La vida es una pura contradicción. “Separado” se escribe todo junto y “todo junto” se escribe separado.
Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria
Los honestos son inadaptados sociales ( varias de Les Luthiers)
Posiblemente el fracaso de los acuerdos de Oslo (1993) no estuvo en el asesinato de Rabin, sino en el secreto con el cual se desarrollaron las conversaciones. http://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdos_de_Oslo aparentemente no había una plataforma amplia de líderes involucrados.
Simbólicamente el premio Nobel de ese año lo recibieron dos líderes israelíes y un líder palestino. El sueño de la paz se hizo realidad.
¡Increíble! Personalmente no dudaba que la presencia de mi partido en la coalición gobernante hizo realidad este sueño. Si bien hemos renunciado al ministerio de educación como lo exigía Shas, el partido religioso de la coalición, con eso se mantuvo integro el gobierno y se pudo continuar con las, entonces, secretas conversaciones.
Nuevamente la realidad me frenó la corrida, casi como en los dibujos de los comics. El no sorprendente asesinato de Rabin en noviembre de 1995 y los terribles ataques de los palestinos en el norte de Israel, volvieron el río a su flujo normal. En Israel no hubo gobierno que volvió a cumplir el ciclo normal de 4 años, pues Peres en las elecciones de 1996 no logró, como jamás logró, el apoyo del pueblo, para intentar continuar el proceso de paz. Nadie pagó el precio, salvo el asesino directo. http://yossimay1949.wordpress.com/2010/10/21/quien-manda/
A pesar de las dificultades, yo seguía creyendo en la posibilidad de llegar a la tan ansiosa paz con acuerdos viables, con fronteras reconocidas. Pero jamás me enceguecí y todo el tiempo tenía plena conciencia que ni los gobiernos israelíes, ni las autoridades palestinas desean la paz. Las conversaciones de paz, la existencia de diálogos, no eran más que caños por los que fluía dinero y mucho dinero, parte de ese dinero para armar a los elementos que lograban, por supuesto, evitar llegar a la paz. Los israelíes seguían con los asentamientos a todo vapor. Ya se estimaban en 160,000 los colonos en el año de la firma de los acuerdos de Oslo. Jamás se supo en Israel cuánto dinero se presupuestaba al desarrollo de los asentamientos. Se escondía en todo tipo de ítems del presupuesto nacional, en todos los ministerios, pues era evidente que había una diferencia muy grande. Me animo a decir que si el gobierno “gastaba” en cada habitante de Israel un monto de 1,000, gastaba en un habitante judío de los territorios 4,000. Yo no tengo pruebas, pero nadie puede venir a discutir que me equivoco.
Los acuerdos de paz dieron un empuje a la economía israelí y por suerte, yo no estuve alejado gracias a mi “reconocida” calidad profesional. Tuve que aprender inglés para poder atender clientes de primera envergadura que ya no recuerdo los nombres, obviamente puedo buscarlos en el índice de clientes (que ya no son) de mi plan de cuentas.
En julio del año 2000 viaje como turista a Gaza, vi allí un país en construcción. Volví triste y preocupado. El descontento del pueblo era evidente ante la corrupción de los líderes del Fatah (OLP). Las grandes inversiones se hacían para favorecer a los viejos combatientes de la OLP que regresaban de Túnez en el marco del acuerdo de paz y sin que se invierta en la misma medida en la población existente. Cuando en Octubre del año 2000 se desató la Intifada El-Aksa contra Israel, no dude que era una manipulación al pueblo palestino y evitar un enfrentamiento interno. Si bien la excusa fue Sharon y su visita al monte sagrado donde está la Mezquita del Aksa y la Cúpula de la Roca, yo no creo que esa era la razón.
Si hay paz, ¿por qué no se puede visitar?
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