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Homenaje a Liana Halphen


Corrí para llegar a tiempo para el homenaje que se le iba a dar a Liana Halphen en el KH.

Afortunadamente llegué a tiempo. Como en muchos de los casos de la Shoa, me conmueve profundamente.

(Esperando no equivocarme en lo que dijo cada una de las personas que participaron en el homenaje a Liana Halphen), continúo mi narración.

El homenaje se dividió en varias partes, siendo participantes el Rabino Leonel Levy que con su gran sonrisa ofreció unas palabras muy bellas acerca de la personalidad de Liana Halphen entre algunas, como Liana decide buscar a las personas que la salvaron de la barbarie.

Gracias a numerosas personas no judías se salvaron cuantiosas vidas  ya que decidieron no quedarse ante la indiferencia de no hacer nada por los judíos perseguidos salvándolos ó al menos intentando hacerlo para evitarles la muerte en uno de los períodos más obscuros de la historia.

Video: De sobreviviente a Promotora de “Justos Entre Las Naciones” de México a Israel e Italia” Liana Halpern

También habló la Dra. Eva Lijtszain Presidente de Yad  Vashem México. Siendo el Yad Vashem  la Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto.

La Dra. nos dio a conocer  como para ganarse el título de “Justos entre las Naciones”, se hace verdaderamente un trabajo de investigación y documentación a fondo para constatar que estas personas no judías realmente ayudaron bajo su propio riesgo de muerte a tantos judíos. En muchos casos ellos también murieron.

Se pasó un video de “Justos entre las Naciones”, que fue agudo en verdad, porque se pasaron fotos, videos de una lista de muchísimas personas no judías que arriesgaron y se pusieron en peligro de muerte para salvar vidas.  Unas muy conocidas como el caso del empresario alemán Schindler, otra Irene Sendler, Raoul Wallenberg, etc, etc. hasta el mismo cónsul mexicano Gilberto Bosques, que salvó vidas de judíos y españoles en el tiempo de la segunda guerra mundial.

Hubo palabras de una buena amiga Helen Himmelfarb (que acompañó a Liana a Italia a rendirles un tributo sencillo a las dos familias involucradas en su resguardo), así también como las palabras de la Presidenta de la Federación Marlyne Galante, ambas elogiando a Liana por querer devolver en algo a las dos familias que les ayudaron a ella y a su hermano a no ser capturados. Así como por su trabajo y entrega hacia la comunidad.

La maestra de ceremonias fue la Lic. Martha Flisser. El Jazán Ari Litvak como siempre nos deleitó con su extraordinaria voz.

Cuando tocó el turno de Liana, la forma en que relató el hecho de que a los 5 años de edad junto con su hermano Piero de 7 se vieran en la necesidad de partir de Fiume Italia en 1943, lo hizo como si se tratara de una historia sencilla (pero fue todo menos eso).

Para su padre esto implicó dejar la tienda de cristales y porcelana que tenía y que les permitía tener un nivel de vida muy acomodado. Su papá buscó  la forma de garantizar que sus hijos pudieran salir de ahí sin daño alguno.

Gracias a unos amigos católicos obtuvieron papeles que les permitió pasar por Suiza. Del año 1942 a 1943 estuvieron con cierta tranquilidad. Pero las cosas se volvieron a agitar.

Un hombre -que no conocía el padre de Liana-, pero que se enteró de los niños, le propuso que podía pasar con documentos falsos a dos niños judíos para ocuparse de ellos sin que corrieran riesgos de una captura.

Esta familia de apellido Mazzanti ayudó a cruzar por tren una noche a estos dos pequeños hacia Milán.

A este señor le llamaron “papá” para asegurar su propia integridad, lo cual para un niño de 6 años es sumamente difícil porque el hombre era un perfecto desconocido.

Llegaron sin problemas a Turin y tuvieron que tomar un barco de remos para llegar a una granja.

Esto les implico nuevamente a los niños un cambio de vida de la ciudad con un nivel muy acomodado a ir al campo a vivir y resguardarse en una granja.

La familia católica que los recibió tienen el apellido Aldrovandi. A el papá de esta familia le tuvieron que decir  “tío”, de la misma manera para aparentar ser parte de la familia  y acostumbrarse a decirle a los hijos del señor Aldrovandi: “primos”.

Liana y Piero no iban a la escuela con la excusa de que estaban débiles y una maestra iba dos veces por semana a impartirles clases a la granja.

Estas personas fueron gente sencilla de campo que decidieron ayudar por su gran sentido humanitario. Gracias a ellos pasaron buenos tiempos.

Los Domingos tenían que acompañarlos a “misa”, pero los Aldrovandi fueron tan sensibles con las creencias de los dos niños que nunca intentaron inculcarles la religión católica.

Para el 4 de Enero de 1944 los papás de Liana los buscaron, Liana y Piero regresaron a Milán donde los refugios ya los comandaban las fuerzas de los Estados Unidos de Norteamérica.

Llegaron a Suiza de noche y vieron a sus padres. Liana narra que tristemente ella no recordaba sus caras. Aún así sus padres hicieron como si nunca se hubieran separado.

En Suiza no había dinero, había muchos refugiados y la vida era difícil.

Para el año de 1945 que terminó la guerra muchas cosas habían cambiado.  Afortunadamente Liana pudo sobrevivir y venir a América. Se casó y tiene dos hijos. Todo lo narra con una sencillez tan hermosa y a la vez tan familiar que con su tono italiano nos hizo vibrar con su relato.

Lo asombroso y bello que se le ocurrió a Liana en el 2010 fue buscar a ambas familias que les ayudaron a sobrevivir a ella y a Piero, porque sin su auxilio no hubiera sido posible que ambos pequeños subsistieran a la guerra.

Recurrió a Yad Vashem para juntar toda la información que constatara que estas familias habían hecho algo remarcable en esos tiempos:

No ser indiferentes ante el dolor humano y la persecución hacia los judíos.

Se pudo concretar todo lo necesario para que Liana viajara a Italia y con sus propios recursos les ofreciera un homenaje sencillo pero de profundo agradecimiento a ambas familias.

En el caso de los Aldrovandi Liana siguió en contacto con los hijos, aunque ya han pasado  más de 50 años.  Como dice Liana  refiriéndose hacia ellos con cariño les dice: “sus primos”, eso mismo hacen ellos hacia Liana.

En el caso del nieto de los Mazzanti, fue para él una verdadera sorpresa ya que desconocía lo que su abuelo valientemente había hecho para salvar la vida de Liana y de Piero al ayudarlos a cruzar.

Pudimos ver las fotos en el homenaje que se hizo en Italia en Agosto del 2013, donde se invitó a estas dos familias. También se encontraban presentes el presidente del comité judío de Milán y el Rabino de la comunidad.

En cada foto hay sonrisas, contagio de alegría y de sorpresas agradabilísimas después de tanto años…siendo ya el siglo XXI.

Esta historia no sólo habla de dos niños que parecían perdidos, sino de unos padres que hicieron lo humanamente posible para salvarlos, así como de las dos familias que realmente lo hicieron.

Esto es lo que las personas que logran dicha distinción es ser:

“Justos entre las Naciones”, en otras palabras haber puesto en riesgo su propia vida y la de sus familias para hacer lo que en conciencia y en acto es lo más humano en tiempos donde la obscuridad quiere tapar la luz.

 

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