El 18/6 el Consejo de la Magistratura echó de su cargo al juez Santiago Martínez, subrogante del juzgado federal de Bahía Blanca, que tenía la causa Lázaro Baez y lo reemplazó por otro subrogante kirchnerista, Ramos Padilla. El 25/6 el mismo Consejo, por mayoría oficialista, dictó la culminación de la subrogancia del juez de Casación Penal, Dr. Luis María Cabral, con el único motivo de evitar su voto positivo al rechazo por inconstitucional del Memorandun con los iraníes. Además iba a entrar a debate el juicio contra Hotesur SA, empresa de la cual la Presidente es socia.
Ambos actos son ilegales y violan el art.99, inciso 4 y los art.114 y 115 de la C.N., además de 3 pactos internacionales, que tienen jerarquía constitucional. Elisa Carrió fue la primera en presentar una denuncia contra la Presidente de la Nación, los integrantes del Consejo que votaron las respectivas remociones, bajo los cargos de abuso de autoridad, encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos; otros opositores efectuarán similares denuncias.
Por cosas del destino y sorteo en la Cámara receptora de la denuncia de Carrió, le tocará actuar al Juez Dr. Rafecas y como fiscal al Dr. Germán Pollicita, ambos involucrados oportunamente en el caso Nisman, qepd. Ya hay presentaciones de la DAIA/AMIA, quejándose por la negación de justicia. Por suerte el fiscal Dr.Pleé informó a la prensa que los votos de Cabral y el otro juez Gemignani, están en la caja fuerte de la Cámara de Casación, con lo cual pueden considerarse emitidos. Resta saber que decisión tomará la tercera integrante del Tribunal Ana Figueroa.
La Presidente quiere tener antes del 10/12/2015 impunidad para ella y los suyos, y no vacila en utilizar a su mentor/operador jurídico Carlos Zannini para colonizar la justicia con jueces, conjueces, fiscales y otros funcionarios adictos, con el fin de domesticar a sus oponentes o a aquellos jueces que le puedan crear problemas a posteriori de dejar su cargo. Los embates contra la Constitución y las Instituciones Republicanas tienen más de un objetivo: lograr impunidad, amedrentar a los votantes y facilitar la continuidad de un modelo abyecto y perverso.
“Cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles; cuando son corruptos, las leyes se rompen”.
Benjamín Disraelí (1766-1848). Estadista inglés.
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