La Sierra de la Fervencia

Por:
- - Visto 324 veces

Tiene Peñalba tres soberbias sierras paralelas, ahora abandonadas, pero antaño bulliciosas en los meses de verano por el numeroso concurso de ovejas, cabras, vacas, perros y pastores. La del centro y más próxima al pueblo es la Sierra de la Fervencia. Allí está el punto más alto de la cordillera aquiliana, que supera con holgura los dos millares de metros. Esta sierra es la prolongación hacia el sur del Valle de Friguera, y a ella miran constantemente los lugareños para pronosticar el tiempo.

Los peñalbeses heredamos el nombre “Fervencia” de nuestros padres y abuelos; pero nunca nos dijeron por qué se llamaba así. El término ‒de la misma raíz que “ferver” (‘hervir’) y “fervor”‒ podría sugerir que allá en aquellas alturas hay algo así como aguas termales; pero nada más lejos de la realidad.

¿Qué significa, entonces, “fervencia”? La palabra no está recogida en ninguno de los diccionarios de la RAE por no ser propiamente castellana; pero sí aparece en los diccionarios gallegos bajo la forma “fervenza”, y su significado es ‘cascada’, ‘salto de agua’. Por otra parte, al nordeste de Foncebadón, tenemos también el topónimo “Fervencia”, y allí, efectivamente, está aplicado a una bellísima cascada. Aún dentro del Bierzo, aunque ya en el límite con Galicia, los vecinos de Busmayor presumen no solo de su fantástico hayedo, sino también de las numerosas “fervenzas” o cascadas que lo adornan.


Pero ¿dónde está en nuestra sierra peñalbesa la “fervencia” o cascada que le dio su nombre? Es perfectamente visible desde el pueblo, y también audible en las semanas primaverales del deshielo. Es lo que llamamos actualmente la “Peña las Lavanderas”, que está situada en la parte media baja de la sierra. A los forasteros tenemos que aclararles que el nombre “Peña las Lavanderas” no procede del hecho de que nuestras sufridas abuelas subieran hasta allí para lavar la ropa, sino de la presencia de abundantes aguzanieves, esos “pajarillos de figura grácil y cola larga que mueven continuamente”, y que en Peñalba llamamos “lavanderas”.

La palabra “cascada”, que tan profusamente utilizamos hoy, no entró en el léxico español hasta primeros del siglo XVIII, por lo que los antiguos peñalbeses, al igual que los gallegos, llamaron a los saltos de agua “fervencias”. La metáfora es puramente visual, no táctil, porque el agua, aunque fría, le recordaba al espectador de esos saltos el burbujeo que produce cuando hierve.

 

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: