Crear y creer en tus propias afirmaciones demuestra tu preparación para sintonizarte con la abundancia. Se cuenta la historia de un hombre que visitó a un Gurú preguntando cuáles eran las cosas esenciales que necesitaba para tener perfecta felicidad y éxito por el resto de su vida. El Gurú lo dejó en las mismas diciéndole que él ya tenía todo lo que necesitaba. La felicidad y el éxito son procesos interiores que llevamos a la vida, en lugar de algo que obtenemos “desde afuera”.
Cuando funcionamos a partir del principio de escasez, generalmente creemos, “Si tan solo tuviera algo más, entonces tendría felicidad y éxito”. Un acercamiento a esta lógica muestra que lo que verdaderamente estamos diciendo es: Estoy incompleto en este momento. En alguna forma carezco de lo que necesito. Cuando lo obtenga, entonces estaré completo. Si esa es nuestra creencia, entonces estamos dependiendo de una persona incompleta con incapacidades. Esta clase de pensamiento de escasez supone que todavía estamos faltos de algo, que somos seres humanos infelices, sin amor, sin unidad, que todavía carecemos de las piezas faltantes en la abundancia dentro de nosotros mismos; de ahí que funcionemos a partir del proceso raciocinio, de deficiencia y terminemos atrapados en la creencia de que “Debo tener más antes de poder ser feliz”. Esta es exactamente la situación que nos mantiene alejados de la abundancia que se encuentra en todas partes.
Nuestro mundo es abundante e infinito y es totalmente nuestra elección la forma en cómo pensemos sobre él. Incluso en una prisión, nuestra esquina de libertad sigue siendo la forma como elegimos pensar. Nadie puede quitarnos eso nunca. Una vez que sabemos esto, podemos relacionarnos con la abundancia como la contraseña de toda nuestra existencia.
Si el vacío existe es porque tenemos pensamientos de la nada, y esa clase de pensamientos siempre ensancha la vacuidad.
Podemos expandirnos en una forma más satisfactoria, concentrándonos en lo total y en que nunca poseemos nada, nunca.
La palabra construye y destruye y siempre es mágica.
¿Has valorado y apreciado todo aquello que hoy tienes?
¿Qué pesaría más, lo que te falta o lo que tienes?
Artículos Relacionados: