Continuamos, a nivel global, con las predicciones de nuestra muy empañada bola de cristal. Y no es para menos, ya que el panorama de los últimos cuatro años se ha ensombrecido aún más.
Comunidad Europea.- Siguen agarrándose varios países de una tablita para no caer en un caos de default financiero, con enormes déficits, y, a entender de muchos, una deuda impagable. En primera fila están Grecia, Portugal, España, Irlanda y algunos países del Este de Europa que ya pertenecen a la comunidad, como la República Checa y Polonia. Por otro lado, el euro se resiste a fuerza de aportaciones, principalmente alemanas, y con la oposición abierta de países como Inglaterra, que también está en crisis. Italia, en problemas, Francia tampoco está bien y el querer Hollande aumentar estrafalariamente los impuestos ha hecho que huyan los ricos a Rusia (el obeso actor Depardieu) y a Suiza, que sigue siendo paraíso fiscal.
Alemania no está mal, pero su crecimiento (y paciencia) se está reduciendo, ya que saben que ellos tienen la mayor parte de los recursos para salvar a países enfermos y estos piden, pero no pueden poner en práctica políticas de extrema austeridad. Un grave dilema. Todavía se habla de dos monedas euros (la de los poderosos Alemania, Holanda, países nórdicos sanos, etc.) y la de los “pobres” (España, Portugal, etc.). Grecia casi es un hecho que se sale de esta moneda, porque tardará generaciones en solucionar su hecatombe y veremos de nuevo los famosos dracmas.
España está envuelta en graves problemas que son de su esencia, con un desempleo desgarrador, sobre todo en jóvenes y adultos mayores desprotegidos, la construcción casi parada y millones de locales y viviendas deshabitadas o en deterioro. Por mucho que sean culpables en gran parte, duele este panorama a los que hemos vivido en ese gran país.
Estados Unidos.- Otro país que, como en las telenovelas, se salvó por un pelito de una crisis mayor. A regañadientes, los congresistas aceptaron reformas fiscales y de gasto de muy corto plazo. Esperen otro round muy pronto. Su déficit y deuda pública son irracionales y cualquier otro país ya habría sido declarado en bancarrota. Sin embargo, su poderío y los países acreedores y exportadores (China, Japón y Corea del Sur, entre otros) no la pueden dejar, porque es un descalabro para todos. México resurge como un aliado, junto con Canadá, pero muy dependiente de lo que suceda con los primos. Se espera un año de crecimiento normal y una reducción gradual del desempleo y, ojalá, una ley migratoria lógica, control de armas de asalto y, seguramente, mayores zonas de legalización de la droga, especialmente mariguana, que no sabemos cómo va a impactar en nuestros problemas de seguridad.
China.- Ya se empiezan a ver los problemas de la fábrica del mundo, cuando bajaron sus exportaciones y subieron los sueldos de mano de obra, haciéndose menos competitivo. Por otro lado, están enfocados en su mercado interno, con un enorme aparato gubernamental y planeación de construcción e infraestructura para dar empleo, pero con graves deficiencias y, por ende, corrupción.
Otros: India está creciendo a buen nivel; Japón lleva en recesión más de una década y los efectos del terremoto no han terminado. Corea del Sur, creciendo, pero con el peligro de sus hermanos del Norte, impredecibles.
Hay barruntos de tormenta en Argentina, con endeudamiento y falta de responsabilidad en pagos. Brasil tiene peligro de inflación desbocada y la duda en Venezuela sobre la situación de Chávez tienen a Cuba, Bolivia y otros países en ascuas.
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