El escritor español Emilio Calderón (Málaga, 1960) ha dado una nueva muestra de su interés hacia Israel y la realidad del Judaísmo con su novela La cosecha humana, que acaba de presentar recientemente en la ciudad española de Lorca, conocida por su herencia cultural hebrea.
Con la excusa de unos crímenes producidos en Jerusalén, Calderón -que cuenta en su haber con el Premio Fernando Lara y ha sido finalista del Premio Planeta- recorre el territorio de Israel sumergiéndose en el presente de una ciudad de convivencia, de la que muchas personas en todo el mundo tienen una visión distorsionada.
La inspectora de policía de origen sefardí Sarah Toledano, y su compañero el judío argentino Lautaro Heller, deben investigar la muerte violenta de una mujer producido en Jerusalén; un asesinato siniestro al que enseguida suceden otros dos. Las pesquisas policiales les llevan a descubrir una trama todavía más siniestra, relacionada con el tráfico internacional de órganos humanos.
Personas pobres, obreros desempleados, campesinos hambrientos, son cosechados por las mafias en diversos países del mundo, y llevados en avión hasta clínicas clandestinas donde se les extrae alguno de sus órganos. De esta manera se convierten en donantes forzados por el hambre, cuyo sacrificio alivia la salud de los millonarios, que infringen las normas religiosas contra los trasplantes pagando a precio de oro por una córnea o un riñón.
Las investigaciones de los protagonistas de La cosecha humana sacan a la luz una trama que existió en la realidad y que vinculó a algunos médicos y militares hasta que fue desarticulada por las autoridades israelíes. Al mismo tiempo, la novela supera los prejuicios sobre Israel y la visión en blanco y negro que tienen millones de personas, mostrando diversas facetas de las realidades judía y musulmana. Por las páginas del libro transitan hombres y mujeres, algunos religiosos, otros laicos, que en su inmensa mayoría viven y conviven en paz, sin muerte ni violencia.
Ésta no es la primera novela que el escritor andaluz le dedica a las comunidades hebreas. En 2008 ganó el Premio Fernando Lara con El judío de Shanghai, que narra la historia de un matrimonio judío recluido en un ghetto por los japoneses durante la II Guerra Mundial.
Su interés hacia la Historia de los judíos, además de sus vínculos personales, le ha llevado a presentar esta última obra, La cosecha humana, en la ciudad española de Lorca -entre las regiones de Murcia y Andalucía-, ya que aquí se encuentra una de las pocas Sinagogas europeas que no fue profanada a lo largo de los siglos; un templo que acaba de ser restaurado y que el pasado 25 de Kislev acogió la Janucá por vez primera desde la expulsión decretada por los Reyes Católicos hace más de quinientos años. Un tesoro religioso y cultural, con un Barrio Judío donde los arqueólogos encuentran cada día nuevas muestras de la rica presencia hebrea en la época medieval.
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La foto de E. Calderón adjunta a este artículo ha sido cedida para este fin por Mari Luz Bravo, mujer del escritor y propietaria del copyright; las de la Sinagoga y el Barrio Judío son propiedad del autor del artículo.
http://www.lorcaturismo.es/verhacer/sinagoga.asp
Antonio Marcelo Beltrán. Periodista y escritor. @antoniombeltran
En estos dias de JERUSALEM DE TRUMP y no de los judios e incluso palestinos convendria detenerse en este libro que no he leido pero su presente reseña precisamente nos enseña mucho
sobre Israel y la visión en blanco y negro que tienen millones de personas, mostrando diversas facetas de las realidades judía y musulmana. Por las páginas del libro transitan hombres y mujeres, algunos religiosos, otros laicos, que en su inmensa mayoría viven y conviven en paz, sin muerte ni violencia.