Ubicado en la reserva natural de Pilansberg, en Sudáfrica, the Palace of the Lost City fue construido en 1992 con base en el mito de un antiguo reino perdido en la selva, logrando convertir la exótica belleza natural en 25 hectáreas de selva con cascadas, jardines botánicos y bellas veredas para descubrir la flora y la fauna. Más de 1 un millón de plantas y árboles de diferentes especies fueron sembrados para crear esta impactante selva, con ejemplares traídos desde Australia, Zimbabwe, Mozambique y Madagascar, y por supuesto de Sudáfrica.
Categorizarlo como un hotel de cinco estrellas es limitar la descripción de su belleza y de su impecable servicio. Es un hotel palacio como perdido en el tiempo, en un paraíso verde tomado de un libro de aventuras.
Con la mente exaltada con el esplendor de África, la magnificencia del palacio se despliega ante los ojos como salido de un relato de aventuras, como el premio al atrevimiento de romper con la rutina, por el valor de cruzar el mundo durante horas y horas sólo por el placer de vivir momentos únicos. En su espectacular diseño arquitectónico se mezcla la máxima expresión de lujo con el ambiente local, logrando que los extranjeros nos sintamos como en casa, pero lo suficientemente inmersos en su cultura como para aprender a amarla.
Sun City en su totalidad, donde se ubica el Palacio, fue un proyecto innovador desde su concepción. Aquí, en el cráter de un antiguo volcán, nos espera una de las propuestas más originales de África. Sun City fue desarrollado por el magnate del hotel Sol Kerzner como parte de su grupo Sun International de propiedades. Se inauguró oficialmente el 7 de diciembre de 1979. Sun International Group reúne un exclusivo portafolio de 18 hoteles cinco estrellas, resorts y casinos, en los que se viven momentos de aventura, de diversión y mimos.
The Palace of the Lost City es un mundo en sí mismo. Su precioso campo de golf Lost City es una continuación de este lugar encantado. Fue construido en un terreno que reta las capacidades de los golfistas, con 18 hoyos sobre un terreno rocoso con ondulaciones, trampas de arena roja y un pasto suave. Una serie de lagos separan el campo a partir del noveno hoyo, logrando un hermoso paisaje verde en un entorno exótico, como jugar golf en un safari.
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Ya que está ubicado dentro de una reserva natural – y una increíblemente bella – tenemos la opción de salir de safari. Aquí gocé de una maravillosa experiencia en safari, donde tuve la gran suerte de ver cheetahs, el animal terrestre más rápido del mundo, gracias a nuestro increíble ranger Solomzi. Dentro de la reserva natural fui testigo de la puesta de sol más bella que he visto, donde los drásticos colores rosados y azules del cielo se reflejaban en un pequeño lago, rodeado de montañas y los largos y delgados troncos de árboles secos.
Muy bello!! Pero sin presupuesto jaaaaa