEJO
LIMPIO DE TODA LA VIDA
NO TE CASES CON JUDÍA
AUNQUE VISTAS DE BELLÓN.

Nos inclinamos a pensar que el cantero que lo esculpió (o quien se lo ordenara) recogió un dicho popular tal cual él lo había escuchado. En cuanto al significado en sí, vamos a ir desglosando el texto para su mejor aclaración.

Fachada principal del Palacio de los Hoyos, Las HenestrosasEl primer verso indica a quién está referido, es decir a la idea de nobleza que en ese momento rige en España. El ideal es el ennoblecimiento por el motivo que sea, nacimiento, hechos de armas, eco­nómico, etc. Esa “nobleza”, es la mejor herencia que se podía dejar a los sucesores.

En el segundo verso, nos encontramos el con­cepto de “cristiano viejo”, el cual va a madurar du­rante toda la Edad Media hasta ponerse de mani­fiesto en el siglo XV, cuando las prédicas antijudías han calado en el pueblo llano y éste hace suyas ideas xenófobas. En el caso de los judíos va a ser un absurdo porque en muchos de ellos poblaban esos lugares antes que los llamados “cristianos vie­jos”.

El tercero es reiterar la misma idea; se refiere al asunto de la “limpieza de sangre”, desgraciada­mente vigente en España hasta la Constitución de 1812. Los Estatutos de Limpieza de Sangre impe­dían el ingreso en oficios, gremios e incluso en la Universidad al que tuviera antepasados judíos, por lo que los conversos eran de alguna manera “ciu­dadanos de segunda”.

Lápida con inscripción de la fachada exterior del Palacio de los HoyosEl cuarto, no puede ser más explícito, “no te cases con judía”… Ya desde el siglo XIV están pro­hibidos los matrimonios mixtos (en realidad, lo es­tuvieron desde Sisebuto) pero así y todo se debían producir sobre todo en zonas aisladas.

El quinto y último, se nos antoja que puede ser explicado de dos maneras, aunque ambas vienen a confluir.

Por un lado, el bellón puede referirse a la piel de un cordero, con la que se confeccionaban pren­das de abrigo que eran de gran suavidad.

Por otro lado también podemos entender “bellón” como moneda de oro, es decir el paradigma de la riqueza.

En resumen, lo que ahí se aconseja es que nin­gún noble, cristiano viejo, con sangre sin impu­rezas, se una a una judía aunque ello le lleve a mejorar su suerte.

Reinosa
Diferentes archivos testifican la presencia de judíos en Reinosa en el siglo XV. Parece que eran arrendadores de fincas y mercaderes. Hay que se­ñalar, que las mismas fuentes hablan de la existen­cia de mercaderes sirios en Cervatos. Otras fuentes documentales constatan la presencia de judíos en el siglo XVI. Hay una carta de 1580, dirigida por los Inquisidores de Logroño al Consejo de la In­quisición de Madrid por parte de Juan de Castro y Hernando de Castro, vecinos de Reinosa y Cervatos respectivamente, que piden ser miembros del Santo Oficio, petición que les es denegada al averiguar que eran descendientes de judíos confesos por par­te de su abuela paterna Catalina de Castro.

Y es de resaltar la llegada a la localidad de Car­los I, en 1517.

El joven rey, de 17 años, desembarcó en san Vicente de la Barquera, procedente de Flandes. Allí enfermó gravemente y permaneció 14 días. Los médicos que atendían al monarca, al ver que no mejoraba, le aconsejaron salir de San Vicente y continuar su viaje. Parece que la idea primitiva del rey era ir a Burgos desde Santander, pero al recibir noticias de que en esta ciudad se había de­clarado un brote de peste, cambió de idea y envió recado al resto de sus hombres que le esperaban en Santander, donde parte de la flota había desem­barcado, para que salieran hacia Aguilar de Cam­poo, allí se reunirían para continuar a Valladolid, haciendo pequeñas jornadas hasta llegar a dicha ciudad. Después de muchas penalidades debidas al mal tiempo y la falta de buenos alojamientos, lle­garon a Reinosa el día 15 de octubre y cerca de esta población el rey se encontró con Juan Sauvage, su consejero, que había hecho el trayecto por tierra y se adelantó al resto de la comitiva para encontrarse con su soberano y ponerle al corriente de las noti­cias y rumores que corrían por el Reino.

Al llegar a Reinosa, el rey y su hermana Leonor fueron hospedados en casa de un caballero, Juan de Rebolledo, judío converso y vecino de Nestares; el resto del séquito se hospedó en Reinosa. La pro­piedad de este señor estaba al lado del convento de San Francisco que se estaba construyendo enton­ces. El caballero que alojó al rey era al parecer muy devoto y llevaban, tanto él como su familia, los hábitos de la orden franciscana. Allí estuvo unos 9 días recuperándose de su enfermedad, antes de proseguir su camino.

Convento de San FranciscoConvento de San Francisco
Documentos de los siglos XVII y XVIII relatan diferentes querellas en las que se detecta la fobia contra los judíos conversos de Cantabria. Un ejemplo es el de Juan Calderón, vecino de Suano, a quien insultaron porque su mujer María de Col­menares era una judía y que él estaba casado con judía… igualmente se recogen las injurias que el clérigo y comisario del Santo Oficio, Juan Santibáñez Zeballos profirió contra sus vecinos llamándo­les ebreos, judíos y “campurrianos rabudos”…

Y para finalizar nuestro relato, del refranero campurriano, dos ejemplos de la “sabiduría popu­lar”, sentenciosa, pintoresca y en este caso algo de inquisitorial:

“El judío y el rábano, han de sembrarse ralos”
“Es más costruñu que un judío” (avaro, roñoso…)

1 comentario en «La presencia judía en el norte de Sefarad»

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