Suerte te de Dios
Aquellos pintores que, para adular a sus príncipes, los retrataban rodeados de figuras como la Gloria, el Triunfo o de algún dios pagano, Júpiter o Marte, personificando al poderoso, al que pretendían inmortalizar, olvidaron a la Fortuna, de quien salieron deudores sus amos en los lances de la guerra. Aquellos que si la pintaron acompañando a algún Ludovico o flotando encima de algún Federico, no la pintaron como debía ser: ciega, colmando de dones o dando palos sin ton ni son.