Si bien estimado lector de este querido Diario Judío, ya hicimos nuestra parte de (re)conocer a la audiencia en la primera parte de esta opinión, quisiera también acercarle cómo le servimos “Nosotros, los Medios” durante el 2017. Si es que mejoramos en nuestra labor de informar o seguimos desinformando, si es que le damos mayor interés a la negatividad que a la construcción de una mejor convivencia entre los seres humanos y desde nuestra propia sociedad, y desde luego si hemos sido justos con la equidad de oportunidades. Somos muy buenos criticando, pero seguimos siendo poco criticables.
Era enero del 2017 y un nuevo inquilino llegaba a vivir a la Casa Blanca, uno muy peculiar, un “Show Man”, alguien al que algunos medios le dieron la bienvenida y otros la espalda. Para él, no hay medias tintas, no hay ni se tendrá la objetividad ni la imparcialidad. Su misma candidatura fue un escenario de controversia y su presidencia en el primer año, así también lo fue. Bueno, una de las primeras notas que retumbo en miles de familias fueron los nuevos decretos migratorios, siendo medio de comunicación o lo rechazabas o lo aplaudías, pero eran pocos los que se acercaban al optimismo. Ustedes dirán ¿Cuál optimismo? – En fin, eso comprueba que los medios polarizamos y alejamos notas tan apreciadas como para difundir de manera excesiva la foto de Nuccio DiNuzzo mostrando la protesta pacífica y emblemática de un padre judío y un padre musulmán, soportando a sus hijos en hombros para mostrar al mundo un mensaje que decía, lo siguiente: “el odio no tiene hogar aquí”, “amor amor”, “empatía” y “ya hemos visto antes, que no se repita”.
Otro aspecto que creo es importante de compartir es qué tanta confianza hemos generado los medios de comunicación con la audiencia. De acuerdo a la Consulta Mitofsky dedicada a la confianza en las instituciones en su edición 2017, los medios de comunicación obtuvimos un resultado de 6.5/10 en la confianza de los mexicanos. Si bien, aumentó un poco la cifra en la confianza a nosotros sus servidores, resulta ser que tampoco es para cantar victoria y decir que volvimos a ser su mejor fuente de información. Pero no solamente hay que enfocar el efecto negativo en México, ya que también en Europa, de acuerdo a la encuesta Eurobarometro 2017 de la EBU Media Intelligence Service, los medios escritos han ido a la baja en su confianza en países como el Reino Unido, casi a la par del internet y las redes sociales como fuente de información. ¡Un momento! ¿Las redes sociales y el internet perdieron credibilidad? – Sigo con eso en el siguiente párrafo.
Si bien es cierto que en años pasados nuestro hartazgo con los medios tradicionales había depositado mayor credibilidad en el internet y las redes sociales por parte de la audiencia, creo que el 2017 mostró que el efecto no iba a ser eterno. Las opiniones se polarizaron, los youtubers no eran “los nuevos líderes de opinión” y las redes sociales llegaron a ser tan tendenciosas y tan faltas de fuentes fidedignas, que una sola opinión nos hacía falsamente creer en una generalidad. Sin embargo, no hay que ser tan cerrados, y es que el mundo gira rápido y nunca es para atrás; las tendencias de la audiencia y la oferta de los medios evolucionan en un abrir y cerrar de ojos, a diferencia de lo que veíamos en el Siglo XX o en los primeros años del nuevo siglo. Las redes sociales sufrieron el impacto, pero los medios tradicionales (serios, por favor) supieron combinar su novedad de imagen y retroalimentación con la audiencia, acertando en que las personas decidían ya no ver un contenido de una hora completa en la tv o leer todo un tabloide, sino dirigirse a su selección de temas de relevancia, con fuentes fidedignas, con trabajo de investigación (el verdadero periodismo) y la seguridad que su acceso a dicha información podría ser un video post de no más de 15 minutos con acceso a compartir en sus muros, estando o no de acuerdo con el medio, el conductor u otros miembros de la audiencia. La “confianza” que se les dio alguna vez a las redes sociales y al internet se convirtió en “fake news”.
¿Por qué seguimos siendo los medios tradicionales un espacio de inequidad para quienes se dedican a ello como a los que impactamos en las notas? – A pesar de que se trabaja en promover la equidad entre el hombre y la mujer, los medios han seguido operando con tendencia machista. Desde el 2015, el Global Media Monitoring Project (GMMP) ha demostrado que los medios abren cada año más la puerta a las mujeres a la labor de informar o ser parte del equipo que comparte la información; sin embargo, no ha llegado a la equidad necesaria. La mujer sigue siendo un tema de burla y de poca seriedad, que su opinión no llega a buscarse a la medida correcta por los medios, aun cuando se habla de ellas. Créanme que las bobas portadas de Amal Clooney desprestigiando su mensaje frente a la Organización de Naciones Unidas fueron poca cosa con la falta de importancia y seriedad que le damos cualquier mujer.
Por último, en esta opinión en Diario Judío (diario en donde todos podemos opinar con respeto), les quisiera dejar un ejercicio en donde podamos compartirnos cuál fue nuestro momento favorito de los medios tradicionales, las redes sociales y la cobertura de la misma en alguna nota en particular y cuál fue el peor. Con este tipo de ejercicios quisiera decirles a ustedes estimados lectores y a nuestros colegas que no somos omnipotentes ni lo sabemos todo, y que somos servidores más que soberbios con derecho a un micrófono a un espacio en alguna columna, somos humanos y necesitamos aprender de nuestros errores y generar más puentes de entendimiento y autocrítica con la sociedad, con cada sector y con cada individuo, para seguir trabajando con algo más valioso que un Bitcoin, la información.
Gracias por su atención y espero su respetuosa opinión en el espacio de Diario Judío o en la cuenta de twitter de un servidor: @PabloQZepeda
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