Ellos hablan hebreo, rezan los “sábados”, no los domingos, y confirman su fe a los 12 años, no a los tres; sin embargo, cantan el Himno Nacional, saben la historia del águila sobre el nopal, hablan “chilango” y hasta conocen el doble sentido, entienden de albures y otras picardías mexicanas.
Se trata de la comunidad judía en nuestro país, unas 50 mil personas de acuerdo con el INEGI, que en su mayoría no son otra cosa que mexicanos de religión hebrea, nacidos ya como tercera o hasta cuarta generación en México, lo que los hace tan nacionales como el mole, de acuerdo con algunos de sus miembros y representantes.
“El privilegio de la mexicaneidad de la comunidad judía nace de una elección y cuando uno elige lo que uno quiere, uno lo ama más; esta lección la aprendí de mi padre, que a pesar de haber nacido en Polonia, pasó 47 años en México y él era más mexicano de lo que yo alcanzaré a ser alguna vez.
“Hay muchos que ya no recuerdan su antecedente de otras zonas, de tal manera que las generaciones actuales, como mis hijos, son mucho más mexicanos que yo, que soy hijo de mexicana y extranjero; mis hijos, nacidos en México, son hijos de mexicanos nacidos aquí y nietos de mexicanos por el lado materno, somos tan mexicanos como cualquiera”, expresa Alejandro Rubinstein, ex-Presidente del Centro Comunitario Ramat Shalom, en Tecamachalco.
Acepta que hay confusión entre el grueso de la gente sobre la diferencia que hay entre nacionalidad y la religión que profesan los descendientes de Israel; sin embargo, aunque su fe esté en Abraham, el monoteísta, llevan el sello cívico de lo mexicano.
Tan tricolores son que, excepto éste, año con año celebran como el resto de los 100 millones de nacionales el Día de la Independencia; y la salvedad tiene un motivo religioso que dividirá los afectos esta ocasión, explica el experto.
“El 15 de septiembre hacemos lo mismo que cualquier mexicano, en más de una ocasión en Ramat Shalom hemos hecho noche mexicanas con pozole, tamales y atole.
“Este año no lo podemos hacer, porque sí priva una determinación de carácter religioso, es día de expiación de cierre de juicio, casi de duelo, es Yom Kipur”, aclara.
Yom Kipur es la celebración más importante para la fe judía, es el décimo día del año, donde se cierra el periodo de juicio iniciado en Rosh Hashaná, la primer jornada de cada calendario y en donde se pide llegar al día de la expiación perdonado por Dios.
“Imagino que el 15 de septiembre, en la noche, llegaré al templo con la alegría de que México celebra un año más de independencia; esa noche también vamos a pegar otro grito, uno que sale de nuestras almas, con el que le pediremos a Dios que su designio (en el Día del Perdón) sea positivo y que nos dé la oportunidad de continuar un año más y que podamos ser un año mejores”, pide Rubinstein.
Yom Kipur implica cerca de 26 horas de ayuno total, no se puede tener ningún baño ni otra actividad que genere placer; se duerme un poco para regresar a seguir rezando puesto que tienen que centrarse en sus “casos” particulares para obtener una sentencia favorable el Día del Perdón.
Rubisntein dice que el corazón puede y tiene varias filiaciones, lo que no implica infidelidad hacia ninguna, ya sea la fe o el civismo.
“El privilegio de la mexicaneidad de la comunidad judía nace de una elección y cuando uno elige lo que uno quiere, uno lo ama más, es una lección que le aprendí a mi padre”.
Así opinan
Los jóvenes judeo-mexicanos integran en su vida diaria su doble identidad.
- “En Israel se ha vuelto una tradición que todos los mexicanos se reunan en una fuente de Tel Aviv para dar el grito el 15 de septiembre; ni siquiera estando lejos nos olvidamos de nuestro México”
Daniela Rosenel - “Yo me siento muy mexicana y sobre todo muy agradecida con México por la libertad que nos han dado a los judíos”
Rosie Michán, judía - “Este año vamos a hacer la comida de antes del ayuno con un menú mexicano para celebrar el día de la independencia”.
Lo Goldzweig - “Siempre celebro el grito, este año va a ser un poco complicado porque cae el mismo día que Yom Kipur, pero encontraremos la forma”
Jonathan Hajar - “El chiste es encontrar un equilibrio entre lo mexicano y lo judío, para sentirte parte del país y no olvidar tu origen”
Enrique Presburger
México prospera cada día,en gran manera en Teología,gracias al crecimiento en el discernimiento de las Santas Escrituras, el amor en Cristo significa Paz y prosperidad con cualquier judío, de todo el mundo!!!