Radiografía de tórax

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En febrero del año 2004, llegué a Miami a visitar a mi sobrino y a su familia, enferma y casi sin poder respirar, tenía la cara morada gracias a una caída espectacular que sufrí en la república Dominicana adonde fui a visitar a unos amigos. Los niños de mi sobrino me dijeron que no era Halloween: en efecto parecía que estaba disfrazada. Mi aspecto era deplorable, mi sobrino quien es un excelente neurólogo fue por mí al aeropuerto con sus niños, estaba preocupadísimo por mí. Mientras nos dirigíamos a su casa, pasamos por un complejo de edificios muy grande, le pregunté que, cual hotel era ese tan elegante. Me dijo que no era un hotel, sino el Hospital Baptist donde el trabajaba y me sugirió que debería yo ir allá para hacerme una radiografía de tórax. Me rehusé, yo no creía que tuviera ningún problema y que la molestia que tenía se me quitaría al día siguiente, sin embargo mi sobrino estaba muy serio y dudoso. En realidad, cada vez que caminaba como tres pasos debía detenerme pues me quedaba sin aliento. Sin embargo yo estaba segura de que ya al siguiente día estaría perfecta.

La verdad es que no me sentía nada bien la mañana siguiente, pero como era domingo, los chicos habían planeado llevarme a unos jardines muy bellos que tienen muchas plantas exóticas, hasta tuvimos un picnic allí, no me dolía nada, pero me costaba mucho respirar y cada tres pasos debía detenerme, eso sí me comí una buena pizza, por lo que deduje que no estaba tan grave (ya saben por aquello de enfermo que come…y etc…) el diablo que se lo crea.


En vista de que no mejoré, al día siguiente nos fuimos al Hospital, por supuesto protesté durante todo el camino, asegurando que estaba muy bien. El hospital sí parecía un hotel elegante. La esposa de mi sobrino – que es una eminente cirujana – y entonces trabajaba en Emergencias ya me esperaba, ya había llamado al médico que debía atenderme, me sentaron en una silla, me pusieron oxigeno, me tomaron la presión sanguínea, etc. Me preguntaba a que hora me harían la radiografía de tórax, necesitaban muestras de sangre para hacer muchas pruebas; mis pulmones estaban llenos de líquido, por eso me costaba respirar, parecía como si algo estuviera mal en mi corazón. Para entonces ya sospechaba que ese día no regresaría a la casa y sí me quedaría un buen rato en el hospital, estuve en lo cierto, me quede cinco días.

Finalmente, me llevaron a Rayos X y a cada lugar donde debían examinarme, escanearme, etc. Estaba un poco asustada pero decidí tomármela con calma y vivir una experiencia que no había tenido nunca. Todos los instrumentos y procedimientos me parecían asombrosos. Me hicieron un Eco Cardiograma (creo que ese es el nombre) y me impresionó mucho observar el monitor, los primeros sonidos que escuché, eran como ladridos de perros, se me dijo que esos ruidos los hacía el corazón, las graficas de la pantalla parecían una imagen surrealista en amarillo, verde y rojo, los sonidos eran diferentes ahora, parecían martillos golpeando. Esos ruidos se parecen a la música Progresiva moderna, para la que utilizan sonidos de construcción y otros ruidos, yo estaba emocionada – ¡esta es la sinfonía del cuerpo! tal vez no estaba tan enferma especialmente si mi corazón se oía como perro ladrando y martillos golpeando ¡Estoy viva!! Pensé que mis arterias estarían perfectas, pues sonaban como una cascada, era la sangre viajando, ¿habrá gente que se de cuenta de cuantos sonidos y movimientos hace y tiene el cuerpo? Era esta la primera vez que los percibí y me gusto mucho pensar en esto. Así se disiparon un poco mis temores pues estaba entretenida en otra cosa, cuando no se sabe que tiene uno es verdad que hasta el más valiente se espanta.

Le di la vuelta a casi todo el hospital, tal vez no fui a todas partes, pero vi mucho de sus instalaciones, tal vez me perdí algunos lugares en momentos en que me quedaba dormida. Entre las medicinas y exámenes me cansaba. Eso sí me divertía mucho cuando estaba medio despierta bromeando con los médicos y enfermeras, apenas me llevaban a la habitación pedía un café, me decían no debía tomarlo pero igual me lo daban.

Finalmente, me dijo el médico que me haría un cateterismo, me explicó que iba a revisar todas las arterias, que tal vez dependiendo de lo que encontraran me tendrían que operar y quizá no saldría viva de esto. Curiosamente no sentí miedo en ese momento y le manifesté al doctor que había vivido una vida rica e interesante, que si así me tocaba ¡qué podía hacer! Pedí que no me durmieran, que yo quería ver, por supuesto que me dormí. Cuando abrí los ojos vi a mi sobrino que me miraba con una gran sonrisa: yo estaba completamente bien.

Me regresaron a mi habitación y me dijeron que no podría comer sino hasta que hubiesen pasado 3 horas, en ese momento era lo que menos me importaba: me sumí en un sueño relajado y reconfortante. ¡Ya podría salir del hospital al día siguiente!

Debo mencionar que el elemento humano, tiene todas las etnias de América latina, y hasta la India está representadas en este Hospital que es como un micro país. La actuación de esta gente es superior, todos realizan su trabajo mucho con orgullo, son verdaderamente profesionales, todos ellos son ciudadanos americanos. Pero si uno pregunta de donde son, dicen que son mexicanos, colombianos, cubanos, salvadoreños, nicaragüenses, etc. me atendieron muy bien y durante mi estada en el Hospital, me sentí protegida en todo momento. En verdad tuve trato de V.I.P.

Me sentí muy afortunada, de estar con mis sobrinos que fueron maravillosos conmigo y de pasar una corta vacación en el hotel de lujo, quiero decir en el hospital de lujo. A veces un hecho que parece infortunado se convierte en afortunado, se aprende mucho y si se tiene buen sentido del humor hasta se divierte uno ¿Por qué no?

Acerca de Sara Hazán

Sara Hazán es una pintora, grabadora y escritora mexicana. Nació en Milan, Italia, Desde muy temprana edad, ha vivido en la ciudad de México, en donde ha estado casi toda su vida. También vivió en otros paises algunos años.Su pintura es figurativa, costumbrista y de brillante colorido.Tiene también aficiones de escritora, publicó un libro de cuentos que contiene algunas experiencias que ha presenciado o vivido a lo largo de su vida. Tiene varias obras en colecciones privadas, en Colombia, Costa Rica, EE.UU., Inglaterra e Israel.

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