Hoy no voy a referirme a la materia con la que algunos sufrimos en preparatoria, ni tampoco a la química sanguínea. Es esa química que está, que existe, que se siente pero no se puede medir en ningún análisis.
Seguro les ha pasado que hay personas que acaban de conocer y con quien se sienten cómodos, con quienes se siente una conexión especial.
Se puede ver incluso con hermanos de la misma familia, hasta con los hijos. En algunas ocasiones hay amigos que la vida nos acerca, con quien sentimos esa confianza, esa empatía, esa cercanía y con quien podemos explayarnos y platicar de tal manera que sentimos que el tiempo se detiene y no pasa.
Amigos o conocidos que puede ser que veamos poco, pero que cuando los vemos, tenemos la sensación de que los conocemos de siempre y el tiempo se detuvo desde la ultima vez que platicamos.
Existe algo que no es fácil de definir, pero en mi caso a veces puedo tocar con la punta de mis dedos. Se podría resumir en algo así como “ me siento cómodo hablando con el o con ella”, “no se porque pero me dio mucha confianza”, “siento que es alguien en quien puedo confiar”.. hay tantas y tantas frases que podemos decir pero no siempre podemos explicar.
Claro que todo eso podemos sentirlo en el sentido opuesto, estoy seguro que saben a que me refiero. A veces hasta con solo ver una fotografía, sin tener que emitir un juicio consciente, podríamos decir si nos sentimos comidos o no. Puede ser hombre o mujer, alguien de corta edad o lo mismo una persona de edad.
Lo equiparó a un concepto que explicó a quienes colaboran conmigo cuando diseñamos un Restaurante, las personas entran y no saben que es, pero les gusta o no, se sientes cómodas o simplemente no regresan, hay algo que no se explica con palabras pero se siente, es eso que yo llamo “Química”.
Los invitó a analizarse y entender o al menos tratar, que es aquello que los acerca o aleja de quienes los rodean, que sucede con aquellos que apenas conocen, quienes están lejos pero cerca, con todo lo que esto signifique.
Artículos Relacionados: