Un momento muy especial

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Quiero compartir con ustedes una foto que tiene que ver con la lectura de esa semana, una foto de la delegación especial con el embajador de Estados Unidos ??, en nuestra sinagoga ?, que llego de la Florida, para agradecer a Guatemala ?? y a su presidente Jimmy Morales por ser pioneros en la decisión sobre Jerusalén (Jerusalem, Israel) ?? y confirmó otra vez lo que no se necesita ser judío para ser parte importante de la Historia Judía, antes era Ytro y hoy es Jimmy y mañana puede ser cada uno de Ustedes

Había un judío que se alejó mucho del judaísmo pero siempre le gustó la comida de Shabat, el Gefilte fish (pescado).

Esto para él era su judaísmo, comer en Shabat su Gefilte fish.


Una vez se encontró con un Sheij árabe que le dijo: “Mira, si estás tan alejado del judaísmo, conviértete al islam, te voy a poner unas gotas de agua y además te doy mucha plata; entonces dejarás de ser judío, con la condición de que ya no comas más pescado en Shabat ya que a través del pescado vas a volver a ser judío.”

El judío fue con el Sheij y le puso algunas gotas y éste le dijo: “Ya no eres judío, ya no eres judío y ya no eres judío. ¡Eres musulmán!”

El viernes en la noche el Sheij llegó a la casa del judío para ver si había cumplido con su promesa, pero cuando llega lo encuentra comiendo más pescado que cualquier otro día, entonces el Sheij le dice: “¿Cómo es posible?, tú me prometiste que no ibas a comer más pescado, hasta te di dinero por eso y no cumpliste tu promesa.”

Entonces el judío le dice: “Yo no estoy comiendo pescado.”

“¡Cómo no!, exclama el Sheij, “Eso es pescado, ¡lo estoy viendo!”

Le contesta el judío: “¡No, yo estoy comiendo pollo! Le puse unas gotas de agua y le dije, ya no eres pescado, ya no eres pescado y ya no eres pescado, ahora eres pollo, eres pollo y eres pollo.”

La Parashá de esta semana, Yitro, es la porción más importante de la Torá, ya que habla del suceso más trascendental para el pueblo de Israel: La entrega de la Torá. Es un suceso que nunca se volverá a repetir en la historia.

Es también una prueba de la Torá que dice: ningún pueblo va hablar de esto y no va a decir que vio y que tuvo un suceso parecido al de una entrega frente a todo el pueblo. Y hasta ahora, no hay ninguna religión que mencione que haya pasado por un suceso parecido como el que le sucedió al pueblo de Israel y esto es lo que está escrito hace más de 3.300 años.

Es la Parashá más importante, pero sin embargo lleva el nombre del sacerdote más grande de la época, que ni siquiera era hebreo y su era nombre Yitro. ¿Cómo es posible que la Parashá más importante tenga el nombre de una persona que ni siquiera era un judío y era hasta idólatra, ¡el idólatra más grande!

Si somos consecuentes, esta Parashá debería llevar el nombre de Moshe Rabenu, quien recibió la Torá.

Pero vemos que en la fiesta de la entrega de la Torá, que es Shavuot, nosotros leemos esta porción de la Torá y la Meguilá de Ruth (escrituras de Ruth). Sabemos también que Ruth era conversa. Pero aquí no paran las cosas, leemos en la Haftará sobre Yejeskel, quien era también descendiente de conversos. Y para ir más allá, también todo lo que está escrito en el Talmud sobre la entrega de la Torá, empieza con el capítulo de Rabí Akiva, quien también era hijo de conversos.

Entonces, ¿cómo es posible, que el suceso más trascendental como es el de la entrega de la Torá, esté relacionado y tenga que ver con personas que no eran judíos y que además eran conversos?

Aquí el concepto más importante: si uno es Cohen, el hijo va a ser Cohen, si el papá es Leví, entonces el hijo va a ser Leví.

Todo lo que se trate de raza, el nombre de la descendencia y la jerarquía se rige según el papá, pero todo lo que trate de judaísmo se rige según la mamá, es decir, si la mamá es judía el hijo es judío, ahora si el papá es judío y la mamá no, esto no nos define nada.

¿Por qué este cambio? ¿Por qué el judaísmo se rige según la mamá y no según el papá como todo?

La respuesta es que el judaísmo en la entrega de la Torá dejó de tener connotación racial y comenzó a ser un camino de vida, una forma de vivir la vida.

No importa de dónde vienes, no importa quiénes eran tus padres, lo más importante es lo que hagas en tu vida. Cualquiera puede ser judío cuando adopta este camino de vida.

El judaísmo no nace, sino que se hace, y por eso que en el suceso más importante de la Torá habla sobre conversos que no nacieron judíos, mas sin embargo llegaron a ser de los judíos más importantes. Por esto el judaísmo no es una raza.

Cuentan que el nieto de Moshe Rabenu, llamado Jonatán se volvió idólatra, ¡el nieto de Moshe Rabenu!, y el nieto de Yitro, sacerdote idólatra de aquella época, se convirtió al final en Eliyahu HaNavi.

