Cuando el anti-judaísmo contemporáneo llama a tu puerta, no llega como en la Segunda Guerra Mundial, comandado por los agentes de la SS destruyendo todo a su paso. Llega muy diferente, dependiendo del lugar geográfico donde te encuentres y muchas veces solapado bajo la mirada indolente de algunos que incluso creen en la actualidad que todo judío o descendiente de éste, debe estar no solo sometido al yugo de otro, sino además también despojado de su vida si es posible.
Porque a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho desde el final de la Segunda Guerra Mundial en materia de Derechos Humanos, tenemos que ser realistas, la cuestión judía como un problema de discriminación instaurado por siglos y siglos, ha calado más que hondo en el imaginario colectivo de ciertos grupos sociales que todavía discriminan a todo aquel que siga la Ley Mosaica y que por ende, no se someta a los designios que están más allá de ella, o incluso fuera de ésta.
Siendo así el discurso escrito en relación con los Derechos Humanos en teoría, muy alentador e incluso inspirador para algunos de nosotros, aunque en la práctica la realidad sea otra, ya que nos enfrentamos día con día a los nuevos paradigmas del anti-judaísmo contemporáneo, el cual tiene unas formas de tratar el tema judío como algo aparte, en el sentido de que por ser supuestamente los judíos un caso único, a raíz de la diáspora que han tenido que enfrentar por siglos, junto con la esclavitud y dominación, ni la secularización de algunos de ellos, los ha librado de los desmanes en su contra que ocurren cada vez más alrededor del planeta.
Ya que el que nace judío, aunque no sea practicante lo será hasta el último día de su vida, a pesar de que algunos incluso lo oculten varias generaciones atrás, por ello mismo en los últimos años el tema del anti-judaísmo no ha perdido vigencia en lo más mínimo, adquiriendo mayor relevancia por el solo hecho de lo que ha tenido que soportar una Nación que desde siempre ha sido tratada con discriminación, hasta que cada judío y sus hijos o nietos alcen la voz y no permitan que nunca más se les considere con indiferencia, como si no formaran parte de la comunidad mundial por ser en todo caso vistos como una minoría, a pesar de los derechos consuetudinarios que se predicaban desde Moisés y los cuales son la base de toda la estructura fundamental de los Derechos Humanos en la actualidad.
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
A lo largo de mi vida he visto que los que más discriminan a los judíos, son los judíos mismos. Las causas son varias, pero lo más usual es que si no cuentas con una identidad de pertenencia a tal o cual grupo o comunidad registrada o bien establecida, no te permiten participar.
La internet ha permitido descubrir varios grupos familiares que por siglos estuvieron aislados, creyendo que ya eran los últimos o los únicos de una cultura que estaba condenada a desaparecer, sin pensar que lo único de lo que carecían era de los medios de comunicación. Esos grupos marginados son los que están segregados y que necesitan que sean recuperados. Son grupos sin identidad pero que han existido en la marginación.