Todos los días escuchamos por diferentes medios de comunicación que algún grupo terrorista cometió un atentado en alguna parte del mundo contra personas inocentes, una y otra vez, siendo el terrorismo un cáncer que está carcomiendo a todas las sociedades alrededor del planeta.
Sin embargo, si sentimos que este flagelo de la Humanidad está ganándonos la partida, debemos recordar que la esperanza y el espíritu de lucha representado por aquella niña pakistaní llamada Malala Yousafzai, quién es ahora una adolescente, sigue más vivo que nunca en los sueños y esperanzas de las nuevas generaciones.
Por su lucha cuerpo a cuerpo con un enemigo que cada vez más se multiplica y cercena la libertad individual de todo ser humano. Y que va tras las mentes jóvenes y vulnerables que son nuestros niños y niñas, para tratar de dañarlos desde sus raíces más profundas y dejarlos sin acceso a la educación y así poder controlar lo que piensan desde su infancia.
Así que al igual que Malala, todos debemos combatir a este monstruo que se llama terrorismo desde diferentes flancos, pero con las armas de la educación, la cual libera cualquier mente de la miseria humana en la que se está sumiendo el mundo entero, si permite que la irracionalidad de unos, se apodere de la libertad e igualdad que nos corresponde a todos.
Entonces seamos coherentes con nuestros discursos y empecemos a educar a otros para que puedan discernir entre la razón y la irracionalidad y no caer en ideologías que destruyen los cimientos de toda cultura, producción humana inacabada y en constante evolución…
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
17 01 2017.
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