Si nuestro papá fuera un gran rabino, que tuviera una barba de un kilómetro de largo, que cuando entraba al mar ¡salía con pescados!, la realidad es que para el judaísmo no importa la barba de nuestro papá y no importa si era un gran rabino, lo que realmente importa es lo que somos en este mundo, es lo que estamos haciendo hoy.

Dentro del judaísmo, se piensa que el mashiaj va a venir de la mejor familia del mundo, pero ¡no!, si vemos un poco atrás en la historia que empieza con Lot, quien salió de Sodoma y que borracho se acostó con su propia hija y de esta relación incestuosa salió un hijo y nieto la vez al que se puso por nombre Moab. Fue precisamente de este Moab que le sobrevinieron luego muchos problemas al pueblo de Israel, al punto que no podían casarse con sus descendientes, pero sin embargo Ruth, quien era moabita, se casó con el abuelo de David HaMelej (el rey David) que era Obed, aún en contra de todas las opiniones de los Jajamim de aquella época.

De esta unión sale Ishai, el papá de David. Él tuvo seis hijos con Nitzevet, pero este se cansó de su esposa y le propuso a la ayudante de su esposa que pasara una noche con él.

La fiel muchacha fue y le contó esto a su ama Nitzevet, así que ella le dijo: “Acepta, pero yo iré en tu lugar, propón que estén a oscuras porque a ti te da pena”.

Y así fue, la propia esposa estuvo con Ishai y a los pocos meses él la vio embarazada y exclamó: “¡Cómo es posible!, si yo no estuve con ella, ¿por qué está embarazada?, ese niño que va a nacer es un bastardo.”

De esta última relación fue que salió el Rey David, de quien todos dijeron que era el bastardo de la familia y por eso que lo mandaron a pastorear al campo a ver si así se moría.

Parte de lo referente al Mashiaj sale de este relato, pero la otra parte se aviene del cuento famoso entre Yehuda y su nuera Tamar, cuando él pensó que ella era una chica de la calle y queda embarazada de él y el resto de la historia ya la sabemos.

En fin, el mashiaj, podemos decirlo, tiene su origen en lo que es casi la “peor familia” que puede haber, de un nieto que es hijo a la vez y del producto de unas relaciones muy extrañas entre personas, pero sin embargo de ahí va a surgir la salvación del pueblo de Israel. Una vez más, no importa el origen, sino que lo más importante es lo que están haciendo ahora.

Por eso en Shavuot se acostumbra comer leche y miel. Es interesante saber que la miel se obtiene de un insecto que nosotros no podemos comer como la abeja, pero sí lo producido por ella, además, hay un versículo que dice que está permitido comer su miel. Lo mismo pasa con la leche, cuyo origen es la sangre del animal.

Y así como la miel y la leche que tienen un origen prohibido para alimentarnos, es de ahí que salen los alimentos que podemos consumir: lo dulce de la miel y lo saludable de la leche. Tenemos de nuevo aquí otra vez el mismo concepto, que no importa el origen, lo que importa es la función y las acciones del momento.

En una empresa muy grande pusieron un aviso que decía: “Hoy se llevará a cabo el entierro de la persona que impidió el avance del personal y el desarrollo de la empresa. Todos están invitados al entierro que va a llevar a cabo a las 12:00 del día en la sala B del segundo piso.”

Obviamente todo el mundo fue, pues todos estaban muy interesados en saber quién era la persona que frenó la empresa. Todos llegaron a la hora precisa y vieron un cajón grande en la sala. Les dijeron que ahí estaba la persona que frenó la empresa, que podían abrir el cajón para identificarla.

Así que fueron pasando uno por uno y abriendo el cajón se asombraban al ver que dentro del ataúd se encontraba un espejo que los hacía verse reflejados a cada uno de ellos. La lección aprendida fue que la persona que está impidiendo a la empresa avanzar es a veces uno mismo.

Acorde con este caso, podemos decir que existen personas con muchas excusas que a cada momento están diciendo:

“Ah, es que no soy muy observante.”

“Es que yo llegue de aquí y llegué de allá”.

“Es que no tengo un ancestro y ni siquiera nací judío”, etc.

Dice la Torá que amemos treinta y seis veces al converso, es decir, quien viene de afuera, a veces, su llegada es lo más importante y no importa su origen, que pueda que sea el más feo, pero lo más importante es lo que está haciendo en este momento.

Uno debe apreciar lo suficiente lo que la gente buena tiene, sin importar de donde es o si su origen es de familia pobre o no; porque de cualquier lugar puede salir lo mejor.

Dicen que había una vez en un lugar un crítico de arte muy especial. Un día él fue a visitar a un pintor y de repente vio una tela con un dibujo extraordinario, al lado del cual cualquier pintura de da Vinci era minúscula comparada con esta y exclamó: ¡Wow, es espectacular!

Él le pregunta al pintor sobre la pintura: “¿Tu la hiciste?”

Y el pintor le responde: “¡No!, espera, esa es nada más la tela en la cual yo limpio mis pinceles. Ven para acá para ver mis trabajos.”

Es decir, a veces a las cosas que no les damos tanta importancia salen mucho mejor que las pinturas de este señor, ya que en este caso, a pesar que era el lugar donde él limpiaba sus pinceles, esta era la mejor pintura y según el crítico de arte las demás obras no eran tan especiales como esa.

Esta semana celebramos el día de Tu Bishvat, la fiesta de Rosh Hashana de los árboles.

La pregunta que surge es:

¿Si este es el año nuevo de los árboles?, pues que lo celebren ellos, “¿por qué tenemos que celebrarlo nosotros?”

La respuesta es que no son sólo los árboles del campo y nada más, sino que también cada uno de nosotros es un árbol y sobre todo nuestros hijos. Hay quienes que cuando ven una semilla pequeña dicen: “Esta semilla es nada” Pues la semilla no va a crecer, se va a podrir y claro, no va a salir nada. Pero si uno le da el valor que tiene, le aporta el agua y todo lo que necesita, la cuida y la aprecia cómo debe de ser, de seguro va a surgir un árbol muy bonito que dará frutos muy ricos y sabrosos. De la misma forma, así son nuestros hijos también, si les damos el alimento necesario y el aprecio que se merecen, de seguro vamos a ver los frutos de ellos. Todo ello con el valor que les vayamos a dar.

Dicen los Jajamim, que cuando fue el pueblo de Israel a recibir la Torá, Di-s les preguntó quiénes iban a ser los fiadores; y ellos contestaron: “¡Abraham!”. Di-s dijo: “No es suficiente, Abraham tenía un hijo malo”. Entonces dijeron: “Yitzjak”, y Di-s dijo que tampoco. “Entonces Yaakov”. Di-s dijo: “Tampoco”. “Los profetas”. Di-s dijo: “Tampoco” Y así cada uno dio su opinión hasta que el pueblo de Israel exclamó: “¡Nuestros hijos!”. Y Di-s dijo: “Esos son los fiadores”.

Nosotros tenemos que saber que si recibimos la Torá fue gracias a nuestros hijos y siempre tenemos que ver el valor que ellos tienen.

Dicen que los hijos de Haman HaRashá, de Sangerib, de Zisrá, y de todos esos malvados, salieron personas que estudiaron Torá en Yerushalayim o en Bene Brak o en cualquier lugar, es decir, el origen no es lo más importante sino lo que estás haciendo ahora.

Por eso en las bendiciones de la mañana no se dice: “Baruj Atá HaShem que me hiciste judío”. No se dice así, porque Di-s no te hizo judío, el ser judío es una labor para la cual tenemos que trabajar, no es nada más por serlo.

Y finalizo con el siguiente cuento. Había una vez un señor que le dijo a su hijo: “Oye, voy a conseguirte una buena novia”. Así que el hijo le dice: “No papá, no te metas en eso déjame tranquilo.”

El papá le dice que va a ser la hija de Bill Gates. Entonces el hijo le dice que si es así, acepta. El señor se va a donde Bill Gates y le dice: “Oye, tengo un muchacho para casarse con tu hija”. Bill Gates le dice: “Nada que ver, vete de aquí”. Entonces el señor le dice: “¡Pero si es el vicepresidente del banco general de Estados Unidos!” Bill Gates responde: “Entonces sí se puede. Quiero escuchar tu propuesta.”

Así que el señor se fue donde el gerente del banco de los Estados Unidos y le dijo: “Oye, yo quiero que mi hijo trabaje aquí”. El director del banco le contestó: “Por favor, salga de aquí, no se puede”. Entonces el señor le dice: “Mira, mi hijo es el yerno de Bill Gates”. El director le responde: “Sí, adelante, con mucho gusto.”

Y fue de esta manera como él consiguió todo.

Es decir, a veces no importa el origen, lo que importa es qué estás haciendo, cómo estás arreglando la situación con tus fuerzas y tus técnicas, (no con gotas de agua, etc., sino con acciones). Eso es lo que tenemos, debemos utilizar nuestras fuerzas y dejar las excusas de cualquier tipo y ver que nosotros podemos llegar lo más lejos posible.

Embajada Americana en Guatemala

US Embassy Guatemala

Parlamento Israel Guatemala

Acerca de Julio Ioseph May

Julio Ioseph May (Yossi) nació en Entre Ríos, Argentina. Es Contador Público de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1973 viviò  en el Estado de Israel y a partir de febrero 2014 reside en Barranquilla, Colombia. En vistas a la tercera edad comenzó a practicar su sueño de escribir que lo acompañó desde chico.Participa activamente en variados grupos literarios del internet. Comparte publicaciones de cinco antologías: De Paz y De Guerrasy Lazos Umbilicales publicadas en Israel en 2007, "primer antología" de Muestrario de Palabras (2007) y Libro del Haiku, Ediciones Artesanales Santoamor (2008) ambas en Buenos Aires. Pensamiento Antologico Universal, La poesia purifica la vida humana, Congreso Universal de Poesia Hispanoamericana, publicada en Mexico 2010. La revista virtual Palabras al Sol publicaba regularmentecuentos y poemas de su autoría. Su preferencia es la narración.

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