Cuando mencionamos la palabra “palestino/a” no imaginamos lo que realmente significa este término. Hoy en día utilizamos este término para describir a los árabes que se encuentran en Judea y Samaria, Gaza, Siria, Jordania, Líbano, etc y que se refugiaron allí luego de la Guerra de Independencia de Israel en 1948. A este grupo de árabes, los cuales provenían de países hoy llamados como el Líbano, Siria y Jordania, se les denominó como “Palestinos” por estar bajo la soberanía del Mandato Británico de Palestina. Sin embargo, muchos no saben la verdadera etimología de esta palabra. La palabra “palestino/a” fue empleada por primera vez por los romanos hacia los judíos en “honor” a los filisteos quienes eran enemigos acérrimos de los israelitas. Sin embargo, con el establecimiento del Mandato Británico de Palestina en 1920, todos los judíos, árabes y cristianos viviendo en este territorio fueron llamados “Palestinos.” Incluso, los pasaportes y certificados de nacimiento de estos individuos los identificaban como tal. Ese mito de que el término “palestino/a” solo le pertenece a los árabes de esta región, en su lucha por demostrar ser el pueblo indígena de esta región, es una locura. De hecho, antes de la formación del Mandato Británico de Palestina, lo que hoy sería Israel, Gaza y Judea y Samaria, no era siquiera llamado “Palestina.” Estos argumentos no solo derrotan los falsos argumentos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) antes y luego de la Guerra de los Seis Días, y las enseñanzas que Hamas emplea en Gaza.
Sin embargo, no podemos negar que al igual que los judíos, los árabes en la Palestina Británica comenzaron a desarrollar un nacionalismo identitario que en el caso de los judíos dió paso a la formación de un estado y en el caso de los árabes no. Este proceso generó dos pueblos que indudablemente han desarrollado una cultura, un idioma particular y la necesidad de instituciones que les representen. Indudablemente, los israelíes ya adquirieron sus instituciones y entes civiles que han construído una sociedad moderna, mixta e indudablemente occidental. En el caso de los Palestinos, esto no ha ocurrido a cabalidad. Permítanme explicarles. Posterior a la Guerra de Independencia de Israel y a finales de los 1950’s y principios de los 1960’s, los movimientos como Fatah y la OLP no tan solo dieron paso a la idea de crear un estado palestino sino que incoaron la necesidad de los palestinos en desarrollar su identidad. Este proceso de desarrollo de identidad no comenzó con el nacionalismo político iniciado por Amin al-Husayni en los años 1930’s, sino que surge debido a la necesidad de tener instituciones en los campos de refugiados en Siria, Jordania y Líbano principalmente. Por ende, el mito de que los Palestinos han tenido una identidad nacional, colectiva y singular desde siempre es erróneo. La identidad nacional palestina, al igual que la identidad nacional israelí, ha sido construida a través del tiempo y las circunstancias.
Un síntoma de este proceso de desarrollo identitario a través del deseo de tener instituciones, es el golpe de estado llevado a cabo por los fedayin en contra del Reino Hachemita de Jordania, y que contó con el apoyo militar de los sirios, en 1970. En este intento de golpe de estado, el cual se caracterizó por la movilización de tropas israelíes listas para apoyar al Rey Hussein de Jordania y en la que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética movieron sus fichas en este tablero, los palestinos intentaron derrocar al rey después de haber llegado a un acuerdo con éste para acabar con el estado paralelo que estaban desarrollando dentro de Jordania. Este estado paralelo era llamado por los israelíes como “fatahland.” A pesar de ello, este fenómeno de desarrollo identitario en base a la necesidad de instituciones que los palestinos han necesitado se ve reflejado en los constantes choques que la OLP y Fatah tuvieron en Líbano tras ser expulsados en 1970 y ha provocado dos intifadas en los territorios que decidieron adoptar bajo la resolución 242 y los Acuerdos de Oslo para la futura creación de su estado.
En conclusión, no me cabe la menor duda que la identidad nacional árabe-palestina fue creada y consolidada en los campos de refugiados y no en Judea y Samaria o Gaza ni antes de 1967 ni luego de la fecha antes mencionada. La necesidad de tener instituciones nacionales y colectivas han llevado a este pueblo a que luego de la nakba de 1948 y la Guerra de los Seis Días en 1967 necesiten un estado. El pretender negar el trasfondo cultural y étnico del pueblo palestino antes de la creación de Israel es para intentar probar sus “argumentos indígenas” a la tierra que hoy reclaman es lamentable. El aspirar a rechazar la realidad de que la identidad nacional palestina se ha desarrollado fuera de las fronteras de lo que algún día fue el Mandato Británico de Palestina es una falsa total. Y esa es la realidad.
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