Desde el punto de vista político, el 2007 fue un año de recuperación del PRI en los comicios estatales y municipales, además de tener un papel relevante en la aprobación de las reformas que propuso el Presidente Felipe Calderón (FC); “sin apoyo del PRI, la administración federal ya habría naufragado”. En cambio, el PAN y el PRD mostraron retrocesos importantes; a la luz de estos hechos y ante la proximidad de las elecciones intermedias del 2009, las cuales son básicas para los resultados de las elecciones del 2012, en el 2008 los principales partidos políticos se verán precisados a reacomodar sus cuadros. Cabe destacar que los comicios del 2009 se vislumbran complicados por los polémicos resultados de la elección presidencial del 2006 y por la pérdida de credibilidad del Instituto Federal Electoral (IFE).
El 2008 será un año de prueba para FC quien tendrá que consolidar su legitimidad para llevar a cabo reformas estructurales necesarias como la energética, la del trabajo y la educativa, entre otras; de aquí, los recientes cambios en su gabinete, que si bien es natural que en cualquier sistema político se reajusten periódicamente a los altos funcionarios de una administración en virtud de las modificaciones que se observan en el entorno político y en el económico, en el caso de México desde el inicio de la administración de FC, en el medio político se expresaron cuestionamientos en torno a las designaciones de varios Secretarios de Estado por su inadecuado perfil y/o porque su nombramiento había respondido al cobro de facturas políticas. En este ámbito, se considera que el cambio de funcionarios no es una garantía de que mejorará la función pública, sobre todo por la inexperiencia política y de gestión (management) de los nuevos designados, quienes probablemente no estén a la altura para enfrentar los desafíos que vive el país.
Por otra parte, el 2008 no será un año fácil para que FC negocie iniciativas en el Congreso dado al fortalecimiento de la denominada partidocracia y las “posiciones delirantes de los seguidores más radicales de Andrés Manuel López Obrador”, quienes ante la apertura final del TLACAN y la reactivación del fenómeno inflacionario, tiene nuevos pretextos para entorpecer la labor del Ejecutivo y para incitar a la población al desorden.
La partidocracia es ya una clara manifestación de los excesos de los partidos en el ejercicio del poder, el cual ya raya en el monopolio del mismo; los privilegios y las concesiones es han vuelto la moneda de cambio en las negociaciones para la aprobación de iniciativas en el Congreso. Ante la alternancia en el poder, que debilitó al presidencialismo, y con el abundante financiamiento que han recibido los partidos, que ellos mismos se han autorizado, las burocracias políticas han creado un enorme mercado de “chambas” para sus militantes, que alimenta su poder.
La fuerza de la partidocracia, integrada por los tres principales partidos y respaldada por los poderes fácticos, se manifiesta en todos los ámbitos de la sociedad; así por ejemplo, la oposición de los tres partidos al nombramiento de consejeros independientes en el IFE, es sólo una muestra de su dominio político. Igualmente, la reciente reforma del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) les garantiza a los partidos pequeños su supervivencia “siempre y cuando formen una coalición con los grandes, ya que así jamás perderán su registro; el objetivo es limitar el poder de negociación de los pequeños y preservar el monopolio de los grandes”.
En este marco, FC busca tener una posición de mayor fuerza con el control de su partido el cual “paradójicamente se había opuesto al modelo priista de partido-gobierno”. Apuntalando a la institución presidencial, FC intenta neutralizar al cogobierno de facto de la partidocracia. Por lo demás, FC tendrá que tener certeza y eficacia en la instrumentación de la política económica a fin de abatir las presiones inflacionarias y atenuar los efectos negativos de la desaceleración de la actividad económica de EUA que de acuerdo a diferentes analistas podría desembocar en una recesión. La difícil situación económica de Estados Unidos de cara al año electoral que vive ese país, está profundizando el añejo conflicto migratorio entre México y EUA, en virtud de que varios precandidatos a la presidencia, sean demócratas o republicanos, han incluido en su agenda política este tema.
Los planteamientos anunciados previamente son susceptibles de atizar los conflictos políticos y sociales que experimenta México y acentuar la debilidad del crecimiento económico, con ello, el camino hacia el 2009 y el 2012 no se prevé que será terso.
Artículos Relacionados